Amor a primera vista
La editora del sello Gallo Nero se presenta a la ¡®rentr¨¦e¡¯ con un t¨ªtulo in¨¦dito de Pasolini
1. La Piola. Me encanta. Cuando viv¨ªa por el barrio, aqu¨ª citaba a mis colaboradores para peque?as reuniones. Hay una mesa especial al lado de la ventana, decorada con flores frescas. Es el mirador perfecto para contemplar la fren¨¦tica actividad de la calle. Sus ca?itas se acompa?an de unas patatas de f¨¢brica riqu¨ªsimas y Marina, su due?a, es encantadora. (Le¨®n, 9).
2. Bodegas Alfaro. Cl¨¢sica taberna madrile?a con encimera de aluminio, los s¨¢bados, despu¨¦s de hacer la compra, no hay nada que me guste m¨¢s que sentarme en su terraza y tomar una ca?a leyendo el peri¨®dico. (Ave Mar¨ªa, 10).
3. El jard¨ªn del ¨¢ngel. Una tienda que vende plantas y flores y que se parece m¨¢s a un ca¨®tico jard¨ªn privado que a un vivero. Me sorprende que todav¨ªa no se haya especulado con este apetitoso solar. Se puede entrar solo para pasear o sentarse en una de sus sillas colocadas aleatoriamente. El invernadero de estilo franc¨¦s es una joya. (Calla de las Huertas, 2)
4. Gelateria Angelo. Unas de las pocas helader¨ªas que me recuerdan a la leche y nata de los helados italianos. Angelo existe (no es el nombre de una cadena que intenta parecer italiana). Hace poco se mud¨® a un local m¨¢s grande pero su sabor sigue intacto. (Paseo de las Yeser¨ªas, 41).
5. Cock. Me cautiva su est¨¦tica de club ingl¨¦s de caballeros. Me imagino sentados alrededor de la chimenea a hombres trajeados envueltos en una gran nube de humo. Me encanta su daiquiri. Entr¨¦ por primera vez en una fiesta y, bajo los efectos de los margaritas, intent¨¦ sin ¨¦xito fotografiar en los ba?os al agente literario m¨¢s famoso del mundo. (Calle de la Reina, 16).
Oda al oficio
Del fundamental Einaudi a Calvino. El taller que ha dise?ado Donatella Iannuzzi (Matera, 1977) empieza el 6 de octubre en La Central. En pocos a?os esta joven editora italiana ha levantado un cat¨¢logo exquisito, con rarezas y autores incuestionables.
6. Peque?o cine estudio. Siempre proyect¨® cine cl¨¢sico en versi¨®n original, propuesta que ha ampliado con pel¨ªculas independientes y de bajo presupuesto. Escondida en un patio de manzanas, desprende un fuerte olor a lej¨ªa que recuerda al de las salas X. Entrar me hace sentir parte de un selecto y misterioso club. Fue amor a primera vista. (Calle de Magallanes, 1).
7. Uni¨®n Bolsera. Aqu¨ª compro los sobres. Siempre hay cola y no importa: es un deleite descubrir en sus altas paredes los art¨ªculos m¨¢s variados y coloridos: contenedores de aluminios para pollos asados, envases para hamburguesas¡ objetos de los que nunca nos preguntamos su procedencia. (Plaza de Tirso de Molina, 2)
8. La huerta de Almer¨ªa. Son unos chicos de Almer¨ªa que venden productos de su tierra adem¨¢s de salmorejo y gazpacho caseros al peso. El local est¨¢ decorado con mucho cari?o. Entr¨¦ atra¨ªda por dos olivos que presiden la entrada. (Calle de la Magdalena, 25).
9. Bodegas Rosell. Antiguo despacho de vinos transformado en casa de comidas. Lleva all¨ª casi un siglo. Es el sitio en el que pienso cuando tengo antojo de croquetas y salmorejo. En su interior se esconden unas baldosas de suelo antiguas que no puedo parar de mirar. (General Lacy, 14).
10. Campo de f¨²tbol de Vallecas. Soy muy futbolera, tengo un pasado juventino y un presente blaugrana, pero cuando entr¨¦ por primera vez en el estadio del Rayo Vallecano sent¨ª algo especial, todo es pasi¨®n y anarqu¨ªa: la gente, los gritos, los bocadillos, las pipas¡ Se me pusieron los pelos de punta. (Calle del Payaso Fof¨®).
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