Oktoberfest a ritmo de rumba
La primera fiesta de la cerveza espera m¨¢s de 20.000 asistentes en el Palacio de los Deportes
¡°Alles gut?¡±, pregunta un animador desde el quiosco de madera que ocupa el centro de la pista. ¡°Ja!¡±, gritan al un¨ªsono las casi 3.000 personas que abarrotan el Barclaycard Center, como se conoce ahora el Palacio de los Deportes. Despu¨¦s del di¨¢logo en alem¨¢n (que quiere decir ¡°?Todo bien? ?S¨ª!¡±) las miradas se dirigen hacia el tenista Fernando Verdasco, que coge un mazo de madera y golpea con fuerza una estaca clavada en un barril. ¡°Uno, dos, tres¡±, corea el p¨²blico contando los impactos. Cuando por fin brota el alcohol, un grito de j¨²bilo resuena en el pabell¨®n. ¡°?Que corra la cerveza!¡±, vocea el speaker. La gente se pone en pie y balancea sus jarras de litro al ritmo de la canci¨®n del brindis, (¡°Ein Prosit, ein prosit... ¡±). La primera Oktoberfest de Madrid, o fiesta de la cerveza como se conoce popularmente en Munich, queda inaugurada.
Durante cinco d¨ªas, que empezaron el mi¨¦rcoles y acabar¨¢n el domingo, 130 camareros, vestidos con los trajes t¨ªpicos b¨¢varos, servir¨¢n 50.000 litros de cerveza, 35.000 salchichas de cuatro tipos diferentes, 10.000 codillos y m¨¢s de 5.000 bretzels. Los m¨¢s de 4.000 metros cuadrados del pabell¨®n que hasta el domingo acog¨ªa el mundial de baloncesto, se han convertido en una gigantesca carpa con 300 mesas de 8 personas. ¡°Los bancos corridos no responden ¨²nicamente a querer ser fiel a la tradici¨®n. Hemos pretendido que se junten grupos de amigos para compartir esta experiencia¡±, explica Manuel Saucedo, consejero delegado de Impulsa Eventos e Instalaciones. La empresa que gestiona el local espera acoger a ¡°unas 20.000 personas¡± en este evento. Un reto que no parece dif¨ªcil teniendo en cuenta que en poco m¨¢s de un mes se han agotado todas las mesas disponibles. ¡°Hemos habilitado una terraza para la gente que quiera esperar a que se liberen las mesas¡±, aclara.
David Alonso, uno de los previsores que abarrotaban la sala el mi¨¦rcoles, reconoc¨ªa que le sorprend¨ªa la gran similitud con la fiesta muniquesa. ¡°Han cuidado mucho los detalles¡±, opinaba el madrile?o que reserv¨® plaza junto a 15 amigos que quer¨ªan revivir la fiesta que celebraron hace a?os en Alemania. La Paulaner que se sirve, por ejemplo, ha sido importada porque en la Oktoberfest original solo hay cinco cervezas homologadas, que cumplen con el Reinheitsgebot (6% de alcohol m¨ªnimo y elaborada en M¨²nich). Solo las canciones de Muchachito Bombo Infierno, el grupo que ameniz¨® la primera noche, espa?olizando de la fiesta germana, sacaban al visitante del espejismo de encontrarse a cientos de kil¨®metros de Madrid.
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