?A bailar!

Segunda noche musical de la Merc¨¨. En los escenarios del centro de la ciudad m¨¢s p¨²blico, m¨¢s bullicio y, sobre todo, m¨¢s bailongo, lo que a la postre significa una mayor sensaci¨®n de fiesta mayor.

Cuando pasaban m¨¢s de treinta minutos de la medianoche, la plaza de Catalunya estaba ya repleta de gente de las m¨¢s diversas procedencias, pero con un predominio claro del p¨²blico latino y una constante para todos: all¨ª nadie paraba quieto. Se bailaba sin man¨ªas al son que marcaba desde el escenario La 33, una colorista orquesta colombiana de fuerte pegada y habilidad para meterse al p¨²blico en el bolsillo.

La banda de Bogot¨¢ despleg¨® un abanico salsero cargado de todos los t¨®picos (que no siempre tienen que ser malos) y terriblemente bailable. Resultado: la plaza temblaba.

Un par de horas antes hab¨ªa vibrado tambi¨¦n pero en otra longitud de onda: esta vez los mejores t¨®picos del latin jazz tambi¨¦n pusieron a bailar a buena parte del personal y tiene bastante m¨¦rito conseguir que la gente baile sobre una improvisaci¨®n jazz¨ªstica aunque sea de tonalidad caribe?a. La Jamboree Big Latin Band ofreci¨® un concierto soberbio, magn¨ªficas interpretaciones de cl¨¢sicos del g¨¦nero arreglados y dirigidos desde el piano por Ram¨®n Escal¨¦, con algunos solistas de lujo como Gorka Ben¨ªtez o David Pastor. La banda barcelonesa ha alcanzado ya un nivel magn¨ªfico y en la noche del s¨¢bado supo adem¨¢s ganarse a un p¨²blico que no parec¨ªa estar all¨ª atra¨ªdo por la palabra jazz.

Como suele pasar en las noches de fiesta mayor, el recorrido entre la plaza de Catalunya y la plaza de Sant Jaume era un hervidero de gente. Por la calle del Bisbe era dif¨ªcil abrirse paso, pero val¨ªa la pena intentarlo porque all¨ª la m¨²sica popular y tradicional hab¨ªa vuelto a clavar sus ra¨ªces. La plaza se llen¨® para escuchar las proclamas de Pep Gimeno Botifarra y su rondalla llegados desde X¨¤tiva. El cantante valenciano con su voz de trueno repas¨® muchas de las formas populares de su tierra, defendi¨® la valencianidad de la jota y tendi¨® lazos no solo entre todos los territorios de habla catalana, sino tambi¨¦n con el norte de ?frica, demostrando que su m¨²sica y la nuestra no est¨¢n tan alejadas. Una maravilla.