El DNI de los p¨¢jaros
La ¨²nica estaci¨®n de anillamiento de aves urbana de Espa?a est¨¢ en el Parque del Oeste
Un papamoscas cerrojillo ha ca¨ªdo en la red. Lleva una semana en Madrid y tan solo est¨¢ de paso para reponer fuerzas y continuar con su ruta migratoria hacia ?frica, un viaje de m¨¢s de 3.000 kil¨®metros que emprender¨¢ con sus apenas 12 gramos de peso. Es f¨¢cil saber estos datos porque lleva una anilla en la pata. Un c¨®digo, casi como un DNI o la matr¨ªcula de un coche, ¨²nico y que le identifica. En el Parque del Oeste, donde ha recalado el papamoscas, se encuentra la ¨²nica estaci¨®n urbana de anillamiento cient¨ªfico de aves de Espa?a. Ha marcado a m¨¢s de 4.000 p¨¢jaros y ahora se utiliza tambi¨¦n para impartir talleres de educaci¨®n ambiental.
Hasta 57 especies han ca¨ªdo en las redes que los anilladores llevan colocando de forma peri¨®dica en el parque, desde que en 1992 se inaugurara el centro de estudio de aves y su estaci¨®n de anillamiento. En la Comunidad, zona de paso para muchas aves migratorias, pueden verse entre 300 y 400 especies. "Lo bueno de la regi¨®n es su variedad de h¨¢bitats, tienes la alta monta?a de la sierra, pero tambi¨¦n bosques o humedales estupendos", explica Arantza Leal, t¨¦cnico de la Oficina de Anillamiento, donde la Sociedad Espa?ola de Ornitolog¨ªa SEO/Birdlife coordina los 400.000 datos que generan al a?o los 1.000 anilladores que hay en Espa?a.
"Con el anillamiento cient¨ªfico conocemos cosas de las aves que no habr¨ªamos podido saber de otra manera, como las rutas migratorias o sus lugares de invernada o reproducci¨®n", explica la doctora en Biolog¨ªa Eva Banda, responsable de la empresa de educaci¨®n ambiental ENARA. Banda forma parte del centenar de anilladores ? ¡ªdeben pasar dos a?os de formaci¨®n y un examen para serlo¡ª que hay en la Comunidad, la regi¨®n que m¨¢s tiene. Anilla una vez a la semana en el parque y, desde abril, organiza talleres de educaci¨®n ambiental para divulgar en qu¨¦ consiste su trabajo. "Es una actividad cient¨ªfica, solo podemos realizarla nosotros y lo hacemos con el m¨¢ximo cuidado hacia las aves. Pero explicamos al p¨²blico para hacer ciencia no hay que estar en un laboratorio, nosotros la hacemos en un parque, en medio de la ciudad".
El anillamiento surgi¨® para trazar mapas migratorios, aunque actualmente tiene m¨²ltiples utilidades. "Podemos conocer, por ejemplo, el tiempo de vida de un ave silvestre o elaborar tendencias poblacionales", explica Arantza Leal. Una jornada de trabajo dura unas cinco horas. Comienza justo antes del amanecer, cuando los anilladores despliegan unas redes hechas con hilo de nailon, pr¨¢cticamente invisibles y que no causan ning¨²n da?o al p¨¢jaro. Cada hora se comprueba si alguno ha ca¨ªdo. Despu¨¦s, se coloca la anilla en la pata con un alicate y se anotan sus datos, como la especie, el sexo o el peso, para luego soltarlo. Las aves marcadas en Espa?a llevan el remite del Ministerio de Medio Ambiente, a quien los anilladores env¨ªan cada a?o la informaci¨®n que han recogido.
En el Parque del Oeste, en el que en una ma?ana de trabajo se anilla en torno a una decena de p¨¢jaros en esta ¨¦poca, septiembre es el mes del papamoscas cerrojillo. Tambi¨¦n es una ¨¦poca de tr¨¢nsito, pues finaliza lo que los expertos denominan el paso postnupcial, y muchas aves que vienen del norte de Europa, especialmente de Gran Breta?a, recalan en Madrid para alimentarse antes de volver a emprender vuelo para pasar el invierno en ?frica. En octubre, las currucas capirotadas llenar¨¢n el parque, mientras que en diciembre y enero, el carbonero garrapinos bajar¨¢ de la sierra para pasar el invierno al calor de la capital.
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