?Qui¨¦n estaba detr¨¢s de la c¨¢mara en ¡®Muerte de un miliciano¡¯?
Un historiador plantea que Gerda Taro, pareja de Robert Capa, fue quien congel¨® la imagen ic¨®nica de la Guerra Civil
La escena ocurre en agosto de 1936 un paraje de la sierra de Espejo, en C¨®rdoba. Hace pocos d¨ªas que la Guerra Civil ha estallado en Espa?a y bajo un sol abrasador, un miliciano republicano emprende una carrera contra las l¨ªneas franquistas. La imagen en blanco y negro se congela en el preciso instante en que parece recibir un balazo. La historia da por hecho que el dedo que presiona el obturador de la c¨¢mara es el de Endre Friedmann, m¨¢s conocido por su seud¨®nimo: como Robert Capa. Pero ?y si en vez de ¨¦l, tras el visor se encontrase su pareja Gerda Taro? Esta es la hip¨®tesis que plantea el investigador e historiador Fernando Penco en su art¨ªculo Gerda Taro: una fot¨®grafa olvidada (publicado este mes en Mito Revista Cultural) y sobre el que va a ahondar en Espejo en las primeras jornadas sobre Robert Capa que se van a celebrar hasta el domingo en el municipio.
La puerta que abre Penco sobre la autor¨ªa de Gerda Taro no es nueva, pero ¨¦l afirma que se han hallado diferentes indicios que ayudan a sustentar esta hip¨®tesis. Hay que partir de la base de que el propio Robert Capa nunca existi¨®. Su atractivo nombre de sabor hollywoodiense fue obra de Taro y Friedmann que pensaron que as¨ª vender¨ªan mejor sus fotograf¨ªas de guerra a las agencias y revistas de los a?os treinta. La firma de Robert Capa lucir¨ªa mucho mejor que los nombres de una jud¨ªa alemana y un jud¨ªo h¨²ngaro, ap¨¢tridas y feroces antifascistas. As¨ª que en su viaje a la Espa?a en guerra de 1936 la firma de Capa apareci¨® indistintamente en fotos sacadas por uno y por otro. Hasta que en julio de 1937 Taro muri¨® en la batalla de Brunete atropellada por un tanque. Desde entonces y para siempre Capa vivir¨ªa solo en la piel de Endre Friedmann.
Desde la muerte de Taro, Robert Capa apenas habl¨® de Muerte de un miliciano lo que imposibilit¨® las dudas que crec¨ªan entorno a la imagen. ?D¨®nde fue realizada? ?Fue un acto de guerra real o una recreaci¨®n? Y finalmente, ?qui¨¦n la hizo? Fernando Penco fundamenta su hip¨®tesis de que la autora pudo ser Gerda Taro en un reciente ensayo publicado por el historiador nip¨®n Eijiro Yoshioka. Curiosamente, el japon¨¦s no cuestiona la autor¨ªa de Capa, pero reconoce algo que para Penco es fundamental y clave: la foto del miliciano se tom¨® con una Reflex Korelle, la c¨¢mara que, seg¨²n Irme Shaber, bi¨®grafa de Gerda, sol¨ªa usar la fot¨®grafa entre agosto y septiembre de 1936. Es decir, que la imagen no se capt¨® con la Leica que sol¨ªa usar Capa, como se cre¨ªa.
Los dos fot¨®grafos inventaron el seud¨®nimo Robert Capa para vender mejor su trabajo a las agencias internacionales
El gran problema con Muerte de un miliciano es que no se conserva el negativo de la fotograf¨ªa, que tampoco apareci¨® en la maleta mexicana que conten¨ªa cientos de instant¨¢neas de la pareja tomadas durante la contienda espa?ola. Pero por las caracter¨ªsticas de las primeras ampliaciones, expertos como Eijiro Yoshioka concluyen que la foto deb¨ªa de ser cuadrada y por tanto, corresponder con la pel¨ªcula de la Reflex Korelle que Gerda Taro utilizaba los primeros meses de la guerra. "Bas¨¢ndose otra vez en Schaber, el historiador Eijiro Yoshioka, asume abiertamente que Muerte de un miliciano se hizo con el formato de 6 por 6, por lo que deduce que la foto fue realizada con la c¨¢mara que se ha venido atribuyendo a Gerda Taro, y no con la Leica de 35 mil¨ªmetros de Robert Capa¡±, se?ala Penco.
Es decir, aquel momento decisivo que se convirti¨® en icono de las guerras del siglo XX pudo haber sido captado por Gerda Taro. "Esto es solo un camino que abro, no digo que Muerte de un miliciano la sacase Gerda Taro pero s¨ª se?alo que hay indicios que nos llevan a pensar eso y que debemos de seguir investigando", defiende Fernando Penco.
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