Lego entra en el curr¨ªculo

Las construcciones de Lego, un juguete que fascina a padres e hijos desde hace 40 a?os, va camino de convertirse en algo m¨¢s en un aula. Ha pasado a ser una herramienta educativa con usos m¨²ltiples no solo en las clases de Tecnolog¨ªa, sino en las de Humanidades o Matem¨¢ticas. Y para todas las edades: los beb¨¦s aprendiendo motricidad fina con enormes piezas o los de secundaria con complejos robots, coches sostenibles o molinos que producen energ¨ªa.

Por eso Lego, tras convertirse en una concurrida competici¨®n por toda Espa?a, donde existe una liga, tiene cada vez m¨¢s presencia en las clases extraescolares. En la Comunidad son unos 700 alumnos y empieza ahora su expansi¨®n dentro de los contenidos curriculares de algunos colegios. Son ya diez en toda Espa?a, de ellos cuatro en Madrid. Los centros privados Liceo Europeo, SEK, Brains y Ram¨®n y Cajal han sido los primeros en integrarlos.

Tienen mucho predicamento en Escandinavia, Reino Unido, Alemania y Estados Unidos

Son las once de la ma?ana y 14 alumnos del Liceo Europeo de ocho a?os se reparten en cuatro grupos dentro lo que se conoce desde comienzo de curso como Aula Lego. ¡°Igual que existe un aula de inform¨¢tica o de idiomas y un laboratorio, existe el Lego Studio¡±, sostiene Jaume Catal¨¢, de Robotix, el partner de la compa?¨ªa danesa. Los programas educativos de Lego tienen mucho predicamento en Escandinavia ¡°por su proximidad¡±, sostiene Catal¨¢, en Reino Unido, Alemania y Estados Unidos. ¡°All¨ª est¨¢n muy extendidos algunos recursos, por ejemplo los robots, pero no en el curr¨ªculo¡±, contin¨²a.

En clase de Ciencias los alumnos de este liceo est¨¢n aprendiendo lo que es una rueda y en esa hora tienen que fabricar un coche. Tienen el modelo y mientras uno sigue las instrucciones y da ¨®rdenes, otro busca las piezas y otro construye. No conocen el lenguaje de la mec¨¢nica, pero se hacen entender sin problema. ¡ª ?Por qu¨¦ no funciona?, les pregunta el profesor. ¡ªPor lo de las ruedas, que nos hemos equivocado, contesta una ni?a que, como el resto, de la emoci¨®n trabaja de pie. Lo que les falta son piezas en el engranaje y empiezan de nuevo la parte final del proceso.

La complejidad de la tarea avanza con los a?os. ¡°Todos pasan por aqu¨ª al menos una hora a la semana. No es un juego. Los profesores han tenido que formarse y existen unidades did¨¢cticas¡±, explica Mar¨ªa Campo, la directora pedag¨®gica de la escuela. ¡°Aprenden que es una gr¨²a, que es una palanca o el equilibrio, que les viene muy bien para entender la F¨ªsica, por ejemplo. Pero tambi¨¦n les ense?a a ser creativos, a la expresi¨®n oral y a trabajar en equipo¡±, prosigue. As¨ª, la idea es que lean un cuento, lo escenifiquen con legos, lo graben y lo proyecten. O al rev¨¦s, de una escena con piezas ellos tengan que crear algo art¨ªstico o literario, siempre como trabajo en grupo.

¡°Son muy intuitivos y aprenden rapid¨ªsimo. En nada de tiempo nos dan mil vueltas¡±, ironiza Miguel Clemente, profesor de Tecnolog¨ªa sobre sus alumnos de secundaria. Por su afici¨®n a los videojuegos est¨¢n acostumbrados a arrastrar iconos y pronto son capaces de programar para hacer que un coche ande y se pare en el l¨ªmite o d¨¦ la vuelta. Para ello tienen que hacer c¨¢lculos f¨ªsicos y matem¨¢ticos en el ordenador y luego aplicarlo en el aula.

En nada de tiempo nos dan mil vueltas¡±, dice un profesor de sus alumnos

Dif¨ªcilmente en una clase magistral van a entender mejor las f¨®rmulas de la fuerza o la energ¨ªa o conceptos matem¨¢ticos de trigonometr¨ªa o geometr¨ªa que construyendo su propia m¨¢quina. Y es muy ¨²til para el futuro. Cada vez m¨¢s profesiones obligan a conocer programaci¨®n: la biogen¨¦tica, las artes gr¨¢ficas o el mundo empresarial.

Las clases les sirven a los adolescentes del Liceo Europeo para practicar antes de participar en la Lego League. En ella hay que presentar un proyecto ¡ªeste curso para mejorar la educaci¨®n¡ª y resolver un desaf¨ªo rob¨®tico. Hay 24 torneos en Espa?a, los equipos mejor puntuados juegan la final nacional y los vencedores la mundial en Estados Unidos. En la pasada edici¨®n compitieron 200.000 ni?os de todo el mundo.