Bajo la p¨¢tina de Murillo
La Fundaci¨®n Focus-Abengoa restaurar¨¢ tres obras del artista en la iglesia de la Santa Caridad
En la iglesia de la Santa Caridad de Sevilla hay un resplandor. Intenso, s¨ª, aunque incompleto. El retablo mayor que luce el templo en el presbiterio posee ese encanto barroco que provoca una ceguera divina de oro y abundancia. Pero, a ambos lados de la obra de Bernardo Sim¨®n de Pineda, dos ennegrecidas tallas guardan su grandiosidad pasada bajo el polvo del tiempo. La Fundaci¨®n Focus-Abengoa ha firmado este lunes un acuerdo de colaboraci¨®n con la Hermandad de la Santa Caridad para la conservaci¨®n y recuperaci¨®n de su patrimonio. Un convenio que permitir¨¢ restaurar estos dos retablos, coronados con dos pinturas de Bartolom¨¦ Esteban Murillo, y un tercer cuadro del artista sevillano.
Los dos peque?os altares son el de San Jos¨¦ y La Virgen de la Caridad, ambos tambi¨¦n de Sim¨®n Pineda, que cuando recobren su aspecto original conformar¨¢n, junto a la obra del presbiterio, una trinidad "excepcional", en palabras del catedr¨¢tico de Historia del Arte, Enrique Valdivieso. "En cuanto se limpien, duplicar¨¢n su potencia, su armon¨ªa y su belleza. Nos encontraremos con una recompensa visual tan importante como la de nuestro magn¨ªfico retablo mayor", apunta el experto. Dos cuadros de Murillo rematan las tallas:?Ni?o Jes¨²s y San Juan Bautista ni?o, que tambi¨¦n ser¨¢n restaurados.
Valdivieso recalca el don del artista sevillano para retratar la ni?ez, una cualidad que destaca, sobre todo, en su c¨¦lebre obra El buen pastor, que se encuentra en el Museo del Prado. "Fue el ¨²ltimo de 12 hermanos y tuvo ocho hijos, por eso la influencia de la infancia est¨¢ muy presente en sus trabajo", matiza el catedr¨¢tico. Por ¨²ltimo, se restaurar¨¢ tambi¨¦n La Anunciaci¨®n, una de las pocas obras de Murillo de la iglesia de la Santa Caridad que no fue patrocinada por la propia Hermandad. "Se trata de un donativo que hizo el Marqu¨¦s de la Granja en 1686", a?ade el historiador.
Mar¨ªa Arjonilla, profesora de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Sevilla es la coordinadora de este proyecto, que tendr¨¢ como peculiaridad la implicaci¨®n de alumnos de Conservaci¨®n y? Restauraci¨®n en proceso formativo. "Para nosotros es una especie de continuaci¨®n del aula", se?ala la coordinadora, que insiste en que ser¨¢ un trabajo lento pero seguro. Adem¨¢s, prosigue, proporcionar¨¢ a los estudiantes un bagaje y una experiencia "inolvidable".
En general, el estado tanto de las obras de Murillo como de los dos retablos de Sim¨®n de Pineda es bueno, explica Arjonilla, aunque presentan desgastes propios del paso de los a?os, como el polvo, la suciedad provocada por el humo de las velas, grietas, alteraci¨®n de los barnices, levantamiento de tablas o pintura descascarillada.? "El tiempo no perdona ni a las personas ni a las obras de arte", sentencia Valdivieso.
El tiempo no perdona, pero hay m¨¦todos para intentar frenar su devastador paso. En el caso de las obras de la Santa Caridad, el buen hacer de Murillo ha facilitado la labor de restauraci¨®n, que se prev¨¦ que finalice en 2016. En el arte, una buena t¨¦cnica asegura un buen envejecimiento, afirma Arjonilla, que adelanta que es posible que el proceso de conservaci¨®n destape informaci¨®n relevante y novedosa sobre las obras. "La restauraci¨®n es un cauce muy importante para la investigaci¨®n", concluye esperanzada la encargada de devolver la luminosidad y el brillo perdidos a las obras de la iglesia sevillana.?
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