Israel Galv¨¢n y Akram Khan, dos animales sagrados
Los bailarines cautivan al p¨²blico del Mercat con ¡®Torobaka¡¯
La expectaci¨®n que hab¨ªa despertado la actuaci¨®n del d¨²o formado por Israel Galv¨¢n y Akram Khan en Torobaka super¨® los pron¨®sticos, se agotaron las localidades de la Sala Maria Aur¨¨lia Capmany del Mercat cada noche de las tres funciones programadas. Estos dos animales esc¨¦nicos que son Galv¨¢n y Khan hipnotizaron y cautivaron hasta el delirio al p¨²blico con su solemne, vital e innovador baile. La noche del s¨¢bado al finalizar la funci¨®n todo el p¨²blico que llenaba el Mercat se puso en pie para aplaudir y ovacionar a estos grandes artistas, incluido el consejero de Cultura, Ferran Mascarell, que se encontraba entre los espectadores.
El p¨²blico que fue al Mercat de les Flors ten¨ªa la sensaciones que este espacio esc¨¦nico se hab¨ªa convertido en un templo en el que dos sumos sacerdotes de la danza celebraban su particular ceremonia. El escenario era un coso y el acertado juego de luces lo ba?aba en tonos negros y rojos. Parec¨ªa que dos gladiadores o dos toros se iban a enfrentar. Primero apareci¨® Israel Galv¨¢n con su flamenco salvaje, vanguardista y religioso, luego apareci¨® Akram Khan, con su fulgurante zapateado de danza kathak y su braceo de acero, ambos se miraron a los ojos, la tensi¨®n se palpaba en el ambiente, se cre¨ªa que iban a competir, pero no fue as¨ª, cada uno brill¨® con luz propia sin oscurecer la del compa?ero. Los dos con los pies descalzos iniciaron su particular y personal zapateado. ?l de Israel fue duro, electrizante, mientras que ¨¦l de Akram fue r¨¢pido y vers¨¢til.
A partir de ese momento entablaron un di¨¢logo intenso, en ¨¦l que no falt¨® el humor, entre ellos pero tambi¨¦n con el p¨²blico, que no pudo apartar los ojos del baile de estos dos artistas. Artistas procedentes de diferentes culturas pero que han renovada cada uno su estilo de baile, Galv¨¢n ha abierto nuevos horizontes al flamenco, mientras que Khan, con su compa?¨ªa de danza afincada en Londres, ha creado un gesto contempor¨¢neo de los m¨¢s interesantes en la actualidad y ha dado al kathak, el baile tradicional de norte de la India, una dimensi¨®n hasta ahora desconocida.
Otra de los grandes alicientes de este espect¨¢culo es la m¨²sica de percusi¨®n en directo a cargo de Bernhard Schimpelsberger y las extraordinarias voces de David Azurza, Bobote y Christine Leboutte que con sus cantos tradicionales, religiosos y populares mecen este extraordinario espect¨¢culo. Leboutte es conocida del p¨²blico barcelon¨¦s porque form¨® parte de la Capilla Flamenca que acompa?¨® a los Ballets C de la B en su visita al Teatre Lliure de Barcelona en 2005 con la coreograf¨ªa de Sidi Larbi Cherkaouir, Foi.
El final de Torobaka, que debe su nombre a un poema del artista dada¨ªsta Tristan Tzara, es soberbio: la arena se ti?e de rojo como si el fuego la rodeara y ambos artistas empiezan un endiablado baile, Galv¨¢n con su bot¨ªn de tac¨®n y Khan con los pies descalzos y con las pulseras de cascabeles rode¨¢ndole los tobillos. Inolvidable.
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