La Academia salva la arquitectura
San Fernando recupera en sus salas el primer y ambicioso proyecto del Museo del Prado
Que la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando inaugure sus salas de arquitectura con la maqueta de un edificio que no lleg¨® a existir describe la relaci¨®n entre esta disciplina, la teor¨ªa y la vida: una especie de tri¨¢ngulo is¨®sceles en el que lo m¨¢s pedestre ¡ªl¨¦ase el uso o la vida¡ª quedar¨ªa relegado al lado menor.
En un ejercicio de civismo y responsabilidad ¡ªque no de desprecio por el arte¡ª, el Rey Carlos III solicit¨® a Juan de Villanueva que rebajase la ambici¨®n ¡ªy el presupuesto¡ª de su dise?o para el Museo del Prado. El gran arquitecto del neoclasicismo lo hizo y firm¨® el edificio que hoy alberga la pinacoteca. Pero los planos de ese ambicioso primer dise?o ¡°en el que hoy tendr¨ªan sombra quienes hacen cola para comprar una entrada¡±, ironiza el acad¨¦mico Enrique Nuere, responsable de las salas, quedaron para la historia. Ha sido el que estos d¨ªas ha rescatado el maquetista Juan de Dios Hern¨¢ndez. Los 45.000 euros que ha costado recuperar en miniatura ese sue?o los ha abonado el inversor norteamericano Richard Driehaus. Este economista de Chicago cre¨® una fundaci¨®n que lleva su nombre y que reconoce (con un premio que dobla la cantidad ofrecida por el Pritzker) la labor de los proyectistas internacionales empe?ados en preservar el patrimonio arquitect¨®nico del mundo. En Madrid, asegura que se interes¨® por la arquitectura cl¨¢sica ¡°porque es la que entiende y valora todo el mundo¡±.
Fue as¨ª, otorgando uno de esos galardones, como este mecenas conoci¨® al arquitecto gaditano Rafael Manzano Martos ¡ªun disc¨ªpulo de Fernando Chueca Goitia que ha restaurado inmuebles sevillanos como la catedral o el palacio de Due?as¡ª. Tan entusiasmado qued¨® con la labor de recuperaci¨®n realizada por el que fuera conservador del Alc¨¢zar de Sevilla, que no dud¨® en crear un nuevo galard¨®n que valorase, esta vez en Espa?a, lo mismo que su premio reconoce en el mundo: la preservaci¨®n de la arquitectura como legado hist¨®rico y art¨ªstico. Este premio lleva el nombre del arquitecto espa?ol.
As¨ª, con la presencia de ambos, el tercer premio Rafael Manzano se entreg¨® ayer en las reci¨¦n inauguradas salas de arquitectura de la Academia de San Fernando. Lo ganaron los proyectistas vascos Javier Cenicacelaya e ??igo Salo?a ¡ªautores de la restauraci¨®n del palacio de la Diputaci¨®n de Bizkaia, en Bilbao¡ª, que se embolsaron 50.000 euros. Es as¨ª como la mayor cuant¨ªa econ¨®mica que ofrece un premio de arquitectura en Espa?a va destinada a quienes desatienden los cantos de sirena de lo llamativo para concentrarse en a?adir a la que ya existe y no deber¨ªa desaparecer.
Que un inversor burs¨¢til metido a benefactor opte por dedicar parte de sus ganancias a proteger la arquitectura que solo el esfuerzo, el tiempo y, por supuesto el talento, han logrado construir habla de nuestros tiempos parad¨®jicos. Tambi¨¦n delata unas prioridades que van m¨¢s all¨¢ de las preferencias personales y que, con la resaca de la arquitectura espect¨¢culo, env¨ªan un mensaje inequ¨ªvoco contra el nuevorriquismo de las im¨¢genes impactantes y en defensa de las culturas milenarias. Lo que Driehaus hace a trav¨¦s de sus becas, galardones y premios es defender la ciudad hist¨®rica e irrepetible. Sus premiados no tienen hoy un nombre medi¨¢tico. Pero las ciudades donde han preservado o reparado se desdibujar¨ªan sin esos trabajos de auxilio que buscan mantener viva la historia en lugar de enfrentarse a ella o ignorarla.
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