El Park G¨¹ell baja de 9 a 2,3 millones las visitas en el primer a?o de pago
El Ayuntamiento valora de forma positiva el descenso de personas desde el inicio del cobro de entradas, hace justo un a?o
Los siete euros que cuesta la entrada general para visitar el recinto hist¨®rico del Parque G¨¹ell, desde hace ahora justo un a?o, han tenido su efecto: los visitantes que acced¨ªan al parque (tan solo el 7,9% de la extensi¨®n), se han reducido una cuarta parte, pasando de 9 millones a s¨®lo 2,3 millones; o lo que es lo mismo: Si cada d¨ªa pasaban por una de las obras m¨¢s populares creadas por el genial Antoni Gaud¨ª una media de 25.000 personas, ahora lo hacen algo m¨¢s de 6.300 personas. Una cifra que sin embargo mantiene esta zona verde de la ciudad como el monumento o centro cultural m¨¢s visitado de Barcelona, por debajo de la Sagrada Familia, la top de las obras de Gaud¨ª.
Con todo, este descenso espectacular del n¨²mero de visitantes es valorado positivamente por parte del Ayuntamiento. Maite Fandos, la concejal de distrito de Gr¨¤cia donde est¨¢ ubicado el parque, asegura que ¡°la ordenaci¨®n ha reducido sustancialmente el n¨²mero de visitantes y ha permitido avanzar en el objetivo de resolver los retos de sostenibilidad y masificaci¨®n del espacio y ha mejorado la experiencia de visitantes y vecinos¡±. Econ¨®micamente la diferencia con respecto al a?o anterior tambi¨¦n es sustanciosa. Este a?o se han generado m¨¢s de 13,5 millones de euros tras pasar los visitantes (el 4,8% entraron gratis) por caja antes de entrar.
Reducir el n¨²mero de visitantes es un viejo objetivo del Ayuntamiento desde hace a?os. En 2009, siendo regidora del distrito Inma Mayol y con cuatro millones de visitantes, el ayuntamiento consideraba ya que el parque estaba saturado y se propuso reducir a la mitad el n¨²mero de visitantes ¡°por poner en peligro la zona monumental¡± y ocasionar gran malestar entre los vecinos.
Vecinos y miembros de la comunidad escolar tienen acceso gratuito?
El a?o pasado se consigui¨® poner coto a la entrada masiva de personas. Al conocer los primeros datos algunas fuentes municipales reconocen que el ¨²nico problema ser¨ªa ¡°que estos siete millones de personas que no vienen al parque dejen de venir a Barcelona¡±. Los datos aseguran lo contrario ya que el n¨²mero de turistas que visitan la ciudad no para de crecer. En 2013 fueron 7,5 millones los visitantes que durmieron en hoteles, alcanzando las 16,4 millones de pernoctaciones.
En cuanto al por menor de las cifras destaca el hecho de que el 20% lo hacen mediante visitas de grupo. Adem¨¢s, s¨®lo han visitado el recinto 123.760 vecinos de los barrios cercanos y comunidad escolar (el 5,6%), de los que 3.582 los han hecho gratuitamente con el carnet municipal Gaudir+BCN, un documento que han solicitado unas 38.000 personas. Seg¨²n Fandos, se trata de que no se ¡°ha conseguido transmitir que los barceloneses pueden visitarlo gratis la zona monumental, por lo que apuesta por aumentar la difusi¨®n. Con parte del dinero recaudado, Fandos mantiene que ¡°permitir¨¢n hacer inversiones en el propio parque y en sus entornos¡±.
De exclusivo a masificado
El parque G¨¹ell fue creado como un parque relativamente privado. Impulsado por el mecenas Eusebi G¨¹ell deb¨ªa ser una urbanizaci¨®n exclusiva en la que vivir¨ªan 60 familias. Las viviendas estar¨ªan rodeadas por un muro y un servicio de porter¨ªa. El encargado de realizar este proyecto ser¨ªa su arquitecto de cabecera Antoni Gaud¨ª. En 1900 el arquitecto comenz¨® a urbanizar los terrenos y construy¨® los elementos comunes, como son los pabellones de entrada, la escalinata y la sala hip¨®stila destinada a mercado y lugar de encuentro. Las condiciones restrictivas para poder construir hizo que la burgues¨ªa buscara otros lugares para construir sus residencias y la iniciativa acab¨® siendo un fiasco, ya que s¨®lo se construy¨® una vivienda. Si quedaron los elementos que Gaud¨ª construy¨®, entre ellos la Casa del Guarda. M¨¢s de un siglo despu¨¦s, la masificaci¨®n y el turismo crearon una problem¨¢tica inesperada: un mantenimiento continuado de los elementos originales del recinto, sometidos a un desgaste intenso, adem¨¢s de la necesaria adaptaci¨®n de los espacios naturales para el cumplimiento de las normativas de los espacios p¨²blicos. Un quebradero de cabeza para los t¨¦cnicos del Ayuntamiento de Barcelona, que ahora, con la reducci¨®n de visitantes y los nuevos ingresos, puede mitigarse.
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