?Abajo las murallas!
De la c¨¢rcel Modelo de Barcelona s¨®lo hay que conservar la rotonda y el brazo decorado por H¨¦lios G¨®mez; el resto, a tierra y equipamientos
Hace a?os, una vecina m¨ªa decidi¨® mudarse: se compr¨® un piso justo enfrente de la Modelo. En esa ¨¦poca nuestros hijos, de la misma edad, estaban en el parvulario. La mujer me coment¨® que el piso ¡ªprecioso, por cierto¡ª era barato porque las vistas eran las que eran, pero que en dos o tres a?os ¡°eso¡± ser¨ªa zona verde. Los chicos ya han acabado la universidad y el m¨¢ster, la Modelo sigue all¨ª y mi amiga se ha instalado en una casita en la costa de Tarragona. La Modelo ha sido el gran tema de estos ¨²ltimos a?os y no ha habido alcalde que no prometiera su traslado. Xavier Trias tampoco falt¨® a esta cita y acaba de anunciar la futura desaparici¨®n de la c¨¢rcel; hasta marc¨® una fecha del a?o que viene para empezar a derribar una dependencia secundaria.
El debate de la Modelo es muy interesante y se divide en dos partes. Qu¨¦ se hace con este artefacto una vez vac¨ªo y ad¨®nde se ponen los presos. Eso es exactamente discutir la ciudad, con la derivada de decidir qui¨¦n tiene voz en el entuerto. Los barceloneses ya vivieron este debate cuando hubo que derribar la Ciutadella y las murallas, una antigua batalla que se sentenci¨® en el escueto espacio de un gobierno liberal, en contra del criterio militar de mantener las posiciones. El grito de ¡°?Abajo las murallas!¡± fue progresista: lo entonaron los higienistas, espantados por el n¨²mero de bajas que causaba la densidad de una Barcelona tan constre?ida que no pod¨ªa ni respirar. Por eso no tenemos hoy una ciudad enmurallada para solaz de los turistas. Fue un acierto. ?Fue el Eixample! Lo digo porque los vecinos quieren conservar la Modelo como recinto hist¨®rico.
Esta mole la construy¨® en 1906 Dom¨¨nech i Estap¨¤, un arquitecto tan discreto como eficaz, que le dio la modernidad que justifica el nombre en la estructura con pan¨®ptico, que es un punto central desde donde se ve todo. Yo conservar¨ªa esta rotonda clave y uno de los brazos, el que est¨¢ decorado ¡ªo estuvo¡ª por el preso y artista Helios G¨®mez, que dej¨® unos frescos en forma de Capilla Gitana que, si todav¨ªa est¨¢n, tienen que ser protegidos. En este brazo se puede poner tanta memoria como se quiera. Pero el resto deber¨ªa ir a tierra. Abajo las murallas. Y entonces s¨ª hacer equipamientos. Guardar una c¨¢rcel tan fea es apostar m¨¢s por el pasado que por la vida: yo estuve una vez en Wad Ras, de visita, eh, y lo que m¨¢s me impresion¨® fue que echaran el cerrojo, catacrac, catacrac, a cada puerta que yo traspasaba. Iban cerrando a mi paso. Eso se ve con una sola galer¨ªa de celdas hechas museo.
Dicho esto, ojo con los vecinos del barrio como ¨¢rbitros ¨²nicos de un espacio de toda la ciudad. Es el s¨ªndrome de las Glorias: darle la dimensi¨®n equivocada ¡ªy la participaci¨®n restringida¡ª a una pieza de notable centralidad. La Modelo tiene que tener equipamientos, pero no estar¨ªa mal que tuviera tambi¨¦n pisos, porque no siempre que se edifica hay especulaci¨®n. O acabaremos teniendo una ciudad sin nuevos vecinos y, por lo que leo, sin comercio hist¨®rico: quiero decir que estamos construyendo una aberraci¨®n. A ver si nos resultar¨¢ una ciudad de servicios y turistas con los vecinos viviendo en Montgat, es un decir. El debate de la Modelo nos implica a todos.
Finalmente, ?d¨®nde ponemos los presos? ?En la Zona Franca! De acuerdo, eso es el salvaje oeste, hay territorio para lo que sea, pero la Zona Franca tambi¨¦n es un barrio, o dos si contamos la lenta aparici¨®n de la Marina del Prat Vermell, un nombre mucho m¨¢s po¨¦tico. Un barrio larguirucho, b¨¢sicamente estructurado por un paseo colonizado por grandes instalaciones: un barrio extra?o con un parque sensacional, enigm¨¢tico, en la parte superior. Can Sabat¨¦ ¡ªlos vecinos lo llaman ¡°de las estrellas¡±¡ª est¨¢ encerrado sobre s¨ª mismo y tiene una pir¨¢mide, una cascada y una columnata, pero nada se ve hasta que has entrado en ¨¦l: es un espacio desconocido lleno de gente del barrio. Nadie va a la Zona Franca si no es a comprar herramientas, a pasar la ITV o a algo parecido. El barrio tiene el metro pendiente desde hace siglos y todav¨ªa le tocar¨¢ esperar.
Barcelona va expulsando sus problemas a la periferia; antes los mandaba al municipio de al lado, pero el F¨®rum ya marc¨® la pauta de asumir la mierda, con perd¨®n, y dej¨® la depuradora donde estaba, s¨®lo que cubierta por esa gran plaza vac¨ªa, la de la placa solar. Parece una tonter¨ªa pero fue una revoluci¨®n conceptual. Ahora estamos ante una operaci¨®n similar, con el agravante de que las dos prisiones restantes, las dos perif¨¦ricas, parece que se quedan donde est¨¢n. Si la nueva c¨¢rcel se pone cerca de los vecinos de la Zona Franca, es una mala jugada; si se pone lejos, el problema es para las familias, ?o no han visto las colas a la puerta de la Modelo, los domingos al sol? Este tema ha sido debatido largamente con los vecinos del Eixample: ?lo han preguntado a los vecinos de la Zona Franca? ?O hay vecinos m¨¢s vecinos que otros vecinos?
Patricia Gabancho es escritora
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.