Un pa¨ªs enfermo

Hablan los hechos. Y as¨ª, el pasado domingo se reun¨ªan en la plaza de la Virgen trescientos enfermos mentales para marchar en manifestaci¨®n hasta el Ayuntamiento de Valencia, donde leyeron un manifiesto en el que reivindicaban el derecho a una vida digna. Los enfermos mostraron su rechazo a la intenci¨®n del Consell de aprobar mediante una ley el copago en centros y servicios residenciales y de rehabilitaci¨®n, despu¨¦s de que el Tribunal Superior de Justicia anulara el decreto que regulaba estas aportaciones cobradas ilegalmente por el Gobierno de Alberto Fabra. El temor es que el nuevo copago suponga en la pr¨¢ctica un elemento disuasorio a la hora de acudir a estos servicios. Unas medidas que afectan tambi¨¦n a todos los discapacitados y a las personas mayores dependientes.

Por su parte, la Asociaci¨®n Valenciana de Diabetes ha denunciado problemas con las nuevas agujas que la Conselleria de Sanidad ha comprado para abaratar costes. La retirada de la aguja es mucho m¨¢s dolorosa, su tama?o es mayor, el precinto de seguridad que la protege se desprende f¨¢cilmente, tiene un s¨®lo capuch¨®n, cuando antes contaban con dos y adem¨¢s el enroscado de la aguja no funciona bien. Lo peor de todo es que, seg¨²n denunciaba en la Cadena Ser la presidenta de la asociaci¨®n, Arantxa Cervera, las nuevas agujas provocan hematomas de siete a diez cent¨ªmetros o fugas de insulina que descuadran las dosis.

Y de la diabetes a la hepatitis. Ataviados con camisetas rojas en las que se pod¨ªa leer ¡°Los recortes matan¡±, el pasado viernes un grupo de afectados por la hepatitis C se concentraron frente al Hospital Carlos III de Madrid, para pedir celeridad en el suministro del nuevo medicamento Sovaldi, porque, seg¨²n aseguraron, doce personas mueren cada d¨ªa en Espa?a por esta enfermedad. Adem¨¢s, seg¨²n sus c¨¢lculos, los 125 millones que el ministerio de Mato destinar¨¢ a ello solo cubrir¨¢ el tratamiento de 4.900 de los 300.000 enfermos de hepatitis C diagnosticados en Espa?a.

Conclusi¨®n: una nueva epidemia recorre el pa¨ªs. La transmite un virus muy peligroso, el PP. Sus dirigentes son una amenaza para toda la poblaci¨®n.