¡®Don Geraldo¡¯ estrena su nueva casa
La residencia de Gerald Brenan en Churriana reabre como centro cultural
Hace 13 a?os, M¨¢laga le rindi¨® el ¨²ltimo homenaje hasta la fecha a uno de sus vecinos m¨¢s ilustres. Fue en enero de 2001, cuando las cenizas del escritor e hispanista Gerald Brenan (Malta, 1894-M¨¢laga, 1987) reposaron por fin junto a su esposa, la poeta estadounidense Gamel Woolsey, en el cementerio ingl¨¦s de M¨¢laga. Hab¨ªan pasado 14 a?os de su muerte, a los 92 a?os en su casa de Alhaur¨ªn el Grande, tiempo en el que, por propia voluntad, su cuerpo hab¨ªa servido para la investigaci¨®n m¨¦dica.
Ahora, tras a?os de retrasos, la casa del siglo XIX en Churriana (M¨¢laga) en la que el autor de Al sur de Granada vivi¨® entre 1935 y 1969, en la que escribi¨® sus mejores obras y que fue refugio de buena parte de sus amigos, como Bertrand Russell, Arthur Waley, Luis Miguel Domingu¨ªn o Ernest Hemingway, reabre sus puertas convertida en un centro cultural que pretende ¡°unir lo cosmopolita con lo local, que es lo que hizo Brenan en su casa¡±, seg¨²n apunta la periodista y novelista Silvia Grijalba, directora de la Casa Gerald Brenan de Churriana.
Brenan so?aba desde las trincheras con su futura casa mediterr¨¢nea, donde poder leer y leer¡ Ian Gibson, hispanista
Mientras se dan los ¨²ltimos toques a la programaci¨®n para 2015, que incluir¨¢ recitales po¨¦ticos, m¨²sica, microteatro y seminarios, la casa del escritor se inaugura oficialmente este mi¨¦rcoles con unas jornadas dedicadas a la figura y obra de Brenan y a la de uno de sus ¨ªntimos amigos, el historiador y antrop¨®logo Julio Caro Baroja (Madrid, 1914-Navarra, 1995).
El periodista y ensayista Tom Burns Mara?¨®n, nieto del cient¨ªfico e historiador Gregorio Mara?¨®n, ser¨¢ el encargado de abrir los actos inaugurales con una conferencia (12.30). La jornada de la tarde, tambi¨¦n dedicada exclusivamente a la figura del hispanista, tendr¨¢ como protagonistas al escritor Carlos Pranger, albacea del legado de Brenan e hijo de Lynda Nicholson, su secretaria; el veterano periodista televisivo Alfredo Amestoy y, por ¨²ltimo, el hispanista irland¨¦s Ian Gibson, principal bi¨®grafo de Garc¨ªa Lorca y amigo de Brenan.
La voz del cantaor Juan Pinilla cerrar¨¢ el primer d¨ªa de andadura de la Casa Gerald Brenan. ¡°Para m¨ª ha sido todo un honor que me invitasen a la inauguraci¨®n. Sent¨ª una fuerte emoci¨®n porque yo siempre me consider¨¦ un disc¨ªpulo del maestro Brenan y lo sigo siendo¡±, explica el hispanista Ian Gibson. ¡°Recordar¨¦ lo que yo creo que le debemos todos, y que es su capacidad de transmitir esa curiosidad que ¨¦l sent¨ªa por todo, sus ganas de aprender, su fascinaci¨®n¡±, a?ade Gibson, que como el escritor, est¨¢ a punto de cumplir su sue?o de vivir en una casa frente al Mediterr¨¢neo, en el barrio de La Malagueta de la capital malague?a.
¡°Brenan busc¨® su propia liberaci¨®n, huyendo de un padre muy estricto y, despu¨¦s, luchando en Flandes en la I Guerra Mundial. So?aba desde las trincheras con su futura casa mediterr¨¢nea, donde poder leer y leer¡ Era un hombre del Renacimiento; le interesaba todo. Nos contagiaba a hacer lo mismo¡±, recuerda el hispanista.
La ¨²ltima jornada, el jueves 30, estar¨¢ dedicada a Julio Caro Baroja, ¨ªntimo amigo de Brenan, quien le convenci¨® para que comprara una casa en Churriana, donde pas¨® largas temporadas.
Coincidiendo con la celebraci¨®n del centenario de su nacimiento, el poeta Luis Alberto de Cuenca ahondar¨¢ en su figura (11.30). Tras ella, la ma?ana dedicada al sobrino del escritor P¨ªo Baroja, contar¨¢ con la participaci¨®n de dos de sus familiares: su hermano, P¨ªo Caro Baroja, y su sobrina, Carmen Caro Jaureguialzo, hija del anterior. La sesi¨®n de la tarde tendr¨¢ como protagonistas al granadino Antonio Jos¨¦ L¨®pez L¨®pez, investigador de la figura de Brenan, y al escritor Fernando S¨¢nchez Drag¨®.
¡°Mostrar¨¦ su relevancia en la antropolog¨ªa de la historia, ya que Julio Caro Baroja se consideraba un historiador. En lo personal, era un ser entra?able y muy generoso con los j¨®venes que se le acercaban en busca de consejo. Recuerdo que me lo encontr¨¦ en una librer¨ªa, de viejo, en Madrid en los a?os 70 y no dud¨® en invitarme a que lo visitase en su casa. As¨ª pas¨¦ 10 a?os, intercambiando opiniones y hablando sobre todo de libros. ?l era un bibli¨®filo como lo soy yo¡±, recuerda Luis Alberto de Cuenca.
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