Intensidad sofocante

Magn¨ªfica entrada en el Auditori para o¨ªr a Wayne Shorter a pesar de la crisis y del IVA, que siguen golpeando este tipo de propuestas, y, sobre todo, de que a sus 81 a?os el saxofonista norteamericano sigue siendo a pesar de los pesares un m¨²sico minoritario. Shorter atraves¨® las d¨¦cadas de 1960, 70, 80 y 90 a lomos del jazz m¨¢s popular (de Miles Davis a su propio Weather Report) pero entr¨® en el siglo XXI buscando la parcela introspectiva de la m¨²sica y la encontr¨®. Su cuarteto ac¨²stico es una de las formaciones m¨¢s serias y creativas del momento actual (por no decir la que m¨¢s que siempre es discutible). En el Auditori lo demostraron ampliamente.

Fue un concierto corto pero intenso, muy intenso. Incluso a la hora lo dieron por finalizado pero, tras mirar el reloj, regresaron al trabajo y fue esa media hora final lo mejor de la velada. Saltaron chispas y al final hasta Brian Blade acab¨® desparramando la bater¨ªa por el escenario como si de un concierto de los primeros Who se tratara. Y, en realidad, la intensidad y nivel de excitaci¨®n alcanzados podr¨ªa compararse, eso s¨ª sin aquel punto de barbarie que caracterizaba al cuarteto de rock brit¨¢nico cuando arrasaba el escenario. Shorter y los suyos tambi¨¦n arrasaron pero de forma m¨¢s civilizada provocando un delirio colectivo que desemboc¨®, no pod¨ªa ser de otra manera, en una de esas ovaciones de gala que pocas veces se repiten.

El cuarteto ac¨²stico de Shorter es un fino mecanismo de relojer¨ªa que funciona a la perfecci¨®n. Los cuatro elementos encajan de tal forma que resulta imposible saber de d¨®nde surgen las ideas o qu¨¦ parte est¨¢ escrita y cual improvisada. Los temas discurren pl¨¢cidamente abriendo constantemente nuevos caminos por los que los cuatro m¨²sicos se dejan ir con total libertad hasta crease una atm¨®sfera densa y sofocante que te mantiene completamente clavado al asiento. Es un jazz ciertamente cerebral pero que te penetra tambi¨¦n por los poros de la piel provocando un c¨²mulo de agradables y cambiantes sensaciones, lo mejor que puede esperarse de un concierto sea del estilo que sea.