?Qui¨¦n conoce a James Brandon Lewis?
Un solo disco, 'Divine travels', y una carrera que cabe en un p¨®sit, suficiente para poner la sala Clamores patas arriba
Ya lo ven: puestos a elegir, uno comienza ¡°su¡± festival JazzMadrid en un club. Podr¨ªa haber empezado por cualquiera de los conciertos estelares del Conde Duque, pero no. El jazz se escucha en el club como en ning¨²n otro lado, y Clamores Jazz es uno de los pocos de la ciudad cuyo futuro no est¨¢ amenazado por la subida del alquiler, loados sean los caseros rumbosos. Adem¨¢s tocaba James Brandon Lewis, de quien se han dicho maravillas, incluso Sonny Rollins, que le ha prohijado, o poco menos. Vale, pero ?qui¨¦n de verdad le conoce?... ?alguien ha escuchado su m¨²sica?: al parecer muchos. Un solo disco, Divine travels, y una carrera que cabe en un p¨®sit, suficiente para poner el mi¨¦rcoles la sala Clamores patas arriba. ¡°Es que tiene un nombre muy jazz¡±, comenta la ocupante de la mesa contigua. Ser¨¢ eso.
Por el disco, uno se hab¨ªa hecho la idea de JBL como un Sonny Rollins suavecito o, me fastidia la palabra, ¡°domesticado¡±. De eso nada. Lewis a lo vivo es apasionado e intenso, incluso demasiado. Uno le escucha y termina pidiendo la hora, a¨²n gust¨¢ndole lo que escucha. Se le da un aire a Eric Dolphy, lo propio en quien da la impresi¨®n de tenerlo todo bajo control. Como su mentor Rollins, ¨²nicamente toca el tenor, ser¨¢ porque m¨¢s vale poco y bueno. Tiene tambi¨¦n un punto m¨ªstico; nada que deba preocuparnos. Su sentido del humor le redime.
Una de las cosas m¨¢s entretenidas cuando se escucha a JBL consiste en adivinar lo que est¨¢ tocando. ?Qui¨¦n entre los presentes ha reconocido Over the rainbow?: que levante la mano. Una frase aqu¨ª, otra all¨¢... lo que empieza siendo una versi¨®n Swing Low, Sweet Chariot, si es que realmente lo es, termina en un calypso-free a la memoria de pap¨¢ Rollins. Ya vendr¨¢ quien termine llam¨¢ndolo post-free, y si no, el tiempo. JBL se enreda en un loop y de ah¨ª le sale una composici¨®n. Al final, todas sus composiciones parecen ser la misma, lo que no es malo per se. Hay quien ha escrito una sola una canci¨®n en su vida, y vive de eso.
Llaman la atenci¨®n sus dos acompa?antes: no parecen m¨²sicos de jazz. Max Johnson pudiera estar tocando el bajo con Belle & Sebastian mientras que Dominic Fragman es lo m¨¢s parecido a un Angus Young sentado tras de la bater¨ªa, corbata incluida. Lo cierto es que no podr¨ªa haber encontrado el saxofonista mejores escuderos.
Total, un descubrimiento ¨¦ste James Brandon Lewis.
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