El Ayuntamiento desahucia a un club deportivo con 50 a?os de historia
El CD Aviaci¨®n est¨¢ instalado en unos terrenos donados por una duquesa al Ej¨¦rcito El Consistorio considera a los futbolistas ocupantes ilegales
"?Vamos, Avi!". S¨¢bado a mediod¨ªa en el campo Pedro Vives. El equipo cadete del Club Deportivo Aviaci¨®n se enfrenta al Aravaca D, mientras los ni?os de la categor¨ªa alev¨ªn esperan su turno para jugar. En las gradas, los padres alientan a sus hijos y corean con un "?uy!" cada bal¨®n que acaricia la porter¨ªa. Lo hacen con pasi¨®n, la misma con la que el barrio, una antigua colonia militar en Carabanchel, lleva animando a su equipo desde que este naciera hace medio siglo.
Esta estampa, que se repite cada fin de semana, puede haber sucedido ya por ¨²ltima vez. Ma?ana, orden judicial en mano, un equipo del Ayuntamiento de Madrid llegar¨¢ hasta la calle de Muntadas para derribar las instalaciones del equipo, un hist¨®rico de las categor¨ªas regionales. Para el Consistorio, es un paso m¨¢s en la expulsi¨®n de los "ocupantes ilegales" de un terreno que considera suyo. Para el Avi, como lo conocen cari?osamente sus aficionados, es la p¨¦rdida de su campo de toda la vida, que, defienden, es leg¨ªtimamente de su propiedad.
Desde su fundaci¨®n en 1964 han pasado por el ¡®Avi¡¯ unos 10.000 jugadores
"Si esto lo tiran, el club desaparece. Llevamos aqu¨ª d¨¦cadas, tenemos unos derechos adquiridos. Es una causa de justicia", asegura Juan Jos¨¦ Carrasco, presidente del Aviaci¨®n desde 1992. "El Ayuntamiento de Madrid no reclama la propiedad de la parcela, puesto que es indubitadamente suya, sino que recupera su posesi¨®n", sentencia el gobierno local. Llevan litigando desde 2004, cuando el club recibi¨® la primera solicitud de desalojo. Cinco a?os antes, el Instituto para la Vivienda de las Fuerzas Armadas (INVIFAS), propietario original del terreno ¡ªcedido a su vez por la Duquesa de Tamames¡ª lo hab¨ªa traspasado al Consistorio sin tener en cuenta a sus ocupantes. El club ha interpuesto una demanda en la que solicita que se paralice el desalojo. A¨²n no ha obtenido respuesta.
Los tres campos del Pedro Vives, la casa del Aviaci¨®n, son de tierra. Es dif¨ªcil trabajar sobre ella y aunque el club ha vivido ¨¦pocas m¨¢s brillantes, sigue atrayendo jugadores y seguidores. "M¨ªralo, ?si se mueve menos que un Playmobil!", increpa uno de los aficionados al ¨¢rbitro. En las gradas, Luis Jim¨¦nez observa el partido. Su hijo juega con los cadetes, de 15 y 16 a?os, y ¨¦l entrena desde hace dos temporadas al primer equipo. "Siempre hemos pedido la posibilidad de hacer el campo de c¨¦sped, de compartirlo, pero la realidad es otra".
Como alternativa a esa "otra realidad", la del desalojo, la Junta de Latina asegura que les han ofrecido usar otros terrenos situados a escasos minutos del Pedro Vives. "Est¨¢n en p¨¦simas condiciones. Para un partido pueden servir, pero no para jugar y entrenar all¨ª de forma indefinida", critica el presidente.
El ¡®Avi¡¯, en peligro
- 1964. Se funda el Club Deportivo Aviaci¨®n como un equipo de barrio en un campo cedido por el Ej¨¦rcito del Aire.
- 1999. El Instituto para la Vivienda de las Fuerzas Armadas (INVIFAS) traspasa el terreno al Ayuntamiento de Madrid, que se considera desde entonces su propietario.
- 2004. El club recibe el primer aviso de desahucio y comienzan los litigios con el gobierno municipal.
- 2005. El INVIFAs solicita al CD Aviaci¨®n que entregue las llaves del terreno al propio Instituto o al Ayuntamiento.
- 2008. El Consistorio aprueba la urbanizaci¨®n de la parcela, que no puede llevarse a cabo sin la demolici¨®n de sus instalaciones.
- 2013. Se inicia el proceso de desalojo, que el CD Aviaci¨®n recurre, sin ¨¦xito. El club inicia un proceso por lo civil en el que solicita la paralizaci¨®n del derribo.
- 2014. El Ayuntamiento comunica que el desalojo y demolici¨®n est¨¢ previsto para el 11 de noviembre.
Uno de los puntos clave de la disputa jur¨ªdica es un documento escrito a m¨¢quina, con letras gruesas y ya algo ilegible por el tiempo. Est¨¢ fechado el 20 de mayo de 1964 y firmado por el teniente coronel de Aviaci¨®n Antonio Soria de la Calle. Seg¨²n el club, este escrito le da potestad para "declarar propio el terreno". Seg¨²n el Ayuntamiento, no es un contrato v¨¢lido. "La ocupaci¨®n se autoriz¨® en estricto precario", defiende el Consistorio. Es decir, era un acto de "benevolencia" del propietario (entonces el INVIFAS, que se extingui¨® en 2010) y pod¨ªa revocarse en cualquier momento.
La decena de equipos del Aviaci¨®n ¡ªunos 200 jugadores y 110 socios¡ª viste camiseta azul, la misma que han llevado los m¨¢s de 10.000 futbolistas que han pasado por el club. Las primeras equipaciones se compraron a plazos. Ese car¨¢cter humilde se mantiene hoy, aseguran, a pesar del tiempo transcurrido. El Aviaci¨®n ech¨® a rodar el bal¨®n en 1964 en la colonia Coronel Pedro Vives, popularmente conocida como la colonia de Aviaci¨®n; unas 1.000 viviendas para oficiales de bajo rango y funcionarios de la Maestranza A¨¦rea que trabajaban en la base de Cuatro Vientos.
D¨¦cadas de historia que, para el club, implican algo m¨¢s. El Aviaci¨®n alega que, por haber permanecido durante m¨¢s de 30 a?os en el terreno, de forma pac¨ªfica e ininterrumpida, pasan a ser los due?os del mismo. El Ayuntamiento precisa, sin embargo, que esto no se aplica a las parcelas p¨²blicas.
Si tiran el campo, el equipo desaparece
Juan Jos¨¦ Carrasco, presidente del CD Aviaci¨®n
Dos bloques de reciente construcci¨®n observan lo que ocurre en el campo del Pedro Vives desde una posici¨®n privilegiada y, en la parcela contigua, las m¨¢quinas de la constructora Pryconsa, encargada de la urbanizaci¨®n de la zona, trabajan en un nuevo edificio. El temor del club es que su campo desaparezca para convertirse en pisos. Seg¨²n el plan urban¨ªstico del Ayuntamiento, el suelo sobre el que juegan es de uso deportivo p¨²blico y, asegura el Consistorio, lo que se construya sobre ¨¦l ser¨¢n tambi¨¦n instalaciones deportivas. Sin embargo, el ¨¢rea urban¨ªstica en la que se encuentra, que engloba el campo y dos parcelas m¨¢s, est¨¢ descrita como residencial. Sobre ella se prev¨¦ la construcci¨®n de 206 viviendas en una superficie de 20.640 metros cuadrados.
"Es un club muy familiar, mi hermano jug¨® aqu¨ª. Lo que intenta es sacar a los chavales de la calle y fomentar un f¨²tbol de uni¨®n. Si desaparece, nos dan un disgusto", lamenta Paz al finalizar el partido. El equipo, en el que entrena su hijo Alejandro, ha empatado. Los jugadores salen del campo, acompa?ados por el aplauso de la afici¨®n, la mayor¨ªa padres o vecinos del barrio vinculados a su equipo de toda la vida. Salen del campo, tambi¨¦n, con la duda de d¨®nde podr¨¢n jugar el pr¨®ximo partido.
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