Un toldo contra el patrimonio

El Ayuntamiento de Valencia lleva 23 a?os gobernado por el Partido Popular.

El ¨¦xito de esta continuidad se lo debe el partido a la alcaldesa, en parte, por su innegable habilidad para conectar con sus votantes y en parte por el uso de una estrategia en la que el partido aparece como ¨²nico posible defensor de una ¡°valencian¨ªa¡± basada en un determinado trato a la lengua vern¨¢cula y en la defensa de las fiestas valencianas, valencianas.

Entre estas cabe destacar las del d¨ªa de la Virgen de los Desamparados, la Ofrenda de Flores en Fallas, y la procesi¨®n del Corpus Christi.

Todas ellas celebradas en la actual Plaza de la Virgen, antes Plaza de la Constituci¨®n. En ella recaen edificios que tienen mucho m¨¢s de 23 a?os.

La Catedral Metropolitana (1262), el Palacio de la Generalitat (1422), la Bas¨ªlica de la Virgen (1653), y la Casa Vestuario (1800).

Esta es la Plaza m¨¢s significativa de la ciudad.

No hay d¨ªa que no se utilice para una u otra manifestaci¨®n. Lo mismo sirve para hacer bailes regionales que para apoyar a las v¨ªctimas del accidente del metro, hacer conciertos, terminar las manifestaciones a favor de la ense?anza p¨²blica, celebrar la misa de infantes, proyectar ¨®pera, reivindicar que cese un conflicto b¨¦lico o a pedir dimisiones y responsabilidades pol¨ªticas.

Lo bonito de esta plaza es que, a pesar de lo variopinto de las manifestaciones, nunca nadie se pelea. La gente se turna.

La alcaldesa y lo que antes se llamaba ¡°las Autoridades¡±, ocupan su turno el d¨ªa de la Virgen, el del Corpus, y a veces en la Ofrenda.

Situados tras una valla que les separa de la gente, o asomados desde un balc¨®n de la Casa Vestuario, participan del acto.

En estas ocasiones se extiende un toldo sobre la plaza. Un toldo de unos 1.200 metros cuadrados.

Hace tres a?os que sabemos que el toldo, que se sujeta entre la Bas¨ªlica y el edificio de viviendas situado enfrente, no debe extenderse porque es t¨¦cnicamente peligroso.

Dada esta circunstancia, lo sencillo hubiera sido retirar el toldo para siempre, o volverlo a proyectar sobre palos anclados en el suelo, que es como tradicionalmente se colocaba.

Pero no ha sido as¨ª.

La alcaldesa, echando mano de la estrategia de defensa de la ¡°valencian¨ªa¡±, manifest¨® su decisi¨®n de poner el toldo pasara lo que pasara.

Se construy¨® un toldo nuevo, a pesar de que el proyecto describe los da?os que el toldo anterior caus¨® a la Bas¨ªlica (en el tambor, en el muro de fachada, en la cubierta,¡­), a pesar de que en el mismo se dice que los macizos situados sobre la Bas¨ªlica no est¨¢n calculados para soportar la fuerza que el toldo puede transmitir en caso de que el viento que sople sea el que es de obligado cumplimiento considerar en Valencia, y que esos esfuerzos podr¨ªan afectar al comportamiento estructural original del monumento y del edificio contiguo. Se construy¨® a pesar de que los vecinos del edificio que se sit¨²a frente a la Bas¨ªlica (entre los que hay ingenieros, abogados y arquitectos) tras leer el proyecto, y como consecuencia inmediata, manifestaran su oposici¨®n a seguir siendo edificio soporte. Cinco veces consecutivas y por unanimidad.

La obra se empez¨® a pesar de que el acta de inicio de trabajos estaba sin firmar, a pesar de no contar con la preceptiva autorizaci¨®n de Patrimonio Cultural, a pesar de que los Servicios T¨¦cnicos del Ayuntamiento no hab¨ªan aprobado el proyecto (requisito imprescindible para poder realizar las obras, y que en este caso lleg¨® la aprobaci¨®n tres meses despu¨¦s de que el toldo estuviese ya instalado en la cubierta de la Bas¨ªlica), a pesar de que la Oficina T¨¦cnica de Conservaci¨®n de la Edificaci¨®n del Ayuntamiento manifestara sus dudas frente al origen de las patolog¨ªas existentes en el edificio soporte, no descartando la influencia de las solicitaciones del toldo.

Una vez ya construido el toldo, se consigui¨® la aprobaci¨®n de Patrimonio (tras previa solicitud de la Fundaci¨®n para la Restauraci¨®n de la Bas¨ªlica al primer teniente de alcalde para que intercediera ante la Directora General de Patrimonio, pues el expediente llevaba 10 meses bloqueado, lo cual tiene todo el sentido al tratarse de un elemento impropio en un edificio declarado Bien de Inter¨¦s Cultural con la categor¨ªa de Monumento), y dicha aprobaci¨®n se realiz¨®, pero con condiciones: si el toldo provoca da?os al monumento deber¨¢ ser retirado.

El toldo ha costado 371.166,37 euros y se ha construido en el convencimiento de que los permisos, aunque sea a toro pasado, se consiguen siempre, a las buenas o a las malas.

Pero el permiso de los vecinos, que tambi¨¦n han recibido todo tipo de presiones, no ha llegado.

A d¨ªa de hoy, las presiones han acabado con la unanimidad, pero no con la amplia mayor¨ªa,

La gente pregunta por qu¨¦ el Ayuntamiento ha gastado 371.166,37 euros en un toldo que en pura l¨®gica no se puede extender. No porque se le eche de menos, si no por el alarde medi¨¢tico que la alcaldesa y el primer teniente de alcalde han hecho a favor del toldo.

Pues bien, con la finalidad de fabricar un culpable, el Ayuntamiento ha demandado a la comunidad de vecinos, alegando que, tras construir el toldo (con todo en orden, se supone), los vecinos se han descolgado con que no lo quer¨ªan.

El juez, que ha dictado sentencia con la velocidad del rayo, dice que el Ayuntamiento tiene el derecho de poner el toldo, y que lo de la seguridad no es cosa de esta sentencia.

Es decir, que, adem¨¢s de no solucionar nada, porque aqu¨ª el ¨²nico problema es el de la seguridad, el juez condena a costas a los vecinos que, sin comerlo ni beberlo, se han visto obligados a pagar a un abogado para que les defienda del Ayuntamiento que ellos mismos sufragan y a otro para que les demande.

Esto, aun siendo incre¨ªble, es cierto. Si alg¨²n ciudadano tiene inter¨¦s en revisar los documentos que avalan nuestras palabras no tiene m¨¢s que solicit¨¢rnoslo.

Tenemos el proyecto y el expediente.

Hemos mantenido absoluta discreci¨®n hasta que nos ha llegado la absurda demanda, porque entend¨ªamos que no era preciso airear los errores de los dem¨¢s, siendo como era el del toldo, y en principio, un error heredado.

Pero el asunto pasa de casta?o a oscuro.

Lo m¨¢s f¨¢cil y m¨¢s noble es que la Alcaldesa se retire de su empe?o, que contribuya as¨ª a defender el patrimonio, protegiendo la Bas¨ªlica, que es monumento nacional, en lugar de volver a ponerla en peligro por un prescindible toldo. Y a proteger a un edificio de viviendas, que, aunque sea uno m¨¢s, es obligaci¨®n del Ayuntamiento evitar que sobre ¨¦l grave ning¨²n elemento que pueda perjudicarle.

Retroceder, de sabios o no, es de gente honesta. Aunque en el retroceso se vea el error.

Y por cierto, que los vecinos, que somos tan variopintos como los eventos de la plaza, creo que tenemos algo en com¨²n. Y es que si vivimos en esta plaza es, entre otras cosas, porque todas estas fiestas, valencianas, valencianas, por unos motivos u otros, nos gustan.

Y del toldo, mientras dimos por hecho que era seguro, nunca pusimos pegas y nunca pedimos nada a cambio. Ni hemos aceptado compensaci¨®n alguna cuando se nos ha ofrecido. Porque esto es un tema de seguridad. No de negocio.

Lourdes Garc¨ªa Sogo es arquitecto y vecina de la plaza de la Virgen n? 4 de Valencia