La discoteca se hace museo
Cinco j¨®venes bailan como si nadie les mirara en la exposici¨®n de Rineke Dijkstra
Suena una versi¨®n movida de When Love takes over de Kate Ryan. Una joven frente a un fondo blanco comienza a bailar con timidez y repitiendo los mismos gestos una y otra vez. Sabe que la c¨¢mara la est¨¢ mirando y capturando cada uno de sus movimientos. Poco a poco comienza a soltarse y a dejarse llevar por la m¨²sica. Todo ocurre en la sala de v¨ªdeo de un museo. Es parte de la obra The Krazyhouse (Megan, Simon, Nicky, Philip, Dee), que su creadora Rineke Dijkstra (Sittard, Pa¨ªses Bajos, 1959) ha presentado este jueves en el Museo Guggenheim Bilbao, donde permanecer¨¢ hasta el pr¨®ximo uno de marzo. Su obra se resume en un concepto muy simple: "bailando cada uno se muestra como lo que son".
La videoinstalaci¨®n de 32 minutos y dividida en cuatro pantallas es solo la tercera proyecci¨®n que acoge la sala del Guggenheim Film & Video, inaugurada en febrero para cobijar este tipo de arte. La artista, que ya estren¨® la obra en la Tate Liverpool, estudi¨® fotograf¨ªa en ?msterdam, hasta que un d¨ªa a la salida de una discoteca se dio cuenta de que algunas cosas como el ambiente de una noche y transmitir "la idea de que pasa el tiempo" solo se pod¨ªan capturar en v¨ªdeo. Los adolescentes y atrapar momentos puntuales en las vidas de las personas siguieron siendo, eso s¨ª, sus obsesiones.
Dijkstra quer¨ªa que todo fuera lo m¨¢s natural y realista posible. Que los actores se olvidaran de las c¨¢maras y que no solo fueran interesantes, sino tambi¨¦n que lograran que el espectador se sintiera cercano a ellos. Mont¨® su propia "dance floor" en un estudio improvisado de la discoteca Krazyhouse en Liverpool, con tres niveles y tres tipos de m¨²sica (house, heavy metal y R&B). Contrat¨® a un DJ que ambientara la situaci¨®n e hizo un c¨¢sting de decenas de personas para encontrar a sus elegidos. Ahora ha creado una especie de discoteca en el museo, no tan diferente a esas im¨¢genes que se ven cada cierto tiempo por los pasillos del Guggenheim cuando se celebran sus fiestas Art after Dark.
"Quer¨ªa a personas que supieran bailar, pero que fueran naturales". Philip es, por ejemplo, peluquero. El d¨ªa de la ¨²ltima grabaci¨®n acababa de te?ir el pelo a una se?ora. Sus manos en el v¨ªdeo est¨¢n negras, pero su ritmo es imparable.La artista le dijo que, de esa guisa, se soltara. Esta era la ¨²ltima oportunidad. Philip estuvo 12 minutos bailando frente a un punto fijo. "Hay cierta noci¨®n de vulnerabilidad en su baile". Dijkstra acab¨® trabando cierta amistad con todos sus protagonistas. Quer¨ªa que esa sensaci¨®n se transmitiera en los primeros planos con los que logra capturar la expresi¨®n de Megan, Simon, Nicky o Dee. Consigui¨® que todos se soltaran.
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