Comprom¨ªs navega de nuevo
La fuerza y el futuro de la coalici¨®n reside precisamente en su pluralismo, en su novedosa imagen y din¨¢mica, no en la parte m¨¢s veterana y rancia del hegem¨®nico Bloc
Uno de los fen¨®menos pol¨ªticos m¨¢s notables de estos ¨²ltimos a?os en el Pa¨ªs Valenciano, al menos desde 2011, ha sido sin duda la proyecci¨®n de la Coalici¨® Comprom¨ªs, integrada, como es sabido, por el Bloc Nacionalista, Iniciativa, Els Verds y Gent de Comprom¨ªs, adem¨¢s de independientes y adheridos. La clave de su ¨¦xito ha sido ¨Co tal creemos¨C su capacidad para amalgamar colectivos e individuos de distinto perfil ideol¨®gico e itinerarios hist¨®ricos, de lo que se ha decantado ¨Ccontra lo que pudiera haberse pronosticado¨C un discurso fresco, cr¨ªtico y hasta coherente. Los buenos resultados electorales conseguidos en las ¨²ltimas convocatorias, el incremento de afiliaciones y las sucesivas encuestas de opini¨®n auspician, adem¨¢s, la consolidaci¨®n y creciente aceptaci¨®n social de esta propuesta pol¨ªtica.
Ahora, en la tarde noche del pasado jueves, este colectivo ha logrado superar casi ag¨®nicamente un desaf¨ªo que ten¨ªa encallado su propio desarrollo, agotando la paciencia de no pocos n¨²cleos de la militancia. Nos referimos a la aprobaci¨®n del reglamento de elecciones primarias en cuyo debate chocaban una y otra vez las dos almas o concepciones que ¨Ctodav¨ªa¨C laten en el seno de la coalici¨®n. Por fin, como decimos, se ha concertado una f¨®rmula, en cuya compleja aritm¨¦tica no entramos, pero que, como suele acontecer, ha dejado un poso de frustraci¨®n en todas las partes. Un indicio, probablemente, de que ha sido la soluci¨®n m¨¢s factible y acaso justa. Y tambi¨¦n inaplazable porque las agrupaciones de algunos municipios, cansadas de esperar el parto de los ¨®rganos directivos, hab¨ªan activado ya sus propias reglamentaciones para elegir las candidaturas a la alcald¨ªa. Camar¨®n que se duerme, etc¨¦tera.
Ment¨¢bamos las dos almas que laten en la coalici¨®n y con ello aludimos a un problema de este colectivo que sigue latente y que puede describirse del siguiente modo: el Bloc, o su parte m¨¢s veterana y rancia, se obstina en ejercitar su hegemon¨ªa sobre el conjunto de los grupos coaligados, alegando ser la fuerza mayoritaria, algo que nadie le discute. Por esa raz¨®n, precisamente, son militantes suyos los que copan la portavoc¨ªa de las Cortes Valencianas, el esca?o en las espa?olas y del europarlamento, por no mencionar su notoria presencia en las diputaciones y numerosos ayuntamientos ganada con su esfuerzo durante a?os. Sin embargo, hoy la fuerza y el futuro de la Coalici¨® reside precisamente en su pluralismo. Sin ¨¦ste y la novedosa imagen y din¨¢mica que ha conllevado resulta m¨¢s que dudoso que se hubiesen alcanzado tal presencia institucional y menos todav¨ªa haber logrado tan positiva valoraci¨®n en los sondeos de opini¨®n. Cuando la vieja guardia nacionalista desde?a ¨Ccomo suele¨C estos consocios minoritarios no hace otra cosa que exhibir su inopia.
Por suerte o desgracia ¨Cseg¨²n se mire¨C esa galerna movilizadora que ha supuesto la aparici¨®n de Podemos ha barrido o herido de muerte muchas siglas partidarias, ya sea por su ideario o por su caduca praxis pol¨ªtica. Si Comprom¨ªs ha resistido de momento el embate se debe a que, en cierto modo, se anticip¨® mediante su vocaci¨®n integradora de sensibilidades y modos laxos de encuadramiento. El Think Tank, o criadero de ideas del Bloc, por s¨ª solo, resulta impensable que lo hubiesen conseguido. Confiemos en que el acuerdo electoral que glosamos permita que Comprom¨ªs navegue de nuevo con m¨¢s respeto a la pluralidad fundacional que tambi¨¦n los tiempos imponen.
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