Voces de es Galatz¨®, trabajo de siglos
P¨²blica y protegida, es una de las mayores fincas hist¨®ricas, una ¡®possessi¨®¡¯ de Mallorca que, en explotaci¨®n, ten¨ªa m¨¢s de cien jornaleros
En es Galatz¨® todo fue enorme y a¨²n lo es; hasta sus pioneros cerdos blancos gigantes y sus matanzas en las que cada a?o sacrificaban veinte cochinos desde finales de septiembre. Era una de las mayores fincas hist¨®ricas en explotaci¨®n de Mallorca, una possessi¨® y en la mies reun¨ªa m¨¢s de cien jornaleros. Con casi 2.000 cuarteradas, con 400 de cultivo de cereal, miles de olivos, cuyo aceite generaba los mayores rentas, m¨¢s almendros, algarrobos, 800 ovejas, cientos de cabras, vacas y un toro semental descomunal.
Est¨¢ en la l¨ªnea del cielo de la isla, sobre Palma porque su cima (1.025 metros) y sus laderas dominan galantes un trecho de la bah¨ªa, son el hito de la sierra de Tramuntana. Su toponimia es atractiva (es Tramuntanal) y las leyendas de su exse?or, el malvado Comte Mal, translaci¨®n/confusi¨®n con el Comte Arnau de Catalu?a, all¨ª dej¨® su coraz¨®n en piedra y la coz del casco de su caballo. Era Ram¨®n Burgu¨¦s-Zaforteza Pasc-Fuster de Villalonga y N¨¦t.
Es una finca p¨²blica, comunal, protegida, porque el Ayuntamiento de Calvi¨¤ pag¨® por ella nueve millones de euros en 2006. Es el 10% de su t¨¦rmino municipal. El ¨²ltimo due?o fue el heredero del industrial metal¨²rgico y naviero Victorio Luzuriaga Iradi, que la adquiri¨® en 1943 por medio mill¨®n de pesetas de entonces. El empresario temi¨® que, con Hitler, Espa?a entrara en guerra y quiso tener donde refugiarse y abastecerse, se explica. En Mallorca alz¨® los hoteles Maricel y Bristol, posey¨® ses Rotes Velles y es Ratxo y urbaniz¨® la Costa de la Calma.
En la l¨ªnea del cielo de la Mallorca, sobre Palma y sus laderas dominan galantes un trecho de la bah¨ªa
¡°Sacrific¨¢bamos los corderos muy peque?os, de leche, y los mand¨¢bamos a don Victorio, a San Sebasti¨¢n; los quer¨ªa as¨ª, menudos, como las patatitas que no pod¨ªan crecer m¨¢s que el dedo gordo y arranc¨¢bamos la planta. Parec¨ªa un despilfarro. Hac¨ªamos queso de vaca apretando el cuajo con la mano¡±. Lo explic¨® Jaume, que con Pep, Joan, Biel, Miquel, Pedro, Catalina, Maria, Nofre, jornaleros y recolectoras, amos y ni?os, dieron voz a su vida y trabajo en aquel lugar en una sesi¨®n de Memoria des Galatz¨®, del ¨¢rea de Cultura de Calvi¨¤. Las dos hijas de los administradores Juanito y Maritxu Mendiz¨¢bal ¡ªlos ¨²ltimos amos¡ª dieron raz¨®n e im¨¢genes de la historia com¨²n.
La estructura de una posesi¨®n [PREDIO](tras las alquer¨ªa y rafal isl¨¢micos) requer¨ªa se?or/due?o, amos (gestores), arrendador, mayoral, garriguers (guardianes del monte), missatges (empleados), pareller (labrador), vaquero, encargado de caballos y mulas, pastor, podador, jornaleros, marger para los muros, carboneros, horneros de cal, carpinteros¡recogedoras de almendra, algarroba y oliva. A sus 80 a?os largos, dos primas Martorell rememoran sus vivencias: ¡°Camin¨¢bamos una hora por la monta?a, desde Galilea hasta los olivares des Galatz¨®. Y al terminar la jornada de nuevo a andar mientras comenzaba la noche. Yo ten¨ªa un solo delantal. Al mediod¨ªa par¨¢bamos una hora, com¨ªamos pan, tortilla, butifarr¨®n o un arengue. Prend¨ªamos fuego para calentarnos y asar algo. En la pausa trenz¨¢bamos cuerda y de regreso recog¨ªamos le?a. Mi madre tuvo la concesi¨®n del palmito para los trabajos de palma. Hab¨ªa recolectoras (porxeres) que proced¨ªan de los pueblos del llano, eran temporeras y dorm¨ªan en los porches¡±.
Camin¨¢bamos una hora por la monta?a, de Galilea a los olivares
Son voces que hablan desde otras ¨¦pocas, testimonio de sistemas de trabajo que en siglos no cambiaron. De golpe sucedi¨® un vuelco total: en d¨¦cadas lleg¨® la transformaci¨®n y el declive del sistema de explotaci¨®n del campo. La modernidad fue la luz, la motorizaci¨®n, el asfalto, el turismo. Las grandes fincas de monta?a resultaron imposibles de mantener rentables en un r¨¦gimen laboral moderno y con precios abiertos.
¡°Con las subvenciones agr¨ªcolas se comenz¨® a ganar algo, porque los gastos eran muchos. Arrend¨¦ es Galatz¨® 30 a?os, comenc¨¦ pagando 200.000 pesetas anuales (1.200 euros) y acab¨¦ en un mill¨®n (6.000 euros)¡±, detall¨® Miquel Llabr¨¦s, que, con sus tres hermanos, estuvo vinculado al latifundio.
Los s¨¢bados y domingos los missatges hac¨ªan hoyos para plantar almendros y los ni?os ¡°recog¨ªan carrizo para cubrir el estercolero de las vaquer¨ªas para crear abono. Tambi¨¦n la paja se echaba a pudrir¡±, dice Jaume. Don Victorio cre¨® un naranjal, con las acequias del sistema hidr¨¢ulico y los molinos ¨¢rabes y un huerto para abastecer a sus hoteles. Sembr¨® arroz. En un d¨ªa no se recorr¨ªa los l¨ªmites, las fronteras de es Galatz¨®.
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