Un gueto en el interior de una urbanizaci¨®n
Los vecinos de la calle Carracedo de Madrid reclaman una servidumbre de paso para que las ambulancias puedan acceder hasta sus viviendas
La calle Carracedo, a unos pasos de Colonia Jard¨ªn, en la capital, se ha convertido en un ¡°gueto¡±. As¨ª definen los vecinos la situaci¨®n de ¡°aislamiento¡± que llevan sufriendo desde hace unos 30 a?os. La v¨ªa sin asfaltar, que engloba cuatro bloques, est¨¢ delimitada por un jard¨ªn privado, una valla de metal y un centro de transformaci¨®n que impiden el paso de servicios de emergencias y protecci¨®n civil. Esta coyuntura, que afecta a 72 viviendas, ha dado lugar a situaciones tan bizarras como tener que sacar a un anciano de su casa en carretilla porque la ambulancia no pod¨ªa acceder a la vivienda.
Los vecinos llevan reclamando una soluci¨®n desde hace a?os. Han protestado f¨ªsica y virtualmente tanto en el Ayuntamiento de Madrid, como en la Junta Municipal del distrito de Latina, al que pertenece esta zona. ¡°Solo pedimos una servidumbre de paso de cinco metros¡±, explica el reci¨¦n nombrado ¡°responsable de accesos¡± del bloque 21, Jos¨¦ Antonio Rinc¨®n. ¡°Todos pagamos nuestros impuestos y lo ¨²nico que reclamamos es que se respeten nuestros derechos y dignidad. No puede ser que tuvi¨¦ramos que sacar a mi padre en carretilla para llevarlo al hospital cuando se estaba muriendo¡±, lamenta.
La zona arbolada que impide el acceso a veh¨ªculos por el extremo norte de la calle pertenece a los residentes del edificio n¨²mero 27. Es un jard¨ªn de unos cinco metros de ancho por 12 de largo, seg¨²n Rinc¨®n, que se construy¨® en los a?os setenta del siglo pasado. Su funci¨®n es ¨²nicamente ornamental, apunta, por lo que no entiende que sus vecinos se nieguen ¡°rotundamente¡± a quitarlo.
En el extremo opuesto de la calle, un centro de transformaci¨®n de energ¨ªa y una valla de metal bloquean el paso de los veh¨ªculos, dejando un peque?o espacio por el que no pueden entrar ni dos personas a la vez. La valla separa los cuatro bloques afectados de la mancomunidad formada por los edificios del siete al 19, que se encuentran a una altura inferior. ¡°Primero se coloc¨® un muro de piedra y luego la valla para evitar que los ni?os que jugaban en la calle se cayeran al otro lado¡±, dice el presidente de la mancomunidad, Juan Luis Pastor.
Esta valla se derrumb¨® hace unos 20 d¨ªas por la riada que provoc¨® la rotura de una tuber¨ªa. La inclinaci¨®n de las calles aleda?as condujo el agua hasta Carracedo y el jard¨ªn hizo de muro de contenci¨®n, provocando la rotura del suelo que sujetaba el cercado. As¨ª sigue. Los vecinos de los bloques 21, 23 y 25 han pedido a sus vecinos que, cuando la reconstruyan, se acorte la longitud de la verja cinco metros para poder tener la servidumbre de paso. Lo han hecho por carta, dando 91 d¨ªas de plazo.
¡°Al principio nos lo pidieron de manera amistosa y luego casi coercitiva¡±, comenta el presidente de la mancomunidad propietaria de la valla. La decisi¨®n de acortar la verja deben tomarla los presidentes de los 13 edificios de manera un¨¢nime. Todav¨ªa no se han reunido, pero Pastor pronostica que la respuesta no ser¨¢ favorable: ¡°Lo veo dif¨ªcil, aunque solo sea por est¨¦tica. Yo votar¨ªa que se quedara como estaba antes del hundimiento. Entiendo que cuando se traz¨® el plan urban¨ªstico, la salida natural de la calle era por el otro lado¡±. Es decir, el del jard¨ªn. Sus propietarios tambi¨¦n han recibido la carta que les da de plazo 91 d¨ªas. Si ninguna de las dos comunidades permite abrir la servidumbre de paso, los denunciantes estudiar¨¢n ¡°acciones legales¡±.
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