El lugar donde reposan los Alba
El municipio de Loeches acoge el pante¨®n familiar de la dinast¨ªa, entre cuyos muros reposan la mayor¨ªa de sus integrantes
A poco m¨¢s de 28 kil¨®metros de Madrid, en el municipio de Loeches, se alza el pante¨®n donde reposa la mayor¨ªa de los miembros de la familia Alba; tambi¨¦n los de Cayetana Fitz-James Stuart, la ¨²ltima duquesa, aunque dispuso antes de su fallecimiento que sus cenizas fueran repartidas entre la sepultura madrile?a y una capilla sevillana vinculada a los gitanos. Sus deseos fueron ayer cumplidos por sus descendientes.
La duquesa vivi¨® buena parte de su vida en Madrid. El palacio de Liria, uno de los florones arquitect¨®nicos de la ciudad, situado en el arranque de la calle de la Princesa, fue su principal morada. El palacio fue destruido por la aviaci¨®n alemana y la artiller¨ªa franquista durante la Guerra Civil, si bien fue reconstruido por el arquitecto brit¨¢nico Lutjens, quien proyect¨® asimismo la ciudad de Nueva Delhi. Sus planos llegaban a Madrid desde Inglaterra y eran procesados por los hermanos arquitectos Cabanjes y por Julio Cano Lasso.
Asimismo en Madrid, donde nacieron los hijos de la duquesa, ella particip¨® de la vida cultural, art¨ªstica, se?aladamente pict¨®rica y cinematogr¨¢fica, y se impregn¨® hondamente en el discurrir del mecenazgo capitalino. Adem¨¢s, y desde luego, fue desde Madrid donde mantuvo los nexos con la Corona, que sus antepasados estrecharon desde el siglo XVI. En Madrid, Cayetana recibi¨® telef¨®nicamente la encomienda de la Reina Victoria Eugenia de asistir a la princesa Sof¨ªa cuando iba a contraer matrimonio en Atenas con Juan Carlos de Borb¨®n, futuro Pr¨ªncipe de Espa?a.
La mayor parte de sus antepasados y familiares, a excepci¨®n de la duquesa amiga de Francisco de Goya, que desde 1801 permanece enterrada en un nicho del cementerio sacramental de San Isidro, reposan en el citado pante¨®n de Loeches: entre otros, sus dos maridos Luis Mart¨ªnez de Irujo y Jes¨²s Aguirre.
La cripta es un enclave singular situado junto a un monasterio de monjas dominicas de esta localidad que se alza en la zona suroriental de la regi¨®n. El convento se encuentra en una plaza donde se levanta tambi¨¦n otro monasterio, este de dominicas.En su origen, el ducado de Alba no pose¨ªa grandes predios en Madrid, tampoco en la zona de Loeches, pese a ser una de las casas nobiliarias m¨¢s importantes de la regi¨®n madrile?a, junto con las del Medinaceli, Osuna-Infantado y Fern¨¢n N¨²?ez, que gozaban ¡ªen ocasiones desde la Edad Media¡ª de extensas posesiones en el norte y el oeste de la regi¨®n. El nexo de los Alba con la villa de Loeches procede de haber emparentado con el linaje del conde-duque de Olivares, Gaspar de Guzm¨¢n de Pimentel, valido del rey Felipe IV, que muere en desgracia pol¨ªtica y sin sucesi¨®n (1645), tras haber decidido enterrarse junto a su esposa en un convento dominico de Loeches, despu¨¦s de haber promovido en 1635 su construcci¨®n, que encomienda a Alonso Carbonel. Este fue el mismo arquitecto que culmin¨® la erecci¨®n de la ¨²ltima fase del palacio del Buen Retiro y la del palacio de la Zarzuela, para el cardenal-infante don Fernando, hermano de Felipe IV.
Seg¨²n explica el historiador Francisco Jos¨¦ Mar¨ªn Perell¨®n, a la muerte del valido Olivares, Luis de Haro y Guzm¨¢n, sobrino suyo y marqu¨¦s del Carpio, a la saz¨®n uno de los mecenas y adquirientes de obras de arte m¨¢s importantes de la Historia, hereda las posesiones del conde-duque.
Los tres hitos de los Alba
Hay en la ciudad de Madrid, al menos, tres hitos arquitect¨®nicos m¨¢s vinculados al ducado de Alba. El primero es el palacio que lleva su nombre, que fue propiedad del duque de Berwick, gran apoyo de Felipe V contra el archiduque de Austria en la batalla de Almansa, durante la Guerra de Sucesi¨®n Espa?ola el 25 de abril de 1707.
El segundo, el palacio de Buena Vista, sede actual del Cuartel General del Ej¨¦rcito, est¨¢ situado en la c¨¦ntrica plaza de Cibeles. Durante todo el siglo XIX perteneci¨® al ducado, si bien la propiedad pas¨® a manos de Manuel Godoy, valido del rey Carlos IV.
Y, finalmente, est¨¢ la Capilla del Obispo, una joya ¨²nica del arte tardog¨®tico madrile?o construida en el siglo XVI, y que se ¨¨ncuentra en la plaza
de la Paja. Esta gema arquitect¨®nica perteneci¨® al marquesado de San Vicente del Barco, t¨ªtulo nobiliario de la madre de Cayetana, y que fue incorporado al ducado de Alba. Pero la capilla fue cedida a la Iglesia cat¨®lica con la condici¨®n de que el pueblo de Madrid pudiera acceder a ella. Esta regla no fue siempre respetada y la capilla se mantuvo cerrada intermitentemente al p¨²blico durante varias d¨¦cadas. En ella se alberga el cenotafio del obispo de Plasencia, Gutierre de Vargas y est¨¢ declarada monumento hist¨®rico nacional desde el a?o 1931.
Su colecci¨®n de obras de arte y sus compras, minuciosamente inventariadas, han sido calificada de extraordinarias por Mat¨ªas D¨ªaz Padr¨®n, especialista de la pintura europea del Barroco y veterano conservador del Museo del Prado.
Ya en el siglo XVIII, una descendiente de Luis de Haro, Catalina M¨¦ndez de Haro, contrae matrimonio con Francisco ?lvarez de Toledo, X duque de Alba, con lo cual las dos casas nobiliarias, al emparentar, unen sus copiosos patrimonios, hasta entonces marcadamente art¨ªsticos y fundiarios.
Un siglo largo despu¨¦s, Eugenia de Montijo, emperatriz de Francia y esposa de Napole¨®n III, pasa sus ¨²ltimos d¨ªas en Madrid, donde mantiene una estrecha amistad y v¨ªnculos familiares con la familia de los Alba: una hermana suya estaba casada con el titular del ducado de Alba. Al morir la exemperatriz sin descendencia en Madrid ¡ªseg¨²n algunas fuentes, en su palacio de Carabanchel y seg¨²n otros testimonios, en el propio palacio de Liria¡ª sus propiedades pasan a la casa de Alba, que engrosa la mayor parte de sus riquezas, ya acrecidas previamente. Y ello porque Eugenia de Montijo era titular de todos los mayorazgos de su linaje, vinculada como estaba a la casa de Montpensier, enriquecida esta por el acoso pol¨ªtico, con resultados fundiarios y, sobre todo, inmobiliarios, ejercido en torno a la reina de Espa?a Isabel II, de la cual el poderoso duque de Montpensier, Antonio de Orleans, obtuvo canonj¨ªas sin cuento, sobre todo en Andaluc¨ªa. Al duque atribuyen numerosos historiadores la inducci¨®n del asesinato del general Juan Prim i Prats, jefe del Gobierno, en diciembre de 1870.
Los miembros difuntos de la estirpe de Alba se hallaban dispersos por numerosos cementerios de toda Espa?a. Sin embargo, en 1909, el duque Jacobo Fitz James y Falc¨®, padre de Cayetana y futuro embajador franquista en Londres, manda al arquitecto Juan Bautista L¨¢zaro construir un pante¨®n familiar para sus ancestros y familiares, sobre un proyecto previo de Adolf Ombrecht, de 1865, precisamente en Loeches, junto al convento dominico edificado tres siglos atr¨¢s por el conde duque de Olivares. Emulando al Pante¨®n de Reyes del monasterio de San Lorenzo de El Escorial, los Alba dispusieron en Loeches de una cripta semejante, con unos enterramientos de m¨¢rmol negro, sobredorados y bronces, que evocan el enterramiento real escurialense. Unas pinturas de troquel sertiano atribuidas al pintor Calder¨®n, padre del compositor Juan Carlos Calder¨®n, ornamentaban la cabecera. Juan Bautista L¨¢zaro fue asimismo el autor de numerosos palacios del paseo de la Castellana como el del duque de Montellano, en la esquina con la calle del Cisne, donde estudi¨® el pr¨ªncipe Juan Carlos de Borb¨®n siendo adolescente.
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