La autonom¨ªa del IVAM

La decisi¨®n del director del IVAM, Jos¨¦ Miguel G. Cort¨¦s, de retirar de la sala 1 del Institut la exposici¨®n permanente de Miquel Navarro, ha generado unas reacciones en los medios de comunicaci¨®n y en un amplio sector de la opini¨®n p¨²blica que pueden poner en peligro, a mi modo de ver, la autonom¨ªa del IVAM. Cuando el pasado lunes 17 de noviembre el Consejo Rector del IVAM, del que formo parte, aprob¨® la programaci¨®n del a?o 2015, era dif¨ªcil imaginar que esta situaci¨®n podr¨ªa producirse.

Por primera vez en sus m¨¢s de 25 a?os de historia, el Institut Valenci¨¤ d¡¯Art Modern tiene un director elegido por Concurso Internacional y por un jurado que consider¨® su propuesta, entre todas las presentadas, como la id¨®nea para los pr¨®ximos seis a?os. Todo indica que las cosas se han hecho como deb¨ªan hacerse, con el prop¨®sito de restituir al IVAM en el lugar que no debiera haber perdido y que pueda equipararle, de nuevo, a otros grandes centros y museos europeos. Sin embargo, en el momento en que G. Cort¨¦s ha explicado a fondo su modelo museol¨®gico y el modo como piensa llevarlo a t¨¦rmino, se ha generado un revuelo de tal magnitud que parece cuestionar por completo su capacidad de decisi¨®n dentro de la instituci¨®n. Una nueva convocatoria del Consejo Rector para el jueves 27 as¨ª parece indicarlo, pues el ¨²nico punto de la reuni¨®n es encontrar una soluci¨®n que satisfaga tanto al IVAM como al artista Miquel Navarro.

Quienes critican la decisi¨®n del director aducen asimismo que las formas empleadas no han sido las correctas. Sin embargo, m¨¢s all¨¢ de unas formas que son f¨¢cilmente reversibles, lo que aqu¨ª se est¨¢ cuestionando es el principio de legitimidad del director de la instituci¨®n. Es decir, lo que est¨¢ en juego es la autonom¨ªa del IVAM, su prestigio como instituci¨®n y, derivado de todo ello, la propia convocatoria del Concurso internacional, elementos decisivos que, de demostrarse inoperantes, dejar¨ªan al Institut y a la propia Conselleria de Cultura en una situaci¨®n comprometida y poco cre¨ªble.

Al igual que en pol¨ªtica los gestos son determinantes, tambi¨¦n el principio de autonom¨ªa debiera ser incuestionable. Si se quiere que las instituciones ¨Csean ¨¦stas universitarias, pol¨ªticas, econ¨®micas o de cualquier ¨ªndole¨C sigan teniendo un papel fundamental en la gesti¨®n y la consolidaci¨®n de una sociedad democr¨¢tica, es fundamental que el papel que se les ha asignado se demuestre v¨¢lido y operativo. Precisamente la sociedad est¨¢ hastiada de comprobar que los ¨®rganos designados para una funci¨®n concreta acaban siendo disfuncionales cuando han de enfrentarse a situaciones complejas. Quitarle la capacidad de decisi¨®n al actual director del IVAM no tiene la importancia de una cuesti¨®n particular o personal, pues Jos¨¦ Miguel G. Cort¨¦s se ir¨¢ y vendr¨¢ otro u otra en su lugar, sino que adquiere la trascendencia de dejar al Institut Valenci¨¤ d¡¯Art Modern sin autonom¨ªa real y sin margen de maniobra para recuperar el prestigio art¨ªstico, cultural y social perdido. Y, en cualquier caso, no debe olvidarse que el Consejo Rector es el ¨®rgano encargado de ratificar o no las decisiones de la direcci¨®n del IVAM. A la postre, este asunto es el que debiera importarnos y preocuparnos a todos/as en tanto que ciudadanos/as.

Ester Alba es miembro del consejo rector del IVAM.