Un infierno de calle

En la calle Amaniel (barrio de Universidad) solo se escucha el sonido de la lluvia y de los cl¨¢xones. No es hora punta, pero los coches colapsan esta v¨ªa de un solo carril que conecta Alberto Aguilera y la calle Reyes. Un cambio de sentido en esta ¨²ltima en 2011 (en principio, temporal) ha convertido Amaniel en un embudo que absorbe gran parte del tr¨¢fico que cruza desde el sur de la ciudad hacia los bulevares. Las dos asociaciones de vecinos de la zona y tres instituciones culturales y educativas de la calle se han unido para denunciar esta situaci¨®n que llevan sufriendo tres a?os.

Orencio V¨¢zquez vive en la confluencia de Amaniel y Conde Duque. A primera hora, el tr¨¢fico es tan denso en este punto que se requieren agentes de movilidad para regularlo. Asegura que antes de 2011 la v¨ªa no sufr¨ªa este colapso. Hasta entonces, el tr¨¢fico en la vecina calle Reyes iba desde San Bernardo a plaza de Espa?a. Unas obras en una cercana residencia de ancianos (en Dos Amigos) provocaron un cambio de sentido en uno de sus tramos, permitiendo el paso desde plaza de Espa?a hasta Amaniel.

Esta modificaci¨®n era en teor¨ªa temporal, pero desde entonces Amaniel (por donde pasaron 7.759 veh¨ªculos de media al d¨ªa en 2012) se ha convertido en una ruta natural entre plaza de Espa?a y Alberto Aguilera, pese a ser mucho m¨¢s estrecha que estas grandes v¨ªas.

¡°La calle no tiene la configuraci¨®n necesaria para soportar este tr¨¢fico¡±, asegura V¨¢zquez. La Asociaci¨®n de Vecinos de Malasa?a, de la que forma parte, se ha unido a la Asamblea Ciudadana del Barrio de Universidad, la escuela infantil Comendadoras de Santiago, el Museo Abc y el Conservatorio Profesional de M¨²sica para enviar al Ayuntamiento una carta conjunta pidiendo regresar a la configuraci¨®n anterior a 2011.

V¨¢zquez denuncia que el denso tr¨¢fico de Amaniel ¡°supone una fractura en el barrio¡± y da al traste con el ¡°eje cultural¡± que quiere crearse en la zona.

En Amaniel, bajo la lluvia, los peatones tratan de esquivarse unos a otros sobre las estrechas aceras, de no m¨¢s de medio metro de anchura en algunos tramos. La larga fila de coches detenidos no facilita el tr¨¢nsito. Una vecina sortea los numerosos obst¨¢culos con un carro de la compra a cuestas. ¡°Bueno, ya estamos acostumbrados¡±, comenta resignada. ¡°Por aqu¨ª pasan los alumnos del conservatorio y los de la escuela infantil¡±, cuenta V¨¢zquez, que muestra un v¨ªdeo en el que se observa a un grupo de ni?os tratando de abrirse paso entre el tr¨¢fico y los pitidos constantes de la hora punta. ¡°Ya se han producido incidentes con peatones, aunque no graves¡±, advierte.

El Ayuntamiento, aseguran los afectados, no ha respondido a la misiva enviada hace dos meses. El concejal del distrito ha rechazado reunirse con ellos, dicen, y se limit¨® a remitir el asunto a Movilidad en el pleno del pasado mi¨¦rcoles. Esta Concejal¨ªa asegura estar ¡°estudiando el caso¡± y recuerda que ¡°el a?o que viene¡± la zona pasar¨¢ a ser un ?rea de Prioridad Residencial con restricciones al tr¨¢fico, como Cortes y Embajadores. ¡°Nos han dicho que esto iba a quedar arreglado con la APR, pero, sinceramente, no creo que cumplan los plazos. Adem¨¢s, nada nos asegura que esta calle vaya a estar protegida¡±, protesta V¨¢zquez. El ruido del tr¨¢fico sigue resonando bajo su ventana.