La sequ¨ªa y una gesti¨®n poco eficaz ahogan el parque de L¡¯Albufera
Los intetereses de regantes, arroceros y cazadores condicionan el nivel del lago
¡°Ahora tendr¨ªamos que ver la perellon¨¤[inundaci¨®n m¨¢xima del lago de L¡¯Albufera], se deber¨ªa de poder ir en barca por los arrozales y m¨ªrelo; est¨¢n secos¡±, enfatiza Josep Cavaller, presidente de la Comunitat de Pescadors de El Palmar. El nivel del lago, joya del Parque Natural de L¡¯ Albufera, empez¨® a caer en verano pero a finales de octubre, con la ausencia de las lluvias de oto?o, saltaron las alarmas: el lago hab¨ªa retrocedido m¨¢s de 23 cent¨ªmetros y necesitaba caudal extra para recuperarse. La t¨ªpica estampa del lago que, visto desde el aire, multiplica por cinco su extensi¨®n por la inundaci¨®n de los arrozales que lo circundan, est¨¢ in¨¦dita a estas alturas del a?o.
¡°Si no hay agua suficiente en el lago, no se deber¨ªa bombear a los tancats [los ¨²ltimos campos de arroz ganados a la albufera y situados por debajo del nivel del lago], ni a los cotos de caza porque todav¨ªa baja m¨¢s el nivel¡±, dice como resumen de lo que ha pasado este a?o. Los intereses de L¡¯ Albufera son mucho m¨¢s amplios que los de los arroceros. Hay intereses culturales, medioambientales, pesqueros e incluso tur¨ªsticos.
<IL>Acci¨® Ecologista-Agr¨® (AE-Agr¨®), organizaci¨®n presente en la gesti¨®n del parque, coincide con el presidente de los pescadores y a?ade m¨¢s causas del desastre. El bombeo de agua a los tancats, la mala gesti¨®n de la gola de Pujol [que comunica el lago con el mar] y la sequ¨ªa de los dos ¨²ltimos a?os explican la precaria situaci¨®n de este paraje de incalculable valor ambiental, diagnostica el ecologista V¨ªctor Navarro. AE-Agr¨® exige que se convoque la comisi¨®n de la sequ¨ªa para adoptar soluciones y que la cangrena del lago no vaya a m¨¢s.
</IL>La situaci¨®n ha generado alarma y muchos [grupos pol¨ªticos, ecologistas, vecinos del parque y el propio Ayuntamiento de Valencia, propietario del lago] han salido desde septiembre en defensa del humedal, sobre todo para pedir a la Confederaci¨®n Hidrogr¨¢fica del J¨²car (CHJ), la ¨²nica administraci¨®n competente, que suelte caudal para recargar el humedal y evitarle m¨¢s riesgos a un parque cuyo lago representa solo 3.000 de las 21.000 hect¨¢reas de su extensi¨®n total.
La ¡®perellon¨¤¡¯ inundaci¨®n m¨¢xima del parque, se retrasa este a?o
El equilibrio es precario en un espacio con cuatro ecosistemas diferentes (mar, dehesa, humedal y monta?a) en una l¨ªnea recta de 20 kil¨®metros, recuerdan los habitantes del parque. Debido a los a?os de contaminaci¨®n, con acumulaci¨®n de metales pesados en los fondos, y a que los acu¨ªferos est¨¢n taponados, si se produce un descenso traum¨¢tico del nivel del agua en el lago, se pierde ox¨ªgeno y miles de peces pueden morir.
Por efecto de la sequ¨ªa ya no baja agua del r¨ªo X¨²quer al lago, tampoco hay recarga de acu¨ªferos ¡ªsituaci¨®n a la que ha contribuido en parte la sustituci¨®n del riego agr¨ªcola a manta por el de goteo¡ª y el agua depurada que se env¨ªa de Pinedo carece de nutrientes.
Un lago bajo m¨ªnimos y un galimat¨ªas competencial
Un descenso alarmante. El lago de la Albufera, que ocupa 3.000 hect¨¢reas del Parque Natural, se situ¨® a finales de octubre m¨¢s de 20 cent¨ªmetros por debajo de la cota cero, lo que provoc¨® la alarma dentro y fuera del espacio natural. Los niveles han crecido en el ¨²ltimo mes pero siguen por debajo de cero. La Confederaci¨®n Hidrogr¨¢fica del J¨²car matiza que se registraron valores parecidos en 2006.
Intereses en conflicto. Tienen intereses en el parque natural los arroceros, que ocupan 14.000 de las 21.100 hect¨¢reas del espacio natural, los pescadores, que faenan el lago durante siglos, los ecologistas, el turismo y las comunidades de regantes.
Confederaci¨®n Hidrogr¨¢fica del J¨²car. El organismo que regula la cuenca hidrogr¨¢fica decide sobre el desembalse de agua a la Albufera. Ni la Generalitat, gestora del parque natural, ni el Ayuntamiento, propietaria del lago, deciden en esta cuesti¨®n.
Direcci¨®n General de Costas. Es la administraci¨®n responsable de corregir los dep¨®sitos de arena que, por efecto de las mareas y de obras en el puerto, y tapona los desag¨¹es del lago al mar. Hay que corregirlos.
Generalitat. Es responsable de la gesti¨®n del Parque Natural de l'Albufera, protegido en los a?os 80, y que ocupa 21.100 hect¨¢reas. Se ocupa de los controles y an¨¢lisis de calidad del lago y de su entorno.
El Ayuntamiento de Valencia. Es el propietario del lago, sus orillas y de la Devesa, la zona boscosa. Tiene delegadas competencias en materia de regeneraci¨®n dunar, conservaci¨®n del bosque de la Devesa, la recuperaci¨®n del lago, vigilancia de estos espacios, prevenci¨®n de incendios, la redacci¨®n de proyectos de recuperaci¨®n y supervisi¨®n.
Cavaller recuerda que los pescadores llevan siglos en el parque y recuerda los tiempos en que se extra¨ªan del lago ¡ªal que el pescado entra a trav¨¦s de las golas¡ª cientos de kilos de llobarro, llisa, angulas e incluso gambeta. Ahora todo ha cambiado. ¡°La Administraci¨®n est¨¢ haciendo un esfuerzo por recuperar determinadas especies pero la gesti¨®n del agua tiene que modificarse porque la dominan los agricultores¡±, denuncia el presidente de los pescadores.
Las compuertas de comunicaci¨®n con el mar est¨¢n cerradas m¨¢s de la cuenta para evitar, con el nivel tan bajo del lago, que sus aguas se salinicen, pero a la vez impiden la entrada del pescado. Por eso Cavaller insiste en que no se debe vac¨ªar m¨¢s el lago, bombeando el agua a los arrozales. El ciclo vegetativo de este cultivo comienza con la siembra en mayo y culmina con la siega en septiembre. Luego los campos se inundan en invierno hasta que llega el momento de secar los campos y prepararlos para otra siembra.
Jos¨¦ Segarra, director del Parque Natural, explica la importancia de la perellon¨¤, que es cuando el lago reivindica su territorio y los l¨ªmites del lago se confunden con el de los arrozales. ¡°Esta inundac¨ª¨®n atrae a las aves acu¨¢ticas, lava las tierras, y, lo m¨¢s importante, frena la salinizaci¨®n del agua y del ecosistema¡± porque la masa de agua dulce es mayor y frena la intrusi¨®n por el subsuelo de la sal marina. Segarra subraya que este a?o se ha retrasado todo. La campa?a del arroz y la de caza se han solapado en el tiempo y generado alg¨²n peque?o conflicto. Y los arrozales que se han llenado lo han hecho en detrimento del caudal del lago, dado que apenas ha llovido hasta este fin de semana. Los tancats perimetrales al lago se han inundado solo con el efecto de la gravedad y las aportaciones fluviales procedentes del Turia (por el norte) y el J¨²car (por el sur) no arriban al lago hasta que se llenan los arrozales colindantes al mar. Los cotos de Silla, Sollana, Sueca y Cullera tambi¨¦n han necesitado agua con urgencia con los permisos de caza ya pagados y al final de la cadena est¨¢ el lago. ¡°Habitualmente los terrenos se encharcan en poco m¨¢s de una semana pero este a?o el proceso ser¨¢ m¨¢s lento¡±, pronostica el director del Parque, que apuesta, junto a los pescadores y ecologistas, una comisi¨®n t¨¦cnica del agua del parque donde est¨¦n presentes todos los actores con intereses o competencias en el paraje natural.
La mara?a de competencias complican el di¨¢logo de los actores
La mara?a administrativa en torno al Parque Natural de L¡¯Albufera no facilita el entendimiento entre los actores del parque. La Confederaci¨®n Hidrogr¨¢fica del J¨²car es el ¨²nico que puede ordenar el desembalse de agua, luego est¨¢n los regantes, que gestionan el paso del agua por las acequias, el Ayuntamiento de Valencia, propietaria del lago, y la Junta de Desag¨¹e, que decide cuando se tira agua al mar. La Junta del Parque, que depende de la Generalitat, se encarga del control y an¨¢lisis de la calidad del agua.
Un portavoz de la CHJ resta gravedad a la situaci¨®n. ¡°Los niveles en la Albufera de finales de octubre fueron parecidos a los del a?o pasado y no eran los m¨¢s bajos de los ¨²ltimos a?os, siendo, de hecho, superiores a los del a?o 2006¡±. A lo largo de noviembre han crecido los niveles, que, seg¨²n reconoce la CHJ, se han visto afectados por el funcionamiento de las golas al final de la campa?a arrocera, por el llenado de los tancats y las derivaciones de agua de las comunidades de regantes.
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