De quince a uno
Aquella Girona que fue brillante escaparate de un PSC plet¨®rico y proteico es hoy el espejo roto de su desmoronamiento
En mayo de 1983, las segundas elecciones municipales tras el franquismo dieron al PSC 15 concejales en la ciudad de Girona y, con ellos, una m¨¢s que confortable mayor¨ªa absoluta. De hecho, el partido gobernaba la urbe desde los comicios inaugurales de 1979, pero el alcalde Joaquim Nadal hab¨ªa necesitado durante su primer cuatrienio el apoyo del PSUC. Luego, ya no. Desde 1983 Nadal enfil¨® dos d¨¦cadas ¡ªcinco mandatos casi completos¡ª de gran¨ªticas mayor¨ªas, con un promedio de 14 ediles sobre 25.
El pasado fin de semana, los siete concejales que el PSC obtuvo en Girona en mayo de 2011 ¡ªy que le desplazaron a la oposici¨®n despu¨¦s de 32 a?os de hegemon¨ªa¡ª se redujeron a uno. La regidora Gl¨°ria Plana ya hab¨ªa abandonado la militancia meses atr¨¢s, para sumarse a Avancem. Ahora lo han hecho la ¨²ltima cabeza de lista, Pia Bosch, y los ediles Xavier Amores, ?ngel Quintana, Am¨¨lia Barbero y Quim Bonaventura, que se incorporan a MES, el nuevo partido que aglutina a buena parte del socialismo soberanista catal¨¢n. As¨ª, pues, al PSC de Miquel Iceta le queda en el Consistorio gerundense una sola representante, la concejal S¨ªlvia Paneque (n¨²mero 6 en 2011), que ejerce tambi¨¦n la primera secretar¨ªa local del partido y es su futura alcaldable.
Aquella Girona que fue, en las ¨²ltimas dos d¨¦cadas del siglo XX, brillante escaparate de un PSC plet¨®rico y proteico, es hoy el espejo roto de su desmoronamiento. S¨ª, claro que intervino, al principio del declive, la usura natural de tantos a?os en el poder; y la dificultad de llenar el vac¨ªo dejado por la avasalladora personalidad de Quim Nadal. Pero, sobre todo, es la mutaci¨®n del marco ideol¨®gico-pol¨ªtico catal¨¢n, es la eclosi¨®n soberanista, lo que ha provocado el colapso del PSC hist¨®rico. En la ciudad de Girona, en las comarcas de su demarcaci¨®n, en las de Lleida, en las de Tarragona..., en toda la Catalu?a no metropolitana.
E incluso en la metropolitana. En un libro aparecido a finales de este verano (Estirant el fil. Quan el PSC va abandonar el catalanisme), quien fuera alcaldesa de Mollet del Vall¨¨s entre 1987 y 2003, Montserrat Tura, explica sus sucesivas decepciones ante el rumbo del partido que surgi¨® del 12? congreso, encabezado por Pere Navarro. Y, tras la reveladora experiencia de asistir en Mollet, en marzo de este a?o, a un acto del PSC sobre la relaci¨®n Catalu?a-Espa?a del que fueron ponentes Ram¨®n J¨¢uregui y Joaquim Coll ¡ªs¨ª, el omnipresente portavoz de Societat Civil Catalana¡ª, la que hab¨ªa sido tambi¨¦n consejera en los Gobiernos de Maragall y Montilla concluye que ¡°el nuevo PSC es una escisi¨®n de aquel ideario compartido que gui¨® la acci¨®n de los socialistas catalanes durante casi cuatro d¨¦cadas¡±. Imagino que por eso Montse Tura estaba, el pasado domingo, entre los fundadores del Moviment d'Esquerres (MES).
Ante la cascada de bajas y la atm¨®sfera de naufragio, el actual primer secretario, Miquel Iceta, ha llamado a ¡°rehacer de arriba abajo¡± las bases y el proyecto del partido. Encomiable prop¨®sito, sin duda. Pero, ?con qu¨¦ estrategia, sobre qu¨¦ fundamentos program¨¢ticos, para captar a qu¨¦ segmentos del electorado?
Recientemente, el senador Carles Mart¨ª le ha reclamado a Iceta que presente una moci¨®n de censura contra Mas para forzar elecciones de las que salga un Gobierno de ¡°alianza progresista¡± en la Generalitat. Una moci¨®n de censura, ?contando con 18 diputados sobre 135? Un Gobierno de ¡°la mayor¨ªa progresista¡±, ?entre el PSC y qui¨¦n m¨¢s? ?Iniciativa, la CUP, tal vez Podemos...? Porque no parece que Esquerra Republicana contemple hoy un escenario como los de 2003 o 2006... Miquel Iceta no es hombre de aventurerismos. Pero me temo que, para reconstruir el proyecto pol¨ªtico, tampoco le bastar¨¢ repetir ¡ªcon m¨¢s ingenio y cintura que Pere Navarro, eso est¨¢ garantizado¡ª el mantra de la reforma federal de la Constituci¨®n. Una reforma que el PSOE de Pedro S¨¢nchez aborda con extrema cautela y sin ninguna premura ¡ªah¨ª est¨¢, vigilante, Susana D¨ªaz, y ah¨ª aguardan las procelosas elecciones auton¨®micas de mayo¡ª; una reforma que el PP ya ha desde?ado y ridiculizado del derecho y del rev¨¦s.
?Entonces? Los amigos de las soluciones simples dir¨¢n: pues que el PSC se convierta en la Federaci¨®n Catalana del PSOE, y sanseacab¨®. Pero ni siquiera esto es tan sencillo como parece. No s¨®lo por los escr¨²pulos que una parte de los cuadros y militantes a¨²n al corriente de sus cuotas pudiesen sentir. Sobre todo, porque el electorado metropolitano de ese hipot¨¦tico PSOE catal¨¢n ha sido adoctrinado a lo largo de las ¨²ltimas dos d¨¦cadas en el rechazo visceral al PP (si no lo recuerdan, preg¨²ntenle a Pepe Zaragoza...), y el eventual PSOE-PSC se convertir¨ªa en un compa?ero de trinchera del PP catal¨¢n. Ello, mientras en el horizonte pol¨ªtico espa?ol gana verosimilitud cada d¨ªa un escenario que ser¨ªa letal en L'Hospitalet o Santa Coloma: el Gobierno de gran coalici¨®n entre PP y PSOE para salvar al r¨¦gimen de 1978 de la irrupci¨®n de Podemos.
Joan B. Culla i Clar¨¤ es historiador.
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