Un mini MNAC en Sitges
Los museos de El Cau Ferrat y Maricel reabren este lunes, tras cuatro a?os de reformas
Con precisi¨®n, destreza y mucha t¨¦cnica. Con grandes dosis de mimo, sin l¨ªmites de horas y, sobre todo, de forma imperceptible y an¨®nima. As¨ª se enfrenta un restaurador ante la obra de arte en la que tiene que intervenir para devolverle todo su esplendor. Lo mismo que el trabajo realizada en el Cau Ferrat, el museo m¨¢s importante de Sitges, que ha permanecido cerrado durante cuatro a?os sometido a una restauraci¨®n integral. Tras descolgar miles de piezas de paredes y techos, todas las que reuni¨® en vida su due?o, el dramaturgo y pintor Santiago Rusi?ol; de acabar con la humedad ocasionada por la proximidad del mar, que literalmente entra bajo el edificio; de impedir que el sol siguiera alterando con sus rayos las piezas y dotar al museo de lo necesario para transformarlo en un equipamiento del siglo XXI, las obras han vuelto a su lugar de origen, tal y como la coloc¨® Rusi?ol en su casa-taller-estudio, c¨®mo si no hubiera pasado el tiempo en este llamado ¡°templo del Modernismo¡± y no se hubiera intervenido nunca.
Cuatro a?os cerrado en obras que han costado 9,7 millones de euros, en los que los andamios han cubierto la fachada y se han vivido momentos tensos como un proyecto fallido que transformaba de forma radical su fachada mar¨ªtima; este lunes abre sus puertas, el nuevo Cau Ferrat. Tambi¨¦n sus vecinos, la Casa Rocamora y el Museu de Maricel, convertidos los tres en un solo centro; una especie de mini MNAC, en el que se explica el arte catal¨¢n desde el siglo X hasta el siglo XX, que convertir¨¢n esta localidad en una cita obligada de los amantes del arte, como lo fue en el siglo XIX.
La historia de este rinc¨®n ¨²nico de Sitges es larga. Todo comenz¨® cuando Rusi?ol compr¨® una casa de pescadores en 1892 junto al mar, en el Rac¨® de la Calma para establecer all¨ª su estudio. Ser¨ªa un refugio para los amantes de la poes¨ªa, un Cau, y un lugar para exponer su magn¨ªfica colecci¨®n de hierros forjados: el Cau Ferrat. Un lugar por donde pasaron sus amigos, la mayor¨ªa artistas catalanes de los m¨¢s importantes del momento. Entre los actos remarcables que protagonizaron juntos destacan las Fiestas Modernistas impulsadas por Rusi?ol, como la de 1894 en la que una procesi¨®n laica por la ciudad llev¨® a las dos obras de El Greco, Las l¨¢grimas de San Pedro y Magdalena Penitente, que acababa de comprar en Par¨ªs hasta el Cau Ferrat. Pinturas que en los ¨²ltimos cuatro a?os ¡ªcomo otras 231 obras¡ª han participado en exposiciones nacionales e internacionales. La ¨²ltima, El Greco. La mirada de Rusi?ol, en Barcelona, ¡°pero no faltar¨¢n a la inauguraci¨®n¡±, explica Vinyet Panyella, directora gerente del Consorcio del Patrimoni de Sitges, y responsable ¨²ltima de todo el trabajo.
El Cau Ferrat vuelve a presentar, tras la exhaustiva reforma a la que ha sido sometido durante cuatro a?os, un aspecto id¨¦ntico al que tuvo en origen con Rusi?ol
En la nueva presentaci¨®n del Cau Ferrat se pueden ver 28 ¨®leos realizados por Rusi?ol repartidos por toda la vivienda; en su comedor, en la que se ha recuperado el azul Sitges (a?il) de las paredes; en la sala del surtidor, en la que lucen la vidriera original que tamiza la luz del exterior; en su estudio, en el que se pueden ver las pinturas que consideraba m¨¢s pr¨®ximas y los recuerdos de sus viajes por Par¨ªs o Roma; en su dormitorio, en el que destaca una enorme cama de Olot ¡ªen la que no dud¨® en fotografiarse acostado fumando en pipa¡ª y, sobre todo, en el gran sal¨®n neog¨®tico del primer piso, junto con obras de Ramon Casas, Picasso, Pichot, Fondevila, Ignacio Zuloaga, Dar¨ªo de Regoyos, Manolo Hugu¨¦, Pau Gargall¨® o Enric Claras¨®, entre otros, adem¨¢s de las importantes colecciones de cer¨¢mica, vidrios catalanes y, sobre todo, hierro forjado, de las mejores de Europa.
Pero la apuesta de Sitges por sus museos no se limita al Cau Ferrat. Frente a la intervenci¨®n mim¨¦tica con el edificio vinculado con Rusi?ol, en el contiguo Museo de Maricel se ha optado por dise?ar un completo y moderno recorrido art¨ªstico, en el que se abandona el horror vacui anterior. Aqu¨ª se puede hacer un recorrido por diez siglos de arte catal¨¢n a trav¨¦s de las obras de la colecci¨®n del ginec¨®logo Jes¨²s P¨¦rez-Rosales, considerada hasta hace poco menor, que para sorpresa del visitante adquiere una nueva dimensi¨®n. ¡°Es una colecci¨®n comparable con otras de mayor fama¡±, asegura Panyella, tras seleccionar lo bueno y mejor y exponer 269 piezas, el 30% de las cuales no se hab¨ªan expuesto antes. Entre ellas, destacan los retablos rom¨¢nicos y g¨®ticos de Pere Serra, y los maestros de d'All, Maluenda, Armis¨¦n, Belmonte o Viella, tallas como la del Mareded¨¦u de Sant Miquel del Fai o esculturas de Pedro Berruguete. La intervenci¨®n en el edificio ha acabado resaltando la majestuosidad de muchas de sus salas, como la g¨®tica del s¨®tano del antiguo Hospital de Sant Joan y, sobre todo, el maravilloso balc¨®n sobre el Mediterr¨¢neo, uno de los rincones m¨¢s evocadores del conjunto, donde se han colocado tres esculturas noucentistas de Joan Rebull, que aparecen recortadas sobre el azul del horizonte.
Como una consecuci¨®n natural, se exponen a continuaci¨®n las obras de la colecci¨®n de Arte de la Vila, reunidas por el Ayuntamiento de la ciudad a lo largo de los a?os. Tambi¨¦n las ¨²ltimas adquisiciones (34 donaciones y 42 compras en los ¨²ltimos cuatro a?os) efectuadas por el Consorcio de Patrimonio de Sitges (formado al 50% por la Diputaci¨®n de Barcelona y el Ayuntamiento de Sitges). Son nuevas obras de Ramon Casas, Miquel Utrillo, Arcadi Mas i Fondevila o Artur Carbonell. Tambi¨¦n obras procedentes de dep¨®sitos provenientes del fondo de arte de la Generalitat, el Museo de montserrat o el MNAC, que ha dejado cinco, entre ellas, un fant¨¢stico y enorme casas en el que aparece retratada de cuerpo entero la mujer de Utrillo, Dolors Vidal con Sitges de fondo. ¡°Es una de las mejores obras que podr¨ªa dejarnos el MNAC¡±, explica Panyella.
La colecci¨®n de P¨¦rez-Rosales toma m¨¢s relevancia de la que ten¨ªa hasta ahora, tras la selecci¨®n de las mejores piezas, algunas excepcionales
En este recorrido se han creado varias salas de un tema espec¨ªfico, como la dedicada a la Escuela Luminista, con obras de Joan Roig i Soler, Arcadi Mas i Fondevila, Antoni Almirall, Joaquim de Mir¨® i Argenter, Joan Batlle i Amell, entre otros, por supuesto al Modernismo en Sitges, con las pinturas que decoraron la Cervecer¨ªa del Cau Ferrat, firmadas por Rusi?ol, Mas i Fondevila, Almirall y C¨¤ndid Duran, y el Noucentismo, con Joaquim Sunyer, Pere Jou, Lola Anglada (magn¨ªficas las tres pinturas de esta autora), Ismael Smith, Xavier Nogu¨¦s, Josep Clar¨¤, Pau Gargallo y Apel¡¤les Fenosa, entre otros.
La magn¨ªfica colecci¨®n de obras que se presentar¨¢n en Sitges desde la semana que viene podr¨ªa ser mayor. En la complicada historia de este ¨®nfalo del arte podr¨ªa sumarse la colecci¨®n de Charles Deering, un ciudadano kane que lleg¨® a Sitges de la mano de Casas, que reuni¨® una colecci¨®n con 4.000 obras de arte en Maricel. El azar hizo que en 1921 acabaran, en parte, viajando a Estados Unidos, mientras que lo que no viaj¨® se subast¨® en 1986. En Catalu?a solo permanece la famosa Virgen de Bellpuig de les Avellanes, desde 2012 en el Museo Diocesano de Lleida. Pero esa es otra historia. La v¨ªspera de la apertura, Panyella explica orgullosa: ¡°Alguien importante relacionado con la cultura ha asegurado tras visitarnos que a partir de ahora, ya no har¨¢ falta viajar a Barcelona para ver museos¡±.
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