Lo alegal
¡°Alegal¡± es un t¨¦rmino que se ha puesto de moda en el discurso jur¨ªdico, pol¨ªtico y medi¨¢tico. Incluso ser¨¢ recogido por el diccionario de la Real Academia Espa?ola de la Lengua con el significado de ¡°no regulado, ni prohibido¡±. Hace bien la docta casa aceptando lo que produce el rom¨¢n paladino y, por lo menos, otorg¨¢ndole un significado concreto y un¨ªvoco. Ahora bien, m¨¢s all¨¢ de la gram¨¢tica, se trata de un t¨¦rmino sem¨¢nticamente enga?oso y jur¨ªdicamente mostrenco.
Digo mostrenco en sentido estricto, como objeto sin autor o due?o. Ninguna fuente formal de derecho ha producido semejante concepto. Esta palabreja entra en la jerga jur¨ªdica desde la pol¨ªtica, donde llega desde los medios de comunicaci¨®n.
Y es sem¨¢nticamente enga?oso por cuanto sugiere la existencia de un vac¨ªo normativo que precisa ser cubierto con urgencia, que mientras ese hueco no sea objeto de regulaci¨®n, la actividad de que se trate se mover¨¢ en un limbo inestable. ?Falso!
Esta idea ha ido extendi¨¦ndose en la medida en que los legisladores han ca¨ªdo en una suerte de puntillismo normativo, como si en vez de leyes generales aprobaran prospectos medicinales o pliegos de ingenier¨ªa. Esa vana pretensi¨®n impulsa una legislaci¨®n ad hoc necesitada de permanente adecuaci¨®n y retoque hasta llegar a ser totalmente incomprensible y absurda. Diarrea normativa que se pone de manifiesto en los boletines oficiales. Y digo diarrea en raz¨®n a sus tres caracter¨ªsticas principales: su abundante caudal, su escasa consistencia y su composici¨®n qu¨ªmica.
Ante el fallo garrafal, ante el il¨ªcito evidente, ante la m¨¢s vergonzosa inmoralidad, se desliza el mensaje de que¡ ?Oh, casualidad! Ese concreto asunto no estaba espec¨ªficamente regulado, por lo que la responsabilidad se escurre y la soluci¨®n se remite a una futura, concreta y radical regulaci¨®n. ?Mala suerte, ciudadano!¡ Otra vez ser¨¢.
Quien as¨ª habla desconoce, u omite conscientemente, que el sistema jur¨ªdico es, como el universo, completo en s¨ª mismo. Que, con independencia de la opini¨®n que podamos tener sobre la mejor o peor adecuaci¨®n del derecho a la realidad social, o sobre la conveniencia de aumentar, disminuir o modificar las normas, lo ¡°alegal¡±, sencillamente, no existe.
Ahora bien, que no exista no quiere decir que no resulte una herramienta ¨²til para la promoci¨®n de determinados intereses. Las meras palabras construyen la realidad pol¨ªtica aunque sean mitolog¨ªas, falsedades, estad¨ªsticas, o todo a la vez. As¨ª, obs¨¦rvese que siempre que alguien desde fuera de la administraci¨®n clama por la perentoria regulaci¨®n de alguna actividad que considera ¡°alegal¡±, lo que est¨¢ proponiendo no es otra cosa que una regulaci¨®n conforme a sus intereses. Y que cuando se trata de una persona que habla desde dentro de la administraci¨®n, lo que normalmente intenta es escurrir alg¨²n bulto, aprovechando la confusa mara?a normativa.
Sin embargo, podr¨ªamos formular una sencilla regla para no enredarnos entre lo legal, lo ilegal y lo ¡°alegal¡±. Ser¨ªa algo as¨ª: ¡ Se?ora, caballero¡ ?Es usted una persona f¨ªsica o act¨²a en nombre de una entidad privada de cualquier tipo?¡ Pues sepa que todo lo que no tiene prohibido, le est¨¢ absolutamente permitido. No lo digo yo, que tambi¨¦n, lo dice el mism¨ªsimo art¨ªculo 1.1 de la Constituci¨®n Espa?ola, que sit¨²a la libertad como el primer valor superior del ordenamiento jur¨ªdico. F¨ªjese qu¨¦ sencillo: Haga lo que las leyes le ordenan; no haga lo que le proh¨ªben y, en lo dem¨¢s, haga de su capa un sayo.
Si, por el contrario, es usted responsable de un avatar cualquiera del sector p¨²blico (de los que parecen administraci¨®n¡ o de los que procuran no parecerlo) sea consciente de que no puede hacer usted nada que no est¨¦ orientado a la satisfacci¨®n de los intereses generales, en el ¨¢mbito de sus competencias y con ¡°pleno sometimiento a la Ley y al Derecho¡±, tal y como obliga el art¨ªculo 103.1 de la Constituci¨®n.
Dicho de forma resumida: Para los particulares, lo que no es ilegal, es legal. Para la administraci¨®n, lo que no es legal, es ilegal. ?F¨¢cil, no?
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