La insidiosa cortes¨ªa del regalo

La alcaldesa de Valencia, Rita Barber¨¢, ha respondido airadamente estos d¨ªas a los reproches de la oposici¨®n y las preguntas de la prensa a prop¨®sito de los regalos recibidos de Feria Valencia, ese ente de cuestionada naturaleza jur¨ªdica ¨C?es p¨²blico, privado o mitad y mitad?¨C, sobredimensionada reforma, turbio futuro y desmadrado derroche a costa de los contribuyentes. Otro enredo millonario decantado por la incompetencia y opacidad de su gesti¨®n y del que nadie ha asumido todav¨ªa la responsabilidad pol¨ªtica, al menos esa. Pero habl¨¢bamos de regalos y en ellos queremos centrarnos, no tanto por ser una pr¨¢ctica social que priva estos d¨ªas, como por constituir un abuso que bajo el imperio del PP ha convertido en esc¨¢ndalo lo que el profesor Ant¨®n Costas ha tiempo describi¨® como ¡°corrupci¨®n inocente¡±.

Aqu¨ª, de inocente, nada. Aqu¨ª el obsequio opulento y a menudo ostentoso, tanto en los que fueron a?os de prosperidad como en los mis¨¦rrimos que nos afligen, ha sido una insidiosa cortes¨ªa apenas disimulada. Aqu¨ª no pocos pol¨ªticos con mando en plaza o con disponibilidad presupuestaria y funcionarios de alto copete han sido beneficiarios de los m¨¢s variados objetos ¨Csiempre lujosos y selectos¨C, prebendas y chollos proporcionados por proveedores, contratistas y par¨¢sitos de la Administraci¨®n p¨²blica. Un tr¨¢fico indecente de regalos, adjudicaciones trucadas y prevaricaciones varias que se han venido sucediendo sin apenas sanci¨®n social y con ol¨ªmpico desprecio de la marginada oposici¨®n pol¨ªtica. G¨¹rtel, Emarsa, Feria, Puertos la misma Generalitat y tutti quanti han practicado la elegancia social del regalo con el fin m¨¢s o menos descarado de ablandar voluntades o agradecer tratos preferentes. La memoria o las hemerotecas registran el volumen vergonzante de este mercadeo.

En ese cap¨ªtulo de beneficiados por la cortes¨ªa del regalo la mentada y amortizada edil ha incluido a los periodistas. Y con raz¨®n. Tanto en los a?os de la dictadura como en los de la democracia, los informadores han sido ¨Cy parece que siguen siendo¨C objeto de las complacencias del poder, de todos los poderes. En la autocracia, a falta de libertad y sueldos decentes se nos conced¨ªan algunas modestas gabelas y un detalle por navidades. Poca cosa y un tanto mortificante. Con la Transici¨®n pol¨ªtica y despu¨¦s, con la emergencia del poder medi¨¢tico y su protagonismo, abund¨® el mimo a las gentes de este oficio, o sus cabezas m¨¢s visibles, y especialmente las oportunidades para los venales, los grandes obsequiados. Hoy, con tanta precariedad, recortes, temor y despidos en el gremio, adem¨¢s de desesperanza laboral para los nuevos titulados ?qui¨¦n va a regalarle nada a esta tribu atribulada? Y por si faltaba algo, el bien informado y solvente profesional Rafael Navarro denunciaba d¨ªas atr¨¢s en su columna de El Mundo ¡°la escandalosa censura que impera aqu¨ª¡±. Mordaza y ruina, ese s¨ª ha sido un regalo envenenado, do?a Rita.

Adenda con SOS. En Espa?a hay m¨¢s de 30.000 enfermos de Hepatitis C, cuya gravedad no necesita ser subrayada. Sovaldi es el medicamento que la cura con un alto grado de eficacia. Pero el Gobierno tan solo promete proporcion¨¢rselo a 6.000 enfermos porque se trata de un f¨¢rmaco caro. ?Qu¨¦ pasar¨¢ con los afectados a quienes no se les suministre? En efecto, eso mismo que el lector piensa. El trance no encaja formalmente en la figura penal de asesinato masivo, pero a nosotros no se nos ocurre otra.