Freud y otras estrellas

El comienzo del a?o trae a los escenarios madrile?os un pu?ado de estrenos interesantes. En los teatros de Madrid convive Sigmund Freud con obras sobre maestros de la pintura como Vel¨¢zquez o El Greco.

Hay sitio para una reflexi¨®n sobre la senectud de Juan Margallo y Petra Mart¨ªnez en ?Chimp¨®n! Panfleto post m¨®rtem y tambi¨¦n para los conflictos intergeneracionales que la compa?¨ªa Teatro Bufo expone en ?rbol adentro. Se entremezcla el humor en torno a la vida de Roc¨ªo Jurado de Se?ora con la memoria hist¨®rica en La piedra oscura. Habr¨¢ hasta una visi¨®n del ideal del ¨¦xito europeo venida desde Rumania, titulada Solitaritate.

Todas son obras que comienzan su andadura en la capital en enero. Y sobre todas ellas destaca La sesi¨®n final de Freud, que se estrena el pr¨®ximo martes en la Sala Peque?a del Teatro Espa?ol (que pr¨®ximamente ser¨¢ rebautizada como Sala Max Aub, seg¨²n confirma el director del teatro).

La historia comienza el 3 de septiembre de 1939: Reino Unido declara la guerra a Hitler. Es el comienzo de la Segunda Guerra Mundial. En el n¨²mero 20 de Maresfiled Gardens, en Hampstead, Londres, est¨¢ el despacho de Sigmund Freud. Su hija Anna lo ha decorado a imitaci¨®n de su consulta de Viena, que han tenido que abandonar huyendo del nazismo. Ese mismo d¨ªa el viejo doctor (ya tiene 83 a?os) recibe al escritor y medievalista, catedr¨¢tico de Oxford, C.?S. Lewis, autor de Las cr¨®nicas de Narnia y amigo personal de J.?R.?R. Tolkien, que ha satirizado las teor¨ªas freudianas en uno de sus libros.

As¨ª que ahora mantendr¨¢n una intensa lucha dial¨¦ctica en torno a Dios y el sentido de la vida, mientras la radio da cuenta del inicio de la contienda y a trav¨¦s de la ventana suenan las alarmas antia¨¦reas. Es un momento angustioso. Veinte d¨ªas despu¨¦s, el padre del psicoan¨¢lisis se quitar¨¢ la vida.

En realidad este encuentro nunca tuvo lugar, sino que es un ejercicio de historia-ficci¨®n de esos que permite una disciplina como el teatro. ¡°Esta obra es un pulso, un ring de boxeo¡±, dice Tamzin Townsend (Liverpool, 1967), directora. La obra sigue el texto original de Mark St. Vincent que fue estrenado en el off Broadway de Nueva York en 2010 y ha sido tambi¨¦n dirigida por Daniel Veronese en Buenos Aires. ?Por qu¨¦ motivo enfrent¨® el autor en su imaginaci¨®n a estos dos personajes? ¡°Simplemente porque le resultaba ¨²til confrontar sus personalidades para construir sobre ellas el conflicto dram¨¢tico¡±, dicen los art¨ªfices. Precisamente en Nueva York fue donde la conoci¨® el dramaturgo Ignacio Amestoy, quien le pas¨® el texto a Townsend el d¨ªa de Reyes del a?o pasado, hasta que finalmente fue traducido por Ignacio Garc¨ªa May. He aqu¨ª el resultado.

¡°Son dos hombres en momentos vitales muy diferentes¡±, dice Townsend, ¡°Freud ya es un anciano y Lewis vive su ¨¦poca de m¨¢ximo ¨¦xito. Lewis es un ferviente cristiano y Freud no puede estar m¨¢s alejado. No tienen nada en com¨²n, pero tambi¨¦n lo tienen todo: son acad¨¦micos que buscan la verdad y est¨¢n dispuestos a escuchar¡±. De Freud, interpretado por Helio Pedregal (la caracterizaci¨®n es tan buena que parece que estemos ante el propio doctor revivido), sabemos muchas cosas; de quien no conocemos tanto, aparte de algunas de sus obras, es de C. S. Lewis (que encarna Eleazar Ortiz). ¡°En Espa?a no es tan conocido¡±, dice Townsed, ¡°pero en Inglaterra se vive un momento de redescubrimiento de su figura: se hacen reportajes y documentales y se reeditan libros de su extensa obra¡±.

Tuvo una vida complicada: hu¨¦rfano de madre desde muy joven, se crio en un internado que odiaba y m¨¢s tarde sobrevivi¨® a las trincheras de la Primera Guerra Mundial. Aunque estas experiencias le llevaron al ate¨ªsmo (y al inter¨¦s por la mitolog¨ªa y el ocultismo), se pas¨® al cristianismo militante (un hecho que fascina al Freud de esta ficci¨®n). Vivi¨® con su hermano mayor, que ten¨ªa problemas de alcoholismo y al que apoy¨® toda su vida, y tambi¨¦n con la madre de un amigo que muri¨® en la Gran Guerra y ¨¦l hab¨ªa prometido proteger. Una relaci¨®n cuya naturaleza nunca estuvo demasiado clara. ¡°Aunque pueda parecerlo, esta no es ninguna obra erudita o aburrida¡±, dice Ortiz. ¡°Creo que est¨¢ escrita con una agilidad y un sentido del humor extraordinarios¡±. Y es que, como dice Pedregal: ¡°Las personas sabias nunca se ponen serias cuando hablan de lo serio, saben que hay que aproximarse por los laterales¡±.

¡°Estas son dos personas absolutamente honestas con sus principios¡±, contin¨²a Pedregal, ¡°lo cual las hace v¨¢lidas para cualquiera, aunque no comparta sus razonamientos. En un momento en el que vivimos cierta confusi¨®n, estos dos personajes dan una lecci¨®n: lo peor que podemos hacer es encastillarnos y mirar al otro como alguien al que debemos destruir o, como m¨ªnimo, convencer¡±.

De amantes y pinturas

De los lienzos hist¨®ricos a los escenarios: el ciclo Pintores a Escena trae a las tablas del Fern¨¢n G¨®mez Centro Cultural de la Villa obras teatrales basadas en la vida y obra de los grandes de la pintura. Esta semana se han presentado los dos pr¨®ximos espect¨¢culos de esta iniciativa, centrados en las figuras de Vel¨¢zquez y El Greco.

En La puta enamorada, de Chema Carde?osa y dirigida por Jes¨²s Castej¨®n, el rey Felipe IV encarga a Vel¨¢zquez, pintor de la corte, un cuadro de su amante, La Calderona. A partir de esta petici¨®n se construye una trama que incluye intrigas palaciegas y tri¨¢ngulos amorosos, al tiempo que se hace un repaso de la vida cultural, social y pol¨ªtica de aquella Espa?a del siglo XVII. Act¨²an Eva Marciel, Javier Collado y Federico Aguado y se puede ver hasta el 1 febrero.

A continuaci¨®n, del 3 al 15 de febrero, se podr¨¢ ver Historia de un cuadro, con texto y direcci¨®n de Alfonso Zurro. Aqu¨ª el elemento central es un cuadro de El Greco, alrededor del que gira la obra.

?Cu¨¢l fue la raz¨®n que motiv¨® su existencia? Para descubrirlo se realiza un viaje en el tiempo desde nuestra contemporaneidad hasta la Roma de 1576, a?o en el que el joven Dom¨¦nico Theotocopulos decide trasladarse a Espa?a y quedar para siempre asociado a la ciudad de Toledo. Roberto Quintana, Jos¨¦ Manuel Seda y Manolo Caro dan vida a los personajes de este montaje.