Historia de un mago t¨ªmido
Se le conoce como El Mago Pop, es estrella de la televisi¨®n y act¨²a durante todo enero en el Rialto con su espect¨¢culo ¡®La gran ilusi¨®n¡¯. Pero detr¨¢s est¨¢ Antonio D¨ªaz, un chaval que ten¨ªa miedo al p¨²blico
Para poder presentar un espect¨¢culo de magia ante el p¨²blico, Antonio D¨ªaz (Badia del Vall¨¨s, 1986) tuvo que recurrir a un truco: la creaci¨®n de un personaje. El Mago Pop, su alter ego, es un timador divertido, majete tramposo, farsante seductor e ilusionista fino sobre el escenario. El chico que un d¨ªa se propuso vivir de la magia, en cambio, es t¨ªmido y met¨®dico. ¡°De ni?o era un mago t¨¦cnicamente muy fuerte, pero con problemas a la hora de presentarme en un teatro. Hasta que me di cuenta de que el secreto para triunfar es conectar con la gente. Y me obsesion¨¦ con crear un personaje seguro de s¨ª mismo, con capacidad de reacci¨®n. Pero yo, en la vida diaria, soy muy diferente¡±, reconoce el showman, que hasta el pr¨®ximo 31 de enero act¨²a en el Teatro Rialto.
Tres horas antes de comenzar la funci¨®n, Antonio D¨ªaz, sentado en el patio de butacas vac¨ªo, mira de reojo c¨®mo un hombre y una mujer pasan la escoba entre las sillas. Viste chaqueta y ajustados pantalones negros. Su voz, salpicada de risillas nerviosas, cae con mesura al explicar que para ver un espect¨¢culo como La gran ilusi¨®n conviene hacer a un lado la desconfianza. ¡°No es un desaf¨ªo a la inteligencia. Es pura ilusi¨®n. Y si alguien viene s¨®lo con la intenci¨®n de pillarme, no disfrutar¨¢¡±.
"El secreto hace que la magia exista. La pregunta que se hace el espectador, c¨®mo lo ha hecho, es lo que hace que este arte sea tan maravilloso."
La historia del Mago Pop, que hoy es una de las estrellas del canal Discovery Max, se aceler¨® cuando era un ni?o de cuatro a?os y un mago amateur, amigo de su padre, le sac¨® una moneda de la oreja. Pas¨® d¨ªas pensando en c¨®mo podr¨ªa haber hecho eso un se?or normal. Luego se dedic¨® a ver v¨ªdeos de las actuaciones de Juan Tamariz. Continu¨® con los de David Copperfield, altern¨¢ndolos con la lectura de libros de magia e innumerables ensayos. ¡°Soy producto de la obsesi¨®n de los juegos de manos, algo que se convirti¨® en mi pasi¨®n y luego en mi trabajo¡±, puntualiza el joven, cuya profesi¨®n no le ha tra¨ªdo mucho ¨¦xito en el amor. ¡°Por lo que he visto, muchos magos ligan mucho. La magia tiene un componente de seducci¨®n y eso es atractivo. Conocer a alguien y hacerle un truco¡ Eso ya te hace interesante, ?no? Pero yo no ligo mucho, no¡±.
Empez¨® a practicar frente a sus padres y hermanos. Nada por aqu¨ª. Nada por all¨¢. Ahora lo ves. Ahora no lo ves. Despu¨¦s consider¨® que era mejor excluirlos. ¡°Porque no quer¨ªa que supieran el secreto de mis trucos. Porque el secreto hace que la magia exista. La pregunta que se hace el espectador, c¨®mo lo ha hecho, es lo que hace que este arte sea tan maravilloso¡±.
Es el ilusionista que con sus trucos ha deslumbrado a gente como el cient¨ªfico Stephen Hawking o al futbolista Neymar, pero no divierte con su magia a sus amigos y a su familia. ¡°Tengo un amigo que es escultor y al principio ¨¦l me dec¨ªa: hazme un truco. Y yo le dec¨ªa: hazme un busto. Porque lo que le intentaba hacer entender era que la magia es mi pasi¨®n, pero tambi¨¦n es mi trabajo. No desconecto, pero intento hacerla s¨®lo en el escenario¡±.
Para hacer una puesta en escena con m¨²sica, humor y magia como La gran ilusi¨®n, tuvo que pasar un a?o. ¡°Seis meses de pensar, imaginar, escribir el guion y otros seis de trabajo puro y duro con mi equipo. Hace dos a?os ¨¦ramos tres personas. Ahora, con todo lo que hemos crecido, somos 17¡±.
¡ª?Y cu¨¢nto tiempo tarda en preparar un truco?
¡ªLos juegos m¨¢s incre¨ªbles de este espect¨¢culo, como el del viaje en el tiempo, tienen a?os de preparaci¨®n, desde que surgen, se hacen y luego se le a?aden matices o cambios. Y como interviene gente del p¨²blico, pues tienes que tener plan A, B y C, para lo que pueda suceder.
Como casi todos, usa las cartas como herramienta b¨¢sica. Las mezcla mientras narra una historia y sus manos son m¨¢s r¨¢pidas que la vista del p¨²blico. ¡°Al mes gastamos unas 500 barajas. Porque siempre utilizamos nuevas, unas 20 o 30 por funci¨®n¡±, cuenta este admirador de Juan Tamariz, a quien no conoce. Pero este chico t¨ªmido que, gracias a la magia, se vuelve extrovertido, lleva meses intentando algo m¨¢s espectacular: poder volar. ¡°Esa es mi gran ilusi¨®n¡±.
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