El ¡®coliderazgo¡¯ de Egibar
Markel Olano no es alternativa a Bildu, sino el reverso de la misma moneda
El nuevo a?o 2015 nos ha regalado una curiosa moviola en la pol¨ªtica vasca. Hace unos d¨ªas, el presidente del PNV en Gipuzkoa, Joseba Egibar, hac¨ªa un emplazamiento p¨²blico a Bildu a favor de pactar "unas bases m¨ªnimas" y se planteaba, incluso, "un coliderazgo" entre ambos. S¨ª, han le¨ªdo bien. Coliderazgo, o sea, liderazgo conjunto, nada m¨¢s y nada menos. No es mi intenci¨®n entrar a juzgar las diferentes sensibilidades internas existentes en el nacionalismo vasco, ni el p¨¦ndulo ni sus equilibrios o repartos internos de papeles, ni siquiera si el comentario fue o no deliberado o reflejaba un desider¨¢tum indisimulado. Lo cierto es que Egibar piensa as¨ª, en contraste con lo que plantea formalmente la direcci¨®n nacional de su partido. No sorprende, por tanto, que Egibar vuelva por sus fueros y que insista en plantear sus viejas tesis, las mismas que defendi¨® durante el fallido proceso de Lizarra: la acumulaci¨®n de fuerzas entre los partidos soberanistas y el frente abertzale. Desde ese punto de vista nada nuevo bajo el sol.
Son conocidos los peligros asociados a estas estrategias de frentismo y divisi¨®n. Quienes mejor debieran saberlo son los jeltzales, que constataron los riesgos de la unilateralidad y la exclusi¨®n que anidaban en el plan Ibarretxe, y el bloqueo que este supuso para la pol¨ªtica vasca. Por eso resulta necesario volver a insistir en que la construcci¨®n de un edificio de convivencia y normalizaci¨®n en Euskadi tiene que partir de un pacto entre diferentes, no de una fractura entre bloques. Y para eso hay que saber reconocer al contrario, ponerse en su piel, trabajar por los puentes, vivir la diversidad, salir de la burbuja endog¨¢mica de quien ve a los rivales, especialmente si no somos abertzales, como si fu¨¦ramos especies en extinci¨®n condenados a desaparecer. Y para tener otra actitud y una mirada no contaminada por el sectarismo y el esp¨ªritu de exclusi¨®n, tambi¨¦n es necesaria la empat¨ªa y generosidad, y no una visi¨®n cuadriculada, r¨ªgida ni dogm¨¢tica.
Pero m¨¢s all¨¢ de todo eso, la apuesta por el coliderazgo de hace unos d¨ªas pone en evidencia lo artificioso e impostado de toda la pol¨ªtica de forzado antagonismo que trata de representar el PNV de Gipuzkoa en v¨ªsperas electorales, y muestra la inconsistencia de los jeltzales cuando insisten en que hay un choque de modelos. Porque Markel Olano no representa la verdadera alternativa a EH Bildu, sino el reverso de la misma moneda. En el fondo, el PNV guipuzcoano sigue anclado al radicalismo nacionalista que prioriza la construcci¨®n del pa¨ªs entre abertzales, obviando la pluralidad vasca y guipuzcoana.
Han sido Egibar y su candidato Olano quienes han permitido el desgobierno de la izquierda abertzale en Gipuzkoa, al negarse repetidas veces a suscribir una moci¨®n de censura contra Mart¨ªn Garitano en aras a una estrategia pol¨ªtica que ha consistido en esperar a que la izquierda abertzale se cociera en la salsa de sus contradicciones y del desgaste del poder, a¨²n a costa de castigar al conjunto de Gipuzkoa y perjudicar los intereses del territorio.
Ignoro si el coliderazgo del que habla Egibar revela alg¨²n tipo de preacuerdo con la izquierda abertzale para repartirse el poder despu¨¦s de mayo. Lo que s¨ª s¨¦, es que al reclamar p¨²blicamente esa alianza se vac¨ªa por completo de contenido su apuesta por convertirse en la alternativa en Gipuzkoa, por m¨¢s que intente forzar un sistema bipartidista ajeno a la tradici¨®n pactista y a la realidad plural de este territorio.
Denis Itxaso Candidato del PSE-EE a diputado general de Gipuzkoa.
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