Las fotos francesas que no veremos
La pol¨ªtica comunicativa de Hollande cort¨® en seco el acceso a fot¨®grafos y c¨¢maras de televisi¨®n
No veremos las fotos de los fat¨ªdicos d¨ªas 7, 8 y 9 de enero en Francia porque no existen. As¨ª permite pensarlo ¡ªque las im¨¢genes no existen¡ª la pol¨ªtica visual aplicada de inmediato con mano de hierro por Hollande para afrontar el atentado contra Charlie Hebdo y todo lo que sigui¨®. Pol¨ªtica comunicativa, que no informativa. Las im¨¢genes proporcionadas, las que hemos visto en toda clase de medios, han sido hechas por la gendarmer¨ªa, por el ej¨¦rcito, por un particular, por todos menos por fotoperiodistas y c¨¢maras televisivas. El objetivo, dar una imagen as¨¦ptica del horror. Y de la actuaci¨®n policial.
Es una cuesti¨®n dif¨ªcil, ciertamente. Nada f¨¢cil de debatir y de evaluar, que afecta al sistema informativo global desde hace d¨¦cadas, quiz¨¢ desde la guerra del Vietnam y el efecto que el fotoperiodismo tuvo en la conciencia individual y colectiva de Estados Unidos y de gran parte del planeta. Desde hace medio siglo, la foto period¨ªstica se ha de controlar, creen los gobiernos. Y ahora son tiempos digitales, de una velocidad pasmosa y de una eficacia terror¨ªfica si temes que algo se vea, circule y se transforme en imagen ic¨®nica.
Tendremos que imaginar el estado en que qued¨® la sede del Charlie y c¨®mo fueron abatidos los hermanos Kouachi (de quienes pronto olvidaremos su nombre y ser¨¢n solo los hermanos terroristas) a las puertas de la imprenta de Dammartin-en-Go?le. Hasta este lunes, por la tele, no se vio la cara del joven empleado que no era un reh¨¦n sino que se hab¨ªa podido esconder en un armario de la imprenta y desde all¨ª, con el m¨®vil, comunic¨® primero con su padre y as¨ª con la polic¨ªa, transmitiendo lo que o¨ªa decir a los terroristas ¡ªen franc¨¦s, por si alguien lo dudara¡ª y que debi¨® ser decisivo para concluir el rapid¨ªsimo sitio policial.
Tendremos que imaginar tambi¨¦n c¨®mo salieron a la calle los supervivientes del atentado contra el h¨ªper de comida jud¨ªa, qu¨¦ cara ten¨ªan las personas que all¨ª fueron sacrificadas y c¨®mo murieron, y c¨®mo fue liquidado, en el asalto policial que puso fin al secuestro, Amady Coulibaly, un tipo de 32 a?os que ya hab¨ªa liquidado, horas antes, a una agente municipal antillana de 26 a?os reci¨¦n llegada a Par¨ªs, Clarissa Jean-Philippe. Coulibaly ha dejado en herencia un v¨ªdeo de elaboradas puesta en escena y edici¨®n, donde se le ve con sus mejores y variadas galas guerreras, chulo y elegante terrorista, mirando incluso hacia una pantalla en fuera de campo donde observa, satisfecho narcisista, la conmoci¨®n provocada por ¨¦l y los hermanos Kouachi el d¨ªa anterior, asintiendo, diciendo que eran un equipo y han hecho un buen trabajo.
Las ¨²nicas im¨¢genes desgarradoras que hemos podido ver, las de uno de los Kouachi ejecutando a sangre fr¨ªa de un tiro al polic¨ªa Ahmed Merabet
Las ¨²nicas im¨¢genes desgarradoras que hemos podido ver, las de uno de los Kouachi ejecutando a sangre fr¨ªa de un tiro al polic¨ªa Ahmed Merabet ca¨ªdo al suelo, la escena final del asalto a Charlie Hebdo, no son profesionales ni tampoco oficiales. Fueron tomadas con la c¨¢mara de un m¨®vil dom¨¦stico. Su autor, hijo de catalanes del exilio econ¨®mico de los sesenta, Jordi Mir, 50 a?os, ingeniero, vive estos d¨ªas el horror precisamente de haber divulgado las im¨¢genes. Hizo una copia para la polic¨ªa y luego colg¨® el v¨ªdeo en Facebook, sin saber qu¨¦ pasaba, movido, ha declarado a la agencia Associated Press, por ¡°un reflejo est¨²pido fomentado durante a?os por los medios de comunicaci¨®n¡±.
Cuando supo qu¨¦ hab¨ªa grabado, descolg¨® el v¨ªdeo de la red social. Solo hab¨ªa transcurrido un cuarto de hora. Y ya estaba por todas partes, tambi¨¦n en Youtube y las televisiones internacionales lo emit¨ªan. La familia Merabet se ha dolido y se duele de ver a Ahmed una y otra vez asesinado, de forma repetida, sin remedio. Del horror continuo de ver a los tuyos vejados ¡ªaqu¨ª, en Par¨ªs, ejecutado¡ª saben bastante los familiares y amigos de los prisioneros de Abu Ghraib, tal vez les recuerden, por el periplo digital de las fotos.
Hollande y su equipo cortaron en seco cualquier posibilidad iconogr¨¢fica. Fot¨®grafos y c¨¢maras de televisi¨®n fueron conminados a situarse lejos de las escenas sacrificiales. Por suerte, Charlie Hebdo es un semanario gr¨¢fico, dibujado, no necesita ni fotos ni v¨ªdeos. El periodismo franc¨¦s sacar¨¢ las conclusiones que convengan de todo esto, y lo mismo deberemos hacer los dem¨¢s.
De momento, las ¨¦lites period¨ªsticas parisinas han estado a la altura a la hora de ayudar a sus colegas sat¨ªricos. Dos patrones (consejeros delegados) han estado a la cabecera de la ayuda a los desarrapados del Charlie, con admirable discreci¨®n. El primero y capital, Francis Morel, del diario de informaci¨®n econ¨®mica y financiera Les Echos y presidente del sindicato de patrones de prensa, ha movido cielo y tierra para conseguir ayuda econ¨®mica y empresarial, 250.000 euros hasta ahora (una cifra similar ha acordado Google). Gilles van Kote, director de Le Monde, hizo llegar de inmediato 15 mac a la sede de Lib¨¦ration, donde los supervivientes del Charlie han continuado su trabajo, con la sutil portada de Luz que sali¨® ayer: ¡°Tout est pardonn¨¦¡±, dice un Mahoma lloroso que lleva una pancarta: ¡°Je suis Charlie¡±. Es lo ¨²nico que veremos.
Merc¨¨ Ibarz, escritora y profesora de la UPF
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