Con una fuerte ra¨ªz expresionista
El montaje de Pradissa, m¨¢s coreogr¨¢fico que otras propuestas suyas, usa como cuerpo de baile a las estudiantes del conservatorio Mariemma
Es premisa importante acotar terreno: 'Carmina Burana' naci¨® como un ballet en su estreno en la ?pera de Frankfurt el 8 de junio de 1937, con coreograf¨ªa de Inge H?rtling, y ese mismo a?o, Ernst Uthoff hace su primera versi¨®n que luego reproduce en Santiago de Chile en 1960. Son innumerables las versiones esc¨¦nicas, pero digamos que la ra¨ªz cor¨¦utica est¨¢ en la propia obra, en su r¨ªtmica y en su probada cercan¨ªa a otro ballet: Les noces de Stravinski, algo que con frecuencia ha sido usado como un dardo contra Orff.
Hubo una ¨¦poca no tan lejana en que, frente a refinados estilistas, uno no pod¨ªa reconocer que le gustaban ni Chaicovski ni el Carmina Burana, pues se le tildaba enseguida de hortera y poco enterado. El tiempo lo pone todo en su sitio, y la obra el compositor de M¨²nich ha cogido su peso espec¨ªfico, en parte debido a su reincidencia peri¨®dica en la escena danc¨ªstica. Es de caj¨®n que el fen¨®meno del estilo, su modelo arcaizante en cuanto a la armon¨ªa y al despliegue de abundantes percusiones se debe al experimento formal del artista, que hab¨ªa fundado su liceo con Dorothee G¨¹nther. All¨ª prob¨® muchas cosas que luego est¨¢n en todo el Tr¨ªptico (que comprende este Carmina Burana, 1935-1937; Catulli Carmina, 1942 y el Triunfo de Afrodita, 1950-51). Pocos core¨®grafos se han atrevido con las tres piezas seguidas: lo hizo Heinz Rosen entre 1959 y 1960 en la ?pera de M¨²nich y pienso que es el tipo de reto que le pega a La Fura dels Baus.
El montaje de Pradissa, m¨¢s coreogr¨¢fico que otras propuestas suyas, usa como cuerpo de baile a las estudiantes del conservatorio Mariemma y el mayor lucimiento lo tiene el bar¨ªtono Toni Marsol, entregado y dominador de la escena; tambi¨¦n la soprano Amparo Navarro y el contratenor Vasili Khoroshev dieron los tres prestaciones notables a sus papeles, a veces en situaciones realmente espinosas para un artista de la l¨ªrica. Los coros, discretos, la orquesta, muy en su sitio.
Pradissa y su equipo se inspiran en un retro-punk ochocentero algo naif y hasta did¨¢ctico, pero que gusta mucho, literal hasta el sonrojo a veces (la luna, el vino) aunque en una cuerda estil¨ªstica muy propia de su factor¨ªa, verdadera industria del espect¨¢cul. Es notorio un cierto influjo u homenaje al expresionismo de primera hornada (vestuario de t¨²nicas, m¨¢scaras, luchas entre el bien y el mal) y que puede relacionarse con que Mary Wigman hizo su Carmina en 1943 e Inre Eck en 1978 en Budapest la suya; en medio las de Uthoff que ven¨ªa del mismo tronco est¨¦tico. El p¨²blico (al de las primeras filas le hab¨ªan repartido chubasqueros y pl¨¢sticos por aquello del estilo punk) sali¨® encantado y hasta hubo un luminoso bis del O fortuna.
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