Rejuvenecer a los veintinueve
El salto de d¨²o a quinteto refuerza la propuesta de Jaime Mu?oz y Carlos Beceiro, m¨¢s en¨¦rgicos y jazz¨ªsticos que nunca
Alguien, alg¨²n d¨ªa, saldar¨¢ la deuda que esta ciudad y esta regi¨®n tienen contra¨ªda (aunque no lo sepan) con La Musga?a. Nadie ha hecho tanto como ellos para preservar y difundir el folclor castellano, y tambi¨¦n madrile?o, con el m¨¦rito adicional de haber sobrevivido para ello a todo tipo de tr¨¢nsitos y avatares. Lo maravilloso en esta banda con 29 a?os de andadura es que conserve frescura y fuerzas para reinventarse nuevamente, puede que de la manera m¨¢s dr¨¢stica en todo su periplo. Porque la evoluci¨®n de d¨²o a quinteto que anoche se oficializ¨® en Galileo Galilei con la presentaci¨®n de Si supiera que cantando¡ constituye, claro, un revolc¨®n en toda regla; una apuesta vivaz, abonada a la audacia e incluso, a ratos, saludablemente desconcertante.
El multiinstrumentista Jaime Mu?oz sigue sirviendo de ligaz¨®n y est¨ªmulo, adem¨¢s de que su ingenio en las presentaciones (¡°?os imagin¨¢is una vida sin jotas, sin 5 Jotas y sin JB?¡±) le convierte en un Anxo Pintos mesetario. Puede que el otro miembro fundador, Carlos Beceiro, parezca casi siempre relegado en su papel de bajista, pero siempre le brotan l¨ªneas ingeniosas de los dedos, como si nos encontr¨¢ramos ante un Michael Hedges salmantino. Con dos refuerzos tan s¨®lidos como Antonio Toledo (guitarra, la¨²d) y el bater¨ªa Sebasti¨¢n Rubio, la gran novedad la constituye la vocalista Marta de la Aldea, de voz l¨ªmpida y algo plana y desmemoriada La mocita, pero mucho mejor cantando que en sus poco finos parlamentos.
El resultado constituye un viraje no tanto al pop como al jazz, sobre todo cuando Mu?oz se zambulle en sus deliciosas improvisaciones al clarinete El rondador desesperado y Rubio libera el pulso de su braceo. La nueva aproximaci¨®n al cl¨¢sico Arribes, por ejemplo, es fabulosa, igual que los ingeniosos cortes y osad¨ªas arm¨®nicas convierten el Romance de la Gallarda, por definici¨®n mon¨®tono, en una virguer¨ªa casi progresiva. Puede que falte afinar el tiro en alg¨²n pasaje, pero la esencia permanece (ese Picao dedicado al inolvidable Quique Almendros, hoy en silla de ruedas) y el rejuvenecimiento, tras casi tres d¨¦cadas de andadura, se antoja espectacular. Larga vida, una vez m¨¢s.
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