El teatro busca cobijo
Grandes y peque?as salas basan su programaci¨®n en residencias art¨ªsticas para proteger a dramaturgos y directores del vendaval de la crisis
¡°Tranquilidad¡±. Los cuatro autores teatrales reunidos en la sala repiten la misma palabra. Durante los pr¨®ximos meses, una productora va a pagar un sueldo a estos artistas emergentes, va a cederles un espacio y a financiar sus espect¨¢culos. Sin condiciones. O solo con una: que se dediquen a investigar en su propia l¨ªnea de trabajo. Este proyecto de Lazonakubik (nueva denominaci¨®n de la sala Kubik Fabrik, en Usera) alivia la incertidumbre en el que era hasta ahora un terreno bald¨ªo en esta clase de residencias art¨ªsticas. En otro punto de la ciudad, tres grandes directores de la escena espa?ola (Miguel del Arco, Andr¨¦s Lima y Alfredo Sanzol) presentan su propio laboratorio, el Teatro de la Ciudad, nacido con el mismo planteamiento que su hermano de Usera: demostrar que otra forma de producir y crear es posible, y proponerla como modelo.
Los dos grupos de creadores se encuentran en momentos de su carrera muy distintos. Los cuatro autores apadrinados por Lazonakubik (Carlota Ferrer, Juli¨¢n Fuentes Reta, Antonio Ruz y Luc¨ªa Miranda) son talentos emergentes. Son conocidos a un cierto nivel y han representado ya en grandes salas. Los art¨ªfices del Teatro de la Ciudad son los reyes del teatro espa?ol contempor¨¢neo. Sin embargo, ambos grupos tienen la misma queja, que explica Del Arco: ¡°Los 45 d¨ªas de ensayos [los que se pagan en un montaje convencional] no dan suficiente espacio a la imaginaci¨®n, al error, al descarte¡±. Las residencias pretenden ser un nido en el que los creadores puedan refugiarse de las condiciones de la producci¨®n (endurecidas durante la crisis) y disponer de tiempo, espacio y un dinero fijo.
Para Juli¨¢n Fuentes Reta, esto ha supuesto una diferencia sustancial en su vida. ¡°En este mundo parece que est¨¢ feo hablar de dinero¡±, dice ante el caldo caliente y el pincho de tortilla que le han servido amorosamente en el bar Barajas, cercano a Lazonakubik. En esta sala ensaya Hard Candy, una versi¨®n de la pel¨ªcula hollywoodiense. Su ¨²ltimo montaje, Cuando deje de llover, fue producido y estrenado en las Naves del Espa?ol, y ni siquiera eso le aport¨® una estabilidad econ¨®mica. ¡°Lo que haces es pedir el dinero por adelantado a amigos, familiares, prometiendo que lo devolver¨¢s cuando puedas¡±, cuenta, resignado. El colch¨®n de lo ganado entonces (la obra estuvo en cartel hasta el 21 de diciembre) estaba empezando a agotarse. Ahora tiene asegurado un sustento hasta abril.
De Ant¨ªgona al gato de la suerte
Estos son los proyectos que acogen las nuevas residencias:
Teatro de la Ciudad: Ant¨ªgona, por Miguel del Arco, versi¨®n libre de la obra de S¨®focles.
Medea, dirigida por Andr¨¦s Lima, basado en el texto de S¨¦neca.
Edipo Rey, dirigido por Alfredo Sanzol, basado en textos de S¨®focles.
Entusiasmo, dirigido por los tres autores, un espect¨¢culo que cambiar¨¢ cada d¨ªa de representaci¨®n.
Lazonakubik: Fortune cookie, escrito por Jos¨¦ Manuel Mora y dirigido por Carlota Ferrer. Una investigaci¨®n sobre la comunidad china en Usera.
Hard Candy, versi¨®n de la pieza de Brian Nelson, dirigido por Juli¨¢n Fuentes Reta. Un taller en torno a los mitos del cazador y la presa.
Beautiful beach, una pieza coreogr¨¢fica de Antonio Ruz.
Nora, 1959, dirigido por Luc¨ªa Miranda a partir de un trabajo sobre Casa de mu?ecas, de Ibsen.
¡°Lo que hay que hacer es apostar de una vez por la gente que est¨¢ currando. Como est¨¢s en un caos con esta precariedad en el off, y tambi¨¦n en lo p¨²blico, es imposible consolidar tu carrera¡±, asegura Fernando S¨¢nchez-Cabezudo, gestor de la antigua sala Kubik Fabrik. Lo que ha hecho que esta nave de la periferia cambie de nombre es lo mismo que le ha permitido subvencionar estos procesos de investigaci¨®n. La productora La Zona (que est¨¢ detr¨¢s de Ocho apellidos vascos en cine, y Toc-toc y La piedra oscura en teatro) ha decidido correr con los gastos de un proyecto que S¨¢nchez-Cabezudo ya propuso en su candidatura a la direcci¨®n de los teatros municipales el pasado julio. ¡°No interesaba. Porque lo que interesa es producir y ense?ar, y no generar tejido cultural, que es lo que deber¨ªa hacer el sector p¨²blico¡±, denuncia.
La iniciativa m¨¢s parecida al nuevo modelo de residencias que ha surgido en la ciudad es el laboratorio Rivas Cherif, del Centro Dram¨¢tico Nacional. Nacido en 2012, con la llegada de Ernesto Caballero a la direcci¨®n, ofrece formaci¨®n constante a sus miembros (seleccionados mediante un proceso p¨²blico), pero no un sueldo ni la seguridad de participar en un montaje. ¡°Es algo que este equipo quer¨ªa hacer, esto no puede ser un contenedor de espect¨¢culos, sino una casa de teatro. Pero nos hace falta independencia. Ni siquiera se nos permite tener un coordinador para esto¡±, explica Caballero. En los Teatros del Canal de la Comunidad de Madrid, que acogen a 40 compa?¨ªas de danza, la respuesta es similar: ¡°Nuestra prioridad era establecer un sistema de residencias art¨ªsticas. Por el momento, no podemos ofrecer m¨¢s que el espacio, aunque ya nos gustar¨ªa¡±, explica Marcial Rodr¨ªguez, responsable del Centro Danza Canal.
El sector protesta ante la idea de que ¡°ahora no es posible¡±. ¡°Es una cuesti¨®n de discurso. No es que no haya dinero, es que la apuesta es otra¡±, ruge Fernando S¨¢nchez-Cabezudo. Jos¨¦ Luis G¨®mez, que ha acogido en La Abad¨ªa (de titularidad privada con subvenci¨®n p¨²blica) al Teatro de la Ciudad hasta que consiga casa propia, coincide: ¡°Lo que necesita una instituci¨®n para apoyar un proyecto as¨ª es margen de maniobra y voluntad para hacerlo¡±.
El Teatro de la Ciudad ha nacido, en parte, para incentivar esa voluntad. ¡°Las iniciativas privadas acostumbran a ser m¨¢s r¨¢pidas que las p¨²blicas. Como el movimiento se demuestra andando, pens¨¢bamos que arrancando ser¨ªamos capaces de conseguir m¨¢s cosas¡±, explica Gonzalo Salazar-Simpson, que con su productora La Zona est¨¢ tanto en este proyecto como en el de la Kubik. Con un presupuesto de m¨¢s de 500.000 euros para producir tres espect¨¢culos en cuyo proceso de montaje participan 80 personas, los productores no esperan tener una rentabilidad econ¨®mica inmediata. Pero s¨ª a largo plazo. ¡°Sobre todo, quer¨ªamos demostrar que es sostenible art¨ªsticamente¡±, cuentan Joseba Gil y Aitor Tejada, tambi¨¦n en la producci¨®n.
El movimiento empieza a surtir efecto. El CDN ha anunciado que apoyar¨¢ a Lazonakubik, probablemente en la exhibici¨®n de las obras. El Teatro de la Ciudad asegura que varias instituciones p¨²blicas se muestran interesadas en el proyecto, y que podr¨ªan tener un espacio propio (privado) para la siguiente edici¨®n. En su casa, en mitad de la investigaci¨®n para su proyecto en Lazonakubik, la directora Carlota Ferrer cruza los dedos: ¡°Si esto funciona, otros adoptar¨¢n esta forma de producci¨®n. Hay mucho talento y mucha gente yendo a verlo. Lo ideal ser¨ªa que lo copiaran desde las instituciones, y yo conf¨ªo en que van a saber verlo¡±. Lo que queda cuando cuelga el tel¨¦fono es una ligera sensaci¨®n de esperanza.
Una casa en el 'off'
Las grandes productoras llegan, con sus medios, a completar un trabajo que las nuevas salas alternativas llevan elaborando desde su nacimiento. En la presentaci¨®n del Teatro de la Ciudad, Aitor Tejada, productor habitual de Miguel del Arco, reconoci¨® la labor de espacios como La casa de la portera, la Cuarta pared o la desaparecida Sol de York.
All¨ª se han producido (con poco espacio, poco dinero, y en ocasiones hasta poco tiempo) algunas de las obras m¨¢s se?aladas de las ¨²ltimas temporadas. Autores como Jos¨¦ Padilla, Pablo Messiez, Alberto Conejero o Denise Despeyroux han pasado por ellas y ahora se mueven, con m¨¢s o menos comodidad, en la esfera de los grandes teatros.
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