Aulas de fascistas
¡®La Ola¡¯ relata la formaci¨®n de un movimiento totalitario en un instituto
Por qu¨¦ una sociedad como la alemana call¨®, permiti¨® o incluso colabor¨® con las atrocidades nazis? Es la pregunta que un alumno del Instituto Cubberley, Palo Alto, California, le hizo al profesor de Historia Contempor¨¢nea Ron Jones en 1967. El profesor no solo intent¨® responderla, sino que fue m¨¢s all¨¢: organiz¨® un experimento psicol¨®gico para demostrar c¨®mo las sociedades democr¨¢ticas pueden caer presa del met¨¢lico orden totalitario.
La Tercera Ola fue el nombre del movimiento pseudofascista que organiz¨® en sus aulas y cuyo lema era ¡°Fuerza mediante la disciplina, fuerza mediante la comunidad, fuerza a trav¨¦s de la acci¨®n, fuerza a trav¨¦s del orgullo¡±. Ten¨ªa un s¨ªmbolo (el perfil de una ola), saludo propio, carn¨¦ obligatorio. Pronto surgieron los problemas, los chivatos, la violencia. El movimiento tom¨® vida propia y la mayor¨ªa de los alumnos, ignorando que se trataba de un montaje, se sumaron a ¨¦l con entusiasmo. Despu¨¦s de una semana de experimento se comprob¨® que orquestar un movimiento totalitario, incluso en una sociedad abierta como la estadounidense, era peligrosamente f¨¢cil. Finalmente, Jones descubri¨® a los alumnos que hab¨ªan sido manipulados: ¡°No sois mejores que los nazis alemanes que hab¨¦is estudiado¡±.
Este ins¨®lito e inquietante experimento ha generado diferentes productos culturales: documentales televisivos, la novela La ola, de Morton Rhue, o su adaptaci¨®n cinematogr¨¢fica hom¨®nima de Dennis Gansel. Incluso un inopinado musical rock, titulado The wave. Desde ma?ana hasta el 22 de marzo se puede ver la versi¨®n teatral de la historia en el Centro Dram¨¢tico Nacional, de la mano del director Marc Montserrat Drukker y el dramaturgo Ignacio Garc¨ªa May, un espect¨¢culo que ya se produjo en el Teatro Lliure de Barcelona en 2013.
¡°Las adaptaciones existentes estaban bastante edulcoradas¡±, dice el director. ¡°Quer¨ªamos hacer una obra fiel a la historia real. Para ello trabajamos durante cinco a?os, hablando con exalumnos, leyendo los peri¨®dicos del instituto de aquellos d¨ªas, etc¨¦tera¡±. El propio Ron Jones se mostr¨® satisfecho cuando la vio en Barcelona.
Un espect¨¢culo con siete j¨®venes alumnos y un profesor (interpretado por Xavi Mira), ambientado en la ¨¦poca original, la California de los sesenta (como indica la roquera ambientaci¨®n musical), ¡°una ¨¦poca en la que conviv¨ªan muchos movimientos: los hippies, el movimiento anti-guerra de Vietnam, el Ku Klux Klan o los partidos nazi y comunista estadounidense¡±. Al no contemporanizarla, seg¨²n opina Montserrat, el p¨²blico decide lo que absorbe y c¨®mo lo aplica a nuestro tiempo.
El profesor Jones ¡°era un hombre muy carism¨¢tico, que part¨ªa de la base de que experimentando aquello que estabas aprendiendo, lo aprend¨ªas mejor¡±, dice Xavi Mira. Sin embargo, para el actor, el profesor acaba cayendo en su propia trampa, emborrach¨¢ndose de poder y perdiendo el control de la situaci¨®n: ¡°Su parte docente le anima a acabar con el experimento, pero su parte fascista le hace llevarlo a extremos muy duros. Algunos alumnos nunca acaban de perdonarle por aquello¡±.
¡°Era una ¨¦poca en la que, sorprendentemente, no hab¨ªa mucha informaci¨®n sobre el Holocausto¡±, dice Garc¨ªa May. La obra es muy pertinente cuando se cumplen 70 a?os de la liberaci¨®n del campo de extermino de Auschwitz y cuando en algunos pa¨ªses europeos remontan las formaciones fascistas al calor de la crisis econ¨®mica. Y no solo trata sobre la maldad de los nazis, sino tambi¨¦n sobre la manipulaci¨®n, el abuso de poder o el retorcimiento de lenguaje. ¡°En definitiva¡±, dice el dramaturgo, ¡°habla de la violencia del silencio, del silencio que provoca el miedo¡±.
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