Un alegre galope hacia el suicidio

El Gran Timonel de la redenci¨®n catalana, Artur Mas, convoc¨® finalmente a la Historia fijando la fecha de liberaci¨®n de cuanta cadena atormenta a las pobres v¨ªctimas de esta naci¨®n irredenta: un 27 de septiembre de 2015.

Desde que lo hizo, el pasado d¨ªa 14, qu¨¦ pena, todo han sido contratiempos. Los fidel¨ªsimos socios de Esquerra le han obligado inopinadamente a testificar ante el Parlament sobre los malabarismos fiscales y morales de su padrino, maestro, tutor, protector y amo, Jordi Pujol i Soley.

Su portavoz preferido, Francesc Homs, en vez de celebrarlo c¨ªnicamente como se suele, como un elogio de la transparencia, lo ha lamentado al espont¨¢neo modo carlista ¡ªviva la sinceridad¡ª, como una traici¨®n al desamparado soberanismo. Excusa no pedida, acusaci¨®n manifiesta.

Desde ese d¨ªa, el president ha varado en ser un candidato m¨¢s, y no el m¨¢s interesante ¡ªaunque sea el m¨¢s educado, perseverante, el que m¨¢s sabe estar, el ¨²nico que conoce c¨®mo anudarse bien una corbata, y el que mejor maneja idiomas¡ª, porque ha entregado a los gentiles el ¨²ltimo secreto, la ¨²ltima magia de sus competencias: la decisi¨®n sobre la fecha de las elecciones.

En realidad, ese era el ¨²nico poder que le quedaba, dada la indigencia pol¨ªtica de su partido, la autodestrucci¨®n de su ideolog¨ªa multiforme, el menoscabo de su liderazgo por el fundador, y el agotamiento de la propuesta monotem¨¢tica ¡ªel Proc¨¦s¡ª en una sociedad paciente, s¨ª, pero todav¨ªa pluridimensional.

Junto a la entrega del propiopoder en un entorno a¨²n temeroso del Poder, la autolesi¨®n de Mas ¡ªprimero celebrada como propia de un gran estratega, luego ca¨ªda en el pesaroso olvido¡ª obedece a que su decisi¨®n contrar¨ªa, punto por punto, la hoja de ruta que hab¨ªa trazado el pasado 25 de noviembre en su conferencia. Al menos, de momento. Siempre se puede resucitar un rato.

Conviene atenerse a los textos, y evaluar a los pol¨ªticos no solo por lo que pensemos de ellos y en ellos adivinemos. Sino pasando por el cedazo del contraste lo que declararon y practitican, lo que anunciaron y aplauden. Por sus propios textos los examinar¨¦is.

Dijo Mas en su milenarista homil¨ªa que lo esencial de unas elecciones o una consulta es ¡°el resultado¡±. Y que este, ¡°que debe ser n¨ªtido, claro y muy inteligible

Dijo Mas en su milenarista homil¨ªa que lo esencial de unas elecciones o una consulta es ¡°el resultado¡±. Y que este, ¡°que es lo m¨¢s importante, debe ser n¨ªtido, claro y muy inteligible¡±. Para que no pueda ser ¡°mal interpretado, y por tanto discutido y finalmente no aceptado como v¨¢lido¡±. OK.

A?adi¨® que en aras de ello, la pregunta sometida a los gentiles deb¨ªa ser ¡°clara¡±. O sea, ¡°si se quiere que Catalu?a se convierta en un Estado independiente o no¡±. Aunque, l¨¢stima, ¡°algunos querr¨¢n hablar de muchas otras cosas¡± ¡ª?acaso nos les basta el nutriente universal de la soberan¨ªa?¡ª, y si todos siguen su ejemplo ¡°las elecciones no tendr¨¢n un resultado claro¡±.

Este resultado, dec¨ªa, se puede conseguir sobre todo con una sola lista ¡ªlista ¨²nica, programa ¨²nico, caudillo ¨²nico, ay¡ª, ese panorama monol¨ªtico que por fortuna ha sido quebrado por el democratismo de Esquerra. Ser¨¢ que a¨²n cree en la pluralidad de partidos como base de la democracia, y no por mero c¨¢lculo electoral (separados, hasta hoy, consiguen m¨¢s diputados).

Pero bueno, si alguien se empe?ase en la pluralidad, en confeccionar ¡°m¨¢s de una lista a favor del s¨ª¡±, deb¨ªa haber al menos ¡°una que por s¨ª sola obtenga la mayor¨ªa en el nuevo Parlamento¡±. Solo eso otorgar¨ªa la legitimidad ¡°para que se pueda decir y se entienda en todas partes que el S¨ª ha ganado la consulta [secesionista] realizada en forma de elecciones¡±, concluy¨®.

Pocos comparten ese ¨²ltimo argumento. Vicen? Villatoro exigi¨® como condici¨®n de validez referendaria que ¡°todo el independentismo se presente en una ¨²nica candidatura y con un solo punto program¨¢tico¡± (Ara, 2 de julio). Jordi Graupera sostuvo que la lista unitaria ¡°se convierte en la manera m¨¢s clara de hacer unas elecciones referendarias: no hay duda de que est¨¢s votando independencia; con listas separadas (...) puede haber dudas sobre qu¨¦ est¨¢s votando exactamente, con qu¨¦ condiciones, con qu¨¦ horizonte de acuerdos¡± (La Vanguardia, 18 de noviembre).

Y Llu¨ªs Orriols apunt¨® que s¨®lo el triunfo de una lista unitaria, sin siglas ni logos, sin pol¨ªticos y sin propuestas de Gobierno m¨¢s que ¡°el apoyo a la independencia¡± tendr¨ªa valor plebiscitario (EL PAIS, 16 de diciembre).

Si asumimos su perspectiva de noviembre, tras la derrota de su propuesta Mas ha emprendido este enero un alegre galope hacia la victoria total y la mayor¨ªa absoluta que no logr¨® hace dos a?os, y entonces, chapeau a la virtud t¨¢ctica. O hacia el suicidio, festival que nadie celebra.

Todo puede suceder. Si la lista presidencial postpujolista queda segunda, a Mois¨¦s solo le quedar¨¢ un mois¨¦s. Ser¨ªa el colapso final de Converg¨¨ncia. Y si Esquerra declarase entonces abrupta y unilateralmente la secesi¨®n, en formato patrulla dels castors, que nadie llore por no obtener la independencia y haber perdido, de paso, la autonom¨ªa.