Enganchados al bot¨®n rojo
El Servicio Andaluz de Teleasistencia multiplica por 22 sus usuarios en 12 a?os
Un d¨ªa rutinario de la vida de Ana Ortiz, 91 a?os reci¨¦n cumplidos, transcurre entre las labores de limpieza de su casa y el lavado y planchado de la ropa de uno de sus hijos, que regresa por la noche para dormir con ella. No se pierde el paseo diario, de dos horas y acompa?ada de una amiga, y hay mediod¨ªas en que se anima y se mete en la cocina. Si no lo hace, alguna de sus dos hijas, que viven muy cerca, se encargan de la comida. Su salud es aparentemente de hierro, solo con los achaques de la edad, y su aspecto es inmejorable. Tiene tel¨¦fono m¨®vil ¡°de los peque?itos¡±, pero de lo que no se separa nunca es de la unidad de control remoto que la conecta con el Servicio Andaluz de Teleasistencia. ¡°El bot¨®n no me lo quito para nada. ?Y si voy al cuarto de ba?o y me resbalo?¡±, razona mientras toca el interruptor rojo que lleva sobre el pecho.
Ana Ortiz, vecina de M¨¢laga, es una de las 188.012 personas usuarias que esta prestaci¨®n de la Consejer¨ªa de Igualdad, Salud y Pol¨ªticas Sociales ten¨ªa al cierre de 2014. La cifra se ha multiplicado por 22 desde que el servicio se implant¨® de forma generalizada en 2002 (su origen est¨¢ en un plan piloto de 1999), a?o en que los beneficiarios fueron 8.327. En realidad, da cobertura a 229.964 andaluces, ya que a los titulares del dispositivo hay que sumar a quienes conviven con ellos (con m¨¢s de 65 a?os) y a los cuidadores de personas en situaci¨®n de dependencia.
Hay una funci¨®n principal que diferencia a este recurso de otros de su entorno, sobre todo a nivel europeo. No est¨¢ solo disponible en caso de alarma sanitaria, sino que persigue prevenir el aislamiento de los mayores y favorecer su autonom¨ªa e independencia para que permanezcan el m¨¢ximo tiempo posible en sus casas. Quienes pulsan el bot¨®n buscan ayuda en un momento de urgencia, pero tambi¨¦n consejos y paliar la soledad.
El servicio gestiona de media 15.507 llamadas al d¨ªa, seg¨²n la ¨²ltima estad¨ªstica, y seis de cada diez tienen como objetivo conversar. ¡°Estas personas cuentan cosas que no dicen a sus familiares, se sienten c¨®modas por el anonimato que da el tel¨¦fono¡±, ilustra Jaime Ruiz, responsable de la central de M¨¢laga. El 40% restante se divide a partes iguales entre las emergencias o la demanda de atenci¨®n sanitaria y la petici¨®n de informaci¨®n sobre prestaciones sociales.
¡°Gracias al bot¨®n¡±, recuerda Mar¨ªa, una usuaria que hace unas semanas se cay¨® cuando estaba sola en casa. La persona que la atendi¨® se encarg¨® de avisar a los servicios sanitarios y a los familiares de contacto. Ana Ortiz, sin embargo, se limit¨® a charlar con el teleasistente en su ¨²ltima llamada, al devolver el contacto de seguimiento que le hab¨ªan hecho. ?Y de qu¨¦ suele hablar? ¡°Pues le cuento lo que he hecho (se r¨ªe). Y de mis nietos (tiene 11) y de los bisnietos (el sexto acaba de nacer)¡±.
El 64% de los titulares se benefician gratis de esta prestaci¨®n, activa las 24 horas del d¨ªa. El resto, en funci¨®n de sus circunstancias personales y su capacidad econ¨®mica, pagan 3,60 euros (bonificaci¨®n del 80%) o 10,80 euros (del 40%). El 58% de los usuarios viven solos, el 77% son mujeres y la franja mayoritaria de edad est¨¢ entre los 79 y los 85 a?os. Hay beneficiarios con m¨¢s de 100 a?os.
Las mujeres tambi¨¦n son mayor¨ªa entre los teleasistentes que est¨¢n al otro lado del tel¨¦fono, instalados en las centrales de Sevilla y M¨¢laga. El sistema para responder o hacer la llamada es aleatorio con el objetivo de no establecer v¨ªnculos. Algunas conversaciones pueden prolongarse durante horas. Cristina P¨¦rez, trabajadora de Teleasistencia desde hace seis a?os, destaca lo ¡°gratificante¡± que es su labor pese a las situaciones complicadas a las que se enfrenta a veces. ¡°Te dan mucho cari?o; est¨¢n permanentemente dici¨¦ndote que les has alegrado el d¨ªa¡±, cuenta. ¡°Ayudas, s¨¦ que lo que hago les llega y te hacen sentir importante¡±, contin¨²a.
Ana Ortiz lleva cuatro a?os con su bot¨®n rojo, se dio de alta cuando su marido a¨²n viv¨ªa, y solo tiene buenas palabras para el servicio porque le da ¡°tranquilidad¡±. ¡°A mi cu?ada le digo todo el rato que se lo ponga, que es lo mejor¡±, explica antes de irse a pasear.
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