Vitalidad y nostalgia se cruzan en la novela p¨®stuma de Joan Barril
Edicions 62 publica 'La dona imm¨®bil' del escritor y periodista fallecido el 13 de diciembre
¡°No explicaba la realidad, sino la vida. Y siempre lo hizo a trav¨¦s de novelas ejemplares¡±. Estas palabras sirvieron ayer a Vicen? Villatoro para trazar un perfil de Joan Barril, con ocasi¨®n de la presentaci¨®n de La dona imm¨°bil,libro p¨®stumo del escritor fallecido el pasado 13 de diciembre. Una atm¨®sfera cargada de alegr¨ªa y nostalgia inund¨® la sala de conferencias de la Casa del Llibre de Barcelona, donde gradualmente se fue dibujando la imagen de un multifac¨¦tico hombre de letras que a lo largo de su carrera fue autor de miles de art¨ªculos period¨ªsticos y una quincena de libros.
¡°Nunca la literatura nace de la placidez, sino de la tensi¨®n de cosas contrapuestas. Su fuerza radica en su capacidad de manejar esta tensi¨®n. Por un lado el placer de vivir, por otro la muerte y la soledad¡±, explic¨® Villatoro, director del CCCB. De hecho, en la ¨²ltima novela publicada por Edicions 62, aflora un Barril que si bien siempre fue considerado un escritor vitalista, prest¨® atenci¨®n tambi¨¦n a las distintas coordinadas de la existencia, desde el sentimiento de nostalgia hasta el recuerdo de la juventud pasada. La novela gira entorno de Helena Graus, una mujer ¡°inm¨®vil¡± que, tras sufrir un accidente dom¨¦stico, acaba encerrada en un albergue durante una tempestad de nieve junto a cuatro hombres con los que, en distintos momentos de su vida, ha mantenido una relaci¨®n sentimental.
Poco valorado
¡°Es muy dif¨ªcil explicar este libro. No cumple ninguna de las reglas t¨ªpicas de la construcci¨®n literaria, sin embargo, demuestra que Barril invent¨® una nueva manera de construir una novela¡±, continu¨® Villatoro, junto a David Guzm¨¢n, el encargado de conducir el acto. Tambi¨¦n particip¨® Gl¨°ria Duran, viuda de Barril y, seg¨²n Villatoro, fuente de inspiraci¨®n de este libro que recorre las constantes de la trayectoria literaria de Barril. ¡°Un hombre que se sent¨ªa muy poco valorado como escritor. Cre¨ªa que era v¨ªctima de muchos prejuicios en relaci¨®n con la facilidad y la frecuencia con las cuales escrib¨ªa. Me preguntaba a menudo si escribir mucho pudiera ser un problema. A pesar de sus temores, cuando terminaba de escribir La dona imm¨°bil, le qued¨® claro su predilecci¨®n por la actividad literaria y que quer¨ªa reconocido como escritor¡±, remach¨® Villatoro.
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