Lecciones hel¨¦nicas
Tanto las acciones emprendidas como los gestos muestran el car¨¢cter nacionalista del nuevo gobierno presidido por Tsipras
Diez d¨ªas despu¨¦s de su toma de posesi¨®n, hay una sola cosa del nuevo Gobierno griego que no deja lugar a dudas, y es su car¨¢cter nacionalista. ?C¨®mo, si no lo fuera, podr¨ªa unir bajo un programa com¨²n a la izquierda radical de Syriza y a ANEL o Griegos Independientes, un partido de extrema derecha s¨®lo superado en derechismo por los neonazis de Aurora Dorada?
?nicamente desde una l¨®gica de pacto entre nacionalistas de diestra y siniestra cabe entender que los de Tsipras, teniendo otros socios posibles, hayan preferido escoger a uno del que les separan cuestiones tan importantes como la actitud ante la inmigraci¨®n, o la postura con respecto a la Iglesia ¡ªlaicismo frente a nacional-ortodoxia¡ª, o los temas de moral y costumbres, pero con el cual les une la reafirmaci¨®n de la soberan¨ªa nacional contra los dictados del ¡°extranjero¡± (alem¨¢n, por a?adidura).
Quiz¨¢ alg¨²n alma c¨¢ndida crea que, dentro del flamante Ejecutivo de Alexis Tsipras, el nacionalismo ha quedado acantonado en el ministerio de Defensa que ejerce el socio y l¨ªder de ANEL, Panos Kamenos. Bien al contrario, la pulsi¨®n nacionalista atraviesa todo el Gabinete y se ha manifestado ya de diversas formas. Por ejemplo cuando el titular de Finanzas, Yannis Varufakis ¡ªque habla un ingl¨¦s nativo, pues ha sido profesor en Australia y posee incluso la doble nacionalidad¡ª us¨® exclusivamente la lengua griega al recibir en Atenas al presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, imponi¨¦ndole a ese arrogante holand¨¦s los auriculares y la inferioridad de la traducci¨®n simult¨¢nea.
Pero ha habido mucho m¨¢s que desplantes verbales o gestuales. Mientras la descarada ingerencia de Putin recrudece la guerra en el este de Ucrania, el primer movimiento diplom¨¢tico de los nuevos gobernantes helenos ha consistido en frenar ¡ªy en advertir que bloquear¨¢n¡ª la adopci¨®n de nuevas sanciones de la UE contra Rusia. Ello, en un contexto de m¨²ltiples gui?os hacia Mosc¨², e incluso de amenazas de cooperaci¨®n militar con el Kremlin... por parte de un miembro de la OTAN. No resulta casual que la controlada prensa moscovita titule: ¡°Syriza es el nuevo aliado de Rusia¡±.
Y ese idilio, ?en nombre de qu¨¦? Pues de la solidaridad ortodoxa, del protectorado que la Rusia zarista ejerci¨® durante siglos sobre las comunidades griegas esparcidas desde el Adri¨¢tico hasta el C¨¢ucaso, del apoyo ruso a las luchas de la independencia griega, de la acogida que hallaron en la Uni¨®n Sovi¨¦tica los exiliados comunistas de la guerra civil de 1944 a 1949... Qu¨¦ m¨¢s da: en nombre de razones hist¨®ricas, culturales e identitarias que permiten hoy al equipo de Tsipras apoyarse en Putin para desafiar a Merkel. Si esto no es puro nacionalismo, d¨ªganme qu¨¦ es.
Quienes lo entendieron a la primera y han comenzado ya a aplicar el modelo son los dirigentes de Podemos. Pablo Iglesias sembr¨® su discurso del pasado s¨¢bado en la madrile?a Puerta del Sol de alusiones a la ¡°"soberan¨ªa¡± y al ¡°patriotismo¡± (¡°Espa?a es una patria, y no una marca¡±), mientras la marea humana que le rodeaba aparec¨ªa sembrada de banderas... espa?olas. Republicanas, claro, pero espa?olas. ?O acaso la tricolor roja-gualda-morada no es una bandera espa?ol¨ªsima? ?O tal vez la Segunda Rep¨²blica no fue un r¨¦gimen pol¨ªtico nacional espa?ol? Incluso el Dos de Mayo de 1808 ¡ªtan manoseado por la derecha¡ª fue invocado por Iglesias como ejemplo del nacional-patriotismo popular que Podemos pretende liderar.
En cambio, quienes no parecen haber entendido gran cosa son las mujeres y los hombres que pilotan Iniciativa per Catalunya Verds. ?Se han preguntado Joan Herrera, Dolors Camats y colegas por qu¨¦ una Grecia con s¨®lo 11 millones de habitantes ¡ªendeudados a raz¨®n de casi 30.000 euros por cabeza¡ª, un territorio cuya econom¨ªa representa apenas el 2,5 % del PIB de la UE, puede permitirse plantar cara a Bruselas y a Berl¨ªn, y poner en entredicho la estabilidad del euro, y amenazar con el impago de su deuda, y...?
No, el motivo no es que Alexis Tsipras sea el superh¨¦roe de la aut¨¦ntica izquierda continental, ni el programa de Syriza la poci¨®n m¨¢gica de Ast¨¦rix. Ocurre, s¨®lo, que Grecia es un Estado independiente; arruinado, ineficaz, carcomido por fraudes y corrupciones, pero independiente. Y s¨ª, hemos o¨ªdo muchas veces la cantilena de que la soberan¨ªa de los Estados ya no es lo que era, y que la independencia no existe. Pero, a la hora de la verdad, ?ya lo creo que existen! Claro, hay que querer ejercerlas: Samar¨¢s y Rajoy no han querido. Tsipras s¨ª quiere, y por eso coquetea con Putin, y trata de presionar a frau Merkel con una alianza de gobiernos anti-austeridad, y alterna los gestos conciliadores con los agresivos... Y, en apenas una semana, ha conseguido que Bruselas se plantee, en aras a un acuerdo, disolver la troika. ?La troika!
Entretanto, aqu¨ª, la c¨²pula de Iniciativa cree que tener o no Estado propio es irrelevante; que lo crucial son las pol¨ªticas sociales de una administraci¨®n regional maniatada por Montoro y el FLA. ?Santa inocencia!
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.