Encaje de bolillos
El objetivo prioritario de la izquierda o de los arriba y abajo es arrumbar a la derecha gobernante y restaurar la democracia
Llevar a cabo unas elecciones primarias ha sido todo un desaf¨ªo que la Coalici¨®n Comprom¨ªs ha superado sin notables objeciones, o no tantas ni tan graves como para desvirtuar las ventajas de este ensayo que conlleva la profundizaci¨®n de la democracia en el seno del colectivo y su ¨¢rea de influencia a la par que, mediante esta participaci¨®n ¨Cen alt¨ªsimo porcentaje digital¨C, se limita el casi inevitable poder manipulador de los aparatos y fontaner¨ªas del partido. Una experiencia electoral que, seg¨²n una expresi¨®n al uso, ha venido para quedarse y generalizarse, al menos en el ¨¢mbito de las formaciones progresistas y de izquierda. Aunque, eso s¨ª, con cambios y mejoras en su reglamentaci¨®n.
En el caso que nos ocupa las cr¨ªticas y el descontento se ci?en a la compleja ortopedia electoral aplicada con el fin de que todas las formaciones coaligadas optasen a una representaci¨®n institucional. Un encaje de bolillos que obligaba a primar con puestos de salida a grupos, grup¨²sculos e individuos en perjuicio de candidatos y candidatas con m¨¢s votos, prestigio social e incluso talento y m¨¦ritos por haber dado el callo al servicio del partido. Pero era el ¨²nico modo de articular el pluralismo fundacional y dotar de una imagen y prop¨®sito coherentes a lo que era un trencaclosques, un rompecabezas. Los votos han puesto a cada cual en su sitio y marcado las pautas para la necesaria reforma y simplificaci¨®n de esta f¨®rmula electiva, eliminando las primas de favor.
Los votos han solemnizado asimismo el indudable liderazgo de M¨®nica Oltra, confirmada como candidata a la presidencia de la Generalitat, cuya conquista no deja de ser hoy por hoy una virtualidad razonable a la vista del azaroso panorama pol¨ªtico que se va dise?ando ante las inminentes elecciones de Mayo. Lejos de ser la encarnaci¨®n de una ¡°izquierda radical y pizpireta¡±, al decir de un tarambana period¨ªstico, esta l¨ªder de Comprom¨ªs puede constituirse en un punto de encuentro de las distintas propuestas que se reclaman progresistas, pues no en balde ha venido siendo a lo largo de esta legislatura la pol¨ªtica mejor valorada de entre todos los l¨ªderes valencianos seg¨²n sucesivos sondeos de opini¨®n. Y eso a pesar de que otro opinante medi¨¢tico con proclividades escol¨¢ticas describ¨ªa Comprom¨ªs ¡°sumergido entre los heterog¨¦neos pliegues de la posmodernidad¡±. Debe ser una adivinanza.
Parece obvio que el objetivo prioritario de la izquierda o de los arriba y abajo es arrumbar a la derecha gobernante en el marco del Pa¨ªs Valenciano y restaurar la democracia. Se trata de un objetivo que se roza con los dedos y solo falta que se conjure la maldita fragmentaci¨®n y se acierte a vertebrar las inercias y sinergias de las opciones que se postulan como alternativa. Para ello habr¨¢ que recortar arrogancias y fatuidades ¨Cdecimos de Podemos- y prescindir quiz¨¢ de patriotismos de partido para sortear la punitiva ley electoral vigente que castiga a las minor¨ªas. O sea, que hay que aplicarse al encaje de bolillos que mencion¨¢bamos m¨¢s arriba.
Y una adenda. Francisco Gonz¨¢lez, presidente del BBVA, ha declarado que los banqueros no tienen ideolog¨ªa pol¨ªtica. Los laboratorios que suministran el Sovaldi contra la hepatitis tampoco. Unos y otros resumen su ideario en un sucinto lema: todo por la pasta. Solo falta que ante sus v¨ªctimas a?adan: son negocios, nada personal.
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