C¨®mo ser Roberto Bola?o
La muestra ¡®Archivo Bola?o 1977-2003¡¯ rastrea en la ingente cantidad de material in¨¦dito dejado por el autor de ¡®Los detectives salvajes¡¯
Roberto Bola?o dejaba huella por donde pasaba. Eso se desprende del cat¨¢logo de la exposici¨®n, 170 p¨¢ginas que podr¨ªan funcionar como obra independiente. Los textos de Cercas o Vila Matas dejan claro que, adem¨¢s, inoculaba con sus textos un virus que induc¨ªa a ir m¨¢s all¨¢. Hoy los bola?istas son cientos de miles, quiz¨¢s millones, y se encuentran en los lugares m¨¢s inesperados. Un ejemplo. Hace a?os, quien esto firma se las vio y se las dese¨® para conseguir que Patti Smith hablase en una entrevista de algo que no fuera el autor chileno. Ella, ¨¢vida lectora y mit¨®mana incurable, hab¨ªa llegado a planear el itinerario de una gira para poder conocer Blanes, el lugar donde se escribi¨® 2666,la magna novela p¨®stuma de Bola?o ¡°Es la primera gran obra de arte del siglo XXI¡±, aseguraba. La autora estadounidense consideraba que era mucho m¨¢s que un libro. ¡°?l nos dej¨® un mapa para que nos movi¨¦ramos por un mundo confuso y cruel¡±.
¡°Es incre¨ªble lo que ha crecido desde su fallecimiento. Tiene mucho tir¨®n, y sobre todo entre los j¨®venes¡±, afirma Juan Ins¨²a, comisario de la exposici¨®n Archivo Bola?o 1977-2003, que puede verse en La Casa del Lector, dentro de Matadero Madrid. ¡°Recuerdo que una chica me cont¨® que lo hab¨ªa descubierto y suspendido sus vacaciones para quedarse leyendo a Bola?o en casa¡±.
Una de las grandes contribuciones de esta exposici¨®n es establecer una cronolog¨ªa creativa. Bola?o empieza a publicar novela muy tarde, en 1996. Y el orden en que llegaron al p¨²blico no es el mismo en el que sus obras fueron concebidas.
La an¨¦cdota no resulta inveros¨ªmil. A Bola?o cabr¨ªa aplicarle lo que ¨¦l dec¨ªa de uno de sus escritores que admiraba, el argentino C¨¦sar Aira: ¡°Quien lee una vez a Aira desea seguir ley¨¦ndolo¡±. A¨²n m¨¢s, el inoculado con el virus de su lectura desea saber m¨¢s sobre su proceso creativo. A eso est¨¢ realmente dedicada la exposici¨®n. Archivo Bola?o, 1977-2003, una ruta circular de 800 metros cuadrados que permite conocer su minucioso proceso creativo y su absoluta devoci¨®n por la literatura.
El t¨ªtulo es el mismo que ten¨ªa la muestra original, inaugurada en el CCCB de Barcelona en 2013. Se conmemoraba el d¨¦cimo aniversario del fallecimiento de Bola?o, a los 50 a?os. Pero no es exacto. ¡°Esta es una exposici¨®n distinta a aquella, y tambi¨¦n a la que se llev¨® a Buenos Aires¡±, confirma Ins¨²a.
El a?adido es material previo a 1977, a?o de la llegada del escritor a Barcelona. Diarios y escritos realizados en su segunda etapa mexicana, a partir de 1975. En ese momento cre¨® el Movimiento Infrarealista. Uno de sus camaradas era el poeta Mario Santiago, que inspir¨® el personaje de Ulises Lima, protagonista a?os despu¨¦s de Los detectives salvajes.
Aquella novela le consagr¨® al ganar el Premio Herralde de 1998 y el R¨®mulo Gallegos de 1999. Es un reconocimiento tard¨ªo ¡ªten¨ªa 45 a?os¡ª de un autor que tom¨® la decisi¨®n de dedicar su vida a la escritura a los 15.
Desde ese momento sus escritos, realizados a mano en todo tipo de libretas, pasan a ser parte de su bagaje, que va moviendo en sus sucesivas mudanzas. Tras su fallecimiento, ese archivo pasa a manos de su viuda, Carolina L¨®pez. ¡°Los documentos de Roberto ocupan toda una habitaci¨®n llena de archivadores en el piso de Blanes. Son unas 200 cajas¡±, dec¨ªa el jueves, de visita en Madrid para la inauguraci¨®n de la exposici¨®n. Entre ese material hay gran cantidad de in¨¦ditos: 26 cuentos, cuatro novelas, notas, cartas... muchas de las cuales se exhiben en La Casa del lector.
Es el caso de El esp¨ªritu de la ciencia-ficci¨®n, una novela fechada en 1984. ¡°No hay intenci¨®n de publicar nada. Puede parecer que tenemos mucha prisa, pero nos lo tomamos con mucha calma. Esa novela est¨¢ acabada y firmada, lo que significa que en alg¨²n momento la dio por finalizada. Eso no significa que quisiera publicarla como est¨¢. Ese es otro debate¡±.
Tambi¨¦n se dedica la exposici¨®n a desmontar algunos t¨®picos. Bola?o se movi¨® mucho tiempo en el l¨ªmite de la pobreza; de la pobreza al malditismo hay un paso
Hay que entender la personal forma de trabajar de Bola?o. Toda su obra est¨¢ interconectada. Los personajes salen de un libro y entran en otro. Secundarios en una novela se convierten en protagonistas de un cuento. Algunos pasajes son cita primero, y luego p¨¢rrafo o poema. ¡°Recuerdo que en una entrevista dijo: ¡®El que lea un libro m¨ªo... muy bien. Pero para entenderme hay que leerlos todos¡±, explica Ins¨²a.
Una vez metido dentro de su obra, los t¨ªtulos se funden en la memoria. El lector termina por no tener muy claro d¨®nde ley¨® esto o aquello. ¡°Cosas como los finales, o incluso los argumentos, carecen de importancia. A veces uno se pregunta: ?Qu¨¦ me est¨¢ contando? Es muy adecuada la met¨¢fora del juego detectivesco. Roberto va dejando rastros, pistas, pero no es que no sepas qui¨¦n es el asesino, es que ni siquiera sabes cu¨¢l es el crimen¡±, completa el comisario de la exposici¨®n.
La exposici¨®n tiene dos niveles de lectura. Los paneles verticales marcan un recorrido geogr¨¢fico y cronol¨®gico por la vida del chileno. Comienza en M¨¦xico en 1977. Despu¨¦s, su estancia en Barcelona, a partir de 1977. Y finalmente su llegada a Blanes, en la Costa Brava, donde se asienta en 1985, ya casado con Carolina L¨®pez, a la que conoci¨® en 1981.
En esa villa gerundense escribe gran parte de su obra. All¨ª nacen sus dos hijos: Lautaro, en 1990, y Alexandra, en 2001. Bola?o, que hab¨ªa dejado Chile de adolescente, se refiere a ellos como ¡°mi ¨²nica patria¡±.
Una de las grandes contribuciones de esta exposici¨®n es establecer una cronolog¨ªa creativa. Bola?o empieza a publicar novela muy tarde, en 1996. Y el orden en que llegaron al p¨²blico no es el mismo en el que sus obras fueron concebidas. A esas obras, a su concepci¨®n, est¨¢n dedicados los mostradores, el segundo nivel de lectura. All¨ª se encuentran los manuscritos, decenas de cuadernos escritos primorosamente a mano. Recortes de prensa. Libros de su biblioteca personal. Apuntes, dibujos, fotograf¨ªas... El esqueleto de sus personajes. Las cartas que escribe a amigos m¨¢s versados que ¨¦l en temas concretos llenas de preguntas: ¡°?Podr¨ªa un catedr¨¢tico expulsado de una facultad espa?ola encontrar trabajo en otra europea?¡±.
Y tambi¨¦n se dedica la exposici¨®n a desmontar algunos t¨®picos. Bola?o se movi¨® mucho tiempo en el l¨ªmite de la pobreza; de la pobreza al malditismo hay un paso, y su prematura muerte de una enfermedad hep¨¢tica ha dado lugar a m¨²ltiples especulaciones. ¡°En sus diarios queda patente que nunca prob¨® la hero¨ªna y que su bebida preferida era el t¨¦¡±, se lee en el cat¨¢logo.
Apenas hace 12 a?os que muri¨® y cuando un artista crece de una manera tan bestia es normal que surjan muchas tonter¨ªas a su alrededor¡±, dice su viuda.
¡°Hay muchos equ¨ªvocos sobre Bola?o. Uno es ese. Evidentemente fumaba tabaco y beb¨ªa manzanilla. Ten¨ªa una enfermedad cong¨¦nita en el h¨ªgado, estaba esperando un trasplante en el momento de su fallecimiento, y de eso muri¨®. Todo lo dem¨¢s es mito. En realidad es un artista trabajador. Todo este material que vemos aqu¨ª no es posible producirlo en estado de conciencia alterada¡±, afirma Juan Ins¨²a.
¡°Apenas hace 12 a?os que muri¨® y cuando un artista crece de una manera tan bestia es normal que surjan muchas tonter¨ªas a su alrededor¡±, dice su viuda. ¡°En alg¨²n momento habr¨¢ que escribir una biograf¨ªa. Pero todav¨ªa no. Mi hija tiene 13 a?os, y hay cosas que quiero preservar. Llegar¨¢ su momento, pero no es este¡±.
Archivo Bola?o 1977-2003. Casa del Lector (Matadero Madrid, Paseo de la Chopera, 10) Hasta el 19 de julio.
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