Los alcaldes de Grazalema reabren la demanda de crecimiento urbano
Villaluenga del Rosario reactiva la petici¨®n de flexibilizar las normas en zonas protegidas

Fue en 2008 cuando varios Ayuntamientos del Parque Natural de Los Alcornocales, encabezados por el de Alcal¨¢ de los Gazules (C¨¢diz), convencieron a la Junta de Andaluc¨ªa de la necesidad de replantear las infranqueables puertas al crecimiento urban¨ªstico que impon¨ªan las normas de este espacio protegido. Los alcaldes no quer¨ªan atacar el medio ambiente sino compatibilizar la defensa de la naturaleza con la de sus econom¨ªas locales, ahogadas en la burocracia y el proteccionismo. La Junta trat¨® de atender su demanda pero la justicia termin¨® anulando un decreto que permit¨ªa relajar algunas normas internas. Ahora el Consejo de Gobierno ha autorizado modificar los planes del Parque Natural de Grazalema para atender la demanda de municipio m¨¢s peque?o de la provincia de C¨¢diz, Villaluenga del Rosario, que lleva 14 a?os tratando de construir m¨¢s casas y un pol¨ªgono industrial.
El pasado martes el Consejo de Gobierno aprobaba, por sorpresa, una resoluci¨®n que permit¨ªa, en la pr¨¢ctica, modificar la planificaci¨®n del parque natural de la sierra de Grazalema. El texto literal de esa resoluci¨®n llam¨® la atenci¨®n a propios y extra?os. ¡°Queda aprobada una modificaci¨®n para calificar como zona C ¡ªde menor exigencia de protecci¨®n¡ª una superficie colindantes con el n¨²cleo urbano de Villaluenga. La nueva calificaci¨®n afecta a 10 hect¨¢reas que podr¨¢n ser incorporadas como urbanizables¡±.
Ese texto caus¨® espanto entre los ecologistas, que saltaron como un resorte ante lo que consideraban una barbaridad. Rectificar 10 hect¨¢reas de Villaluenga para a?adir nuevos suelos urbanizables supondr¨ªa m¨¢s que duplicar el actual t¨¦rmino municipal del pueblo. ¡°Villaluenga tiene 8,1 hect¨¢reas de superficie. Esta ampliaci¨®n del casco urbano supondr¨ªa permitir un crecimiento del 123% lo que, adem¨¢s, ser¨ªa ilegal porque el Plan de Ordenaci¨®n del Territorio de Andaluc¨ªa (POTA) impide crecimientos superiores al 40%. Es un disparate¡±, se quej¨® la portavoz de Ecologistas en Acci¨®n, Lola Yllescas.
La Consejer¨ªa de Medio Ambiente tuvo que apresurarse a enmendar la plana al Consejo de Gobierno puesto que se admit¨ªa que ese texto prestaba a confusi¨®n. ¡°La modificaci¨®n que se ha aprobado no supone cambio en la clasificaci¨®n del suelo. Es decir, esas 10 hect¨¢reas en torno a Villaluenga siguen siendo parque natural y espacio protegido¡±, matiz¨® el delegado de Medio Ambiente en C¨¢diz, Federico Fern¨¢ndez. ¡°Todo crecimiento tendr¨¢ su tr¨¢mite urban¨ªstico, ambiental y el del propio parque, donde volver¨¢ a someterse a la junta rectora¡±, a?adi¨®.
En medio de esta pol¨¦mica ha quedado, de nuevo, ahogada la voz del Ayuntamiento. Su alcalde, el socialista Alfonso Moscoso, fue hace siete a?os uno de los que alz¨® la voz a favor de que la Junta de Andaluc¨ªa aprobara un decreto para flexibilizar las normas de los parques y permitir crecimientos sostenibles en los pueblos afectados por espacios protegidos. Lleg¨® a compararse entonces a los monos del zoo, a los que todo el mundo va a visitar pero viven enjaulados. ¡°Villaluenga lleva tramitando la modificaci¨®n de su plan general durante 14 a?os. Nos regulamos por normas de 1989 y queremos un nuevo plan que permita construir algunas viviendas m¨¢s y un peque?o pol¨ªgono industrial¡±, explica. El alcalde tampoco entiende por qu¨¦ el Consejo de Gobierno habl¨® de recalificar 10 hect¨¢reas. ¡°S¨®lo hemos pedido 3,6 para crecer¡±, matiza.
En 2008 fueron los alcaldes de Los Alcorncales, 11 en total, la mayor¨ªa gobernados por el PSOE, los que consiguieron convencer al Gobierno andaluz de la necesidad de crear una norma que relajase el Plan de Ordenaci¨®n de Recursos Naturales (PORN) y el Plan Rector de Uso y Gesti¨®n (PRUG). La Junta accedi¨® ante los reproches de los ecologistas, algunos colectivos y el Defensor del Pueblo andaluz. La tramitaci¨®n de esa modificaci¨®n incluy¨® en un momento que los planes municipales pudiesen prevalecer sobre los de los parques, lo que gener¨® un rechazo entre los que tem¨ªan que se diese v¨ªa libre a la construcci¨®n en espacios protegidos. Los alcaldes y la Junta explicaron que no quer¨ªan eso, sino ayudar a las econom¨ªas locales reduciendo la burocracia y relajando algunas normas que imped¨ªan el desarrollo de proyectos empresariales. El Gobierno andaluz sac¨® adelante ese decreto en 2011 pero s¨®lo dur¨® dos a?os porque una denuncia de la Sociedad Estatal de Ornitolog¨ªa y otra posterior de Ecologistas en acci¨®n termin¨® anul¨¢ndolo por sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Andaluc¨ªa.
De esta forma, los Ayuntamientos inmersos en parques naturales se encuentran en la misma situaci¨®n que hace siete a?os, cuando empezaron a reivindicar un papel protagonista de las personas en el desarrollo de estos espacios protegidos. ¡°La hora del hombre¡±, lleg¨® a decir el ex alcalde de Alcal¨¢, Arsenio Cordero. Es lo que ha pedido esta semana, de nuevo, el alcalde de Villaluenga al recordar que el permiso para su crecimiento permitir¨¢ construir viviendas, muchas de ellas sociales, y un pol¨ªgono industrial, de reducido tama?o, para generar riqueza. Los ecologistas recuerdan que no se opusieron en la junta rectora del parque a la ampliaci¨®n de suelo urbano de Villaluenga, pero siempre que no superase las 3,2 hect¨¢reas. 0¡¯4 menos que lo pide el alcalde, y casi 7 menos que lo que anunci¨® el Consejo de Gobierno.
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