Ah, esta Barcelona tan provinciana
El CLAC es un renovado grupo de amigos intelectuales que ya han compartido otras listas, algunas francamente inquietantes
Experiment¨¦ una gran alegr¨ªa cuando le¨ª en Internet que en Catalu?a se est¨¢ fraguando un nuevo grupo de intelectuales dispuesto a batirse el cobre contra el p¨¢ramo cultural que sufre nuestra sociedad. Eso fue lo que cre¨ª en cuanto le¨ª algo referente a gente que se aglutinaba alrededor de dos palabras m¨¢gicas: arte y cultura. Se trata del CLAC (Centro Libre de Arte y Cultura). Eso quiere decir, me dije (sin que dejara de intrigarme lo de ¡°libre¡±), que el debate se enriquece. Que hay espacio en Catalu?a para nuevas propuestas culturales y art¨ªsticas.
Le¨ªda la noticia, pens¨¦: Por fin gente dispuesta a que la cultura deje de ser la convidada de piedra que es siempre. O el florero que hace bonito. Pens¨¦ en una asociaci¨®n para investigar nuevas soluciones para las dificultades del esp¨ªritu, sobre todo en un mundo tan mercantilizado como el que vivimos. Tambi¨¦n me hice la ilusi¨®n de un foro de discusi¨®n entre los partidarios de una determinada est¨¦tica narrativa en frente de otra de antag¨®nico contenido. Ah¨ª ser¨ªa nada ver enfrentados a los lectores defensores de la literatura de Baltasar Porcel y los de las novelas de Juan Mars¨¦: qu¨¦ debate tan apasionante ser¨ªa ese, sobre todo cuando en un tiempo no muy lejano, se decidi¨®, entre un sector de la intelectualidad de escritura en castellano en Catalu?a, que el gran novelista que fue Porcel (y perdonen la herej¨ªa, tan grande como el autor de ?ltimas tarde con Teresa) era un escritor subvencionado por la Generalitat, dejando entrever con muy mala fe que alguien de esa cala?a nunca podr¨ªa ser un novelista que se precie.
Visualic¨¦ tambi¨¦n otras tareas del CLAC: por ejemplo, c¨®mo hacer que los m¨²sicos j¨®venes catalanes con obra propia pudiesen reunirse con los de otros puntos de Espa?a para intercambiar experiencias y exponer las enormes dificultades que tienen para que esas obras se estrenen en los circuitos art¨ªsticos de gran solera.
Ya ve el lector qu¨¦ ingente trabajo por delante para esta nueva asociaci¨®n de la cultura y del arte que acaba de nacer. Albricias exclam¨¦, por fin un foro para discutir y abrir en canal todos los malentendidos en torno a la cultura y la lengua en Catalu?a, sin victimismos de un lado y del otro. Y volv¨ª a exclamar ?albricias!: Por fin se discutir¨¢, se abrir¨¢n puentes, se polemizar¨¢ sobre asuntos que no importan a nadie, excepto a los que vemos c¨®mo al lado de la desigualdad social y econ¨®mica se va larvando otra de peores consecuencias: la desigualdad cultural y la espiritual.
El CLAC, por lo que veo, es como una especie de renovado grupo de amigos intelectuales
Pero mi gozo en un pozo en cuanto le¨ª, en este mismo peri¨®dico, el reportaje de ?ngels Pi?ol. Resulta que el CLAC no luchar¨¢ por nada de las cosas que yo desgran¨¦ m¨¢s atr¨¢s. El CLAC, por lo que veo, es como una especie de renovado grupo de amigos intelectuales. Y digo esto porque a algunos de ellos los vi en otras listas de intelectuales y firmantes de manifiestos (algunos de ellos francamente inquietantes, como aquel en que se conminaba a Rajoy a ser severamente intransigente con los independentistas).
Me extra?¨®, eso s¨ª, la mezcla ideol¨®gica de los integrantes. No me extra?¨® menos que algunos de ellos repitieran en su fervor asociativo. A este grupo de intelectuales parece que los re¨²ne el sano anhelo de sacar a Barcelona de su enfermizo provincianismo. Nuestra ciudad sigue empecinada en seguir encerrada en s¨ª misma y negarse tozudamente a beber de los encantos del cosmopolitismo. Leo el reportaje de Pi?ol y no logro salir de mi estupefacci¨®n. Y me hago una pregunta: ?Vivo yo en la Barcelona que creo que vivo? O formulado de otra manera: ?Hasta cu¨¢ndo esta gente va a seguir d¨¢ndonos la lata con lo mismo de siempre?
Los integrantes del CLAC: ?recorren Barcelona? ?van a sus cines? ?asisten a los conciertos del Palau o del Auditori? ?van a la multitud de presentaciones de libros que se hacen por semana, excepto cuando son ellos los que presentan su libro? ?Acuden a las conferencias que se programan casi todos los d¨ªas dictadas por conferenciantes de todo el mundo? (Por cierto, la semana pasada en el MACBA habl¨® sobre el Walter Benjamin m¨¢s pol¨ªtico, el fil¨®sofo ovetense radicado en Madrid C¨¦sar Rendueles, y no vi a nadie de los firmantes de este pintoresco grupo que acudiera para discutir sobre un asunto filos¨®fico y pol¨ªtico tan importante).
?Frecuentan los barrios con su efervescencia fiestera y cultural? ?Conocen Gracia, el Born, el Raval, el barrio G¨®tico, Sants, Sant Andreu (donde funciona una orquesta de jazz de maravilla? En ninguno de esos sitios nunca vi a ninguno de ellos. Como tampoco los veo en los museos cuando inauguran una exposici¨®n, no los veo en el MNC, ni siquiera en las muestras de arte extranjero, dado lo cosmopolitas que son. Y ya no digo en los estrenos de teatro, a los que nunca en m¨¢s cuarenta a?os vi a ninguno de ellos.
Bueno, a lo largo de mis art¨ªculos en este espacio, creo que qued¨® claro m¨ª oposici¨®n a la independencia de Catalu?a. Y por ¨²ltimo, a esta asociaci¨®n no se la confunda con otra de genuinos buenos prop¨®sitos: el CLAC, Coordinadora LatinoAmericana del Comercio Justo.
J. Ernesto Ayala-Dip es cr¨ªtico literario
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