Rebeli¨®n en la huerta
Los ciudadanos se movilizan contra los planes urban¨ªsticos de Valencia y el ¨¢rea metropolitana para defender las ¨²ltimas 5.000 hect¨¢reas de paisaje hist¨®rico
¡°Que dejen de hacer folclore con la huerta y la traten como un sector de la econom¨ªa valenciana que da empleo¡±, exige con cierto hartazgo Enric Navarro, portavoz de Per l¡¯Horta, una plataforma defensora de los valores patrimoniales e hist¨®ricos de este singular agrosistema valenciano. La Agencia Europea del Medio Ambiente solo identifica cinco paisajes parecidos a la huerta de Valencia ¡ªtres de ellos en Italia¡ª en todo el continente, aleg¨® el Colegio Oficial de Ingenieros Agr¨®nomos de Levante a la Revisi¨®n Simplificada del Plan General de Ordenaci¨®n Urbana de Valencia (RSPGOU), que pretende, al final del mandato y tras sestear con el plan desde 2005, la reclasificaci¨®n de 415 hect¨¢reas de suelo agr¨ªcola protegido.
La reacci¨®n social ha sido may¨²scula. Per l¡¯Horta y otras organizaciones conservacionistas, grupos de la oposici¨®n municipal ¡ªPSPV, Comprom¨ªs y EU¡ª, otros partidos como Podemos y Ciudadanos, instituciones como el Tribunal de las Aguas y la Denominaci¨®n de Origen de la Xufa, y varias asociaciones de vecinos de la capital, se han alzado contra un plan que consume ¡°injustificadamente¡± la poca huerta que resiste a la fiebre urbanizadora.
El ge¨®grafo y urbanista V¨ªctor Soriano declar¨® hace menos de un a?o que ¡°perder huerta implicaba perder identidad¡±. Lo dijo durante la presentaci¨®n de un estudio sobre la evoluci¨®n de este agrosistema en los ¨²ltimos 50 a?os. La conclusi¨®n era desoladora: entre 1956 y 2011 la huerta de Valencia ha perdido dos tercios de su extensi¨®n; en medio siglo se ha pasado de 15.000 hect¨¢reas a cerca de 5.000 y no todas en estado ¨®ptimo. Los espacios de huerta se concentran solo en cuatro municipios, seg¨²n el ge¨®grafo: al norte de Valencia, en Alboraia, Meliana y Alm¨¤ssera. ¡°Ya no es una gran huerta salpicada de ciudades sino todo lo contrario. Por eso es m¨¢s perentorio protegerla¡±, asevera contra la reclasificaci¨®n de suelo.
Enric Navarro, productor agr¨ªcola en Foios, ha vivido en carne propia la regresi¨®n de la huerta. Recuerda los traum¨¢ticos desalojos una d¨¦cada atr¨¢s en la pedan¨ªa valenciana de La Punta ¡ªdonde m¨¢s de 200 vecinos perdieron sus casas para dejar espacio a la Zona de Actuaciones Log¨ªsticas (ZAL) del puerto¡ª. Tambi¨¦n los de El Pouet de Campanar o los Benicalap, donde est¨¢ a medio levantar el futuro estadio de f¨²tbol del Valencia CF.
El consumo de huerta que hay sobre la mesa afectar¨ªa al 30% de la superficie cultivada de la DO de la Xufa, tambi¨¦n a tres acequias hist¨®ricas (Mislata, Rovella y Mestalla) y desde luego frena en seco el regreso de j¨®venes a la agricultura. ¡°Nunca han cre¨ªdo en la huerta¡±, apostilla Navarro mientras desgrana una retah¨ªla de agravios del Ayuntamiento del cap i casal contra su paisaje hist¨®rico. El portavoz de Per l¡¯Horta ¡ªrepresentante de Comprom¨ªs en el Consell Local Agrari¡ª lamenta que el PP carezca de una pol¨ªtica local agraria. ¡°Tienen un ladrillo en el cerebro. Est¨¢n esperando que cambie el ciclo y que todo vuelva a ser como antes¡±, critica en alusi¨®n al ¨²ltimo boom inmobiliario. El Consistorio tiene una concejal¨ªa de cambio clim¨¢tico pero no de agricultura.
La creaci¨®n de una marca de calidad que distinga los productos de huerta se pospone mandato tras mandato y, en el consejo agrario, se oponen a creaci¨®n de un banco de tierras que facilite su cultivo y los mercados municipales no favorecen los cultivos aut¨®ctonos ¡ª¡°aqu¨ª hay que levantarlo todo a pulso, sin ayuda oficial¡±, apunta el productor agr¨ªcola¡ª. Y, por ¨²ltimo, est¨¢ la Tira de Comptar en Mercavalencia. ¡°Es una nave donde los agricultores venden directamente sus productos a los minoristas, ya sean tiendas o restaurantes¡±, describe. ¡°Ahora tiene m¨¢s gente que nunca. Tendr¨ªan que promocionarla todos los d¨ªas porque es impresionante¡±, concluye.
Las asociaciones vecinales de Benimaclet, Benim¨¤met, Castellar-Oliveral y de Campanar, entre otras, se oponen a que les arrebaten los ¨²ltimos vestigios de huerta. Campanar ha registrado incluso, adem¨¢s de sus alegaciones, un plan alternativo a la reclasificaci¨®n planteada por el Consistorio en la partida de Dalt, donde ha vuelto el cultivo de la tierra. ¡°Es importante que el urbanismo deje de hacerse desde arriba, impuesto a los ciudadanos¡±, denunciaron hace unos d¨ªas.
Los grupos de la oposici¨®n se aferran a las pastillas de suelo pendientes. Muchos de los terrenos que se arrancaron a la huerta en el PGOU de 1988 siguen vac¨ªos y sin edificar. El concejal de Urbanismo de Valencia, Alfonso Novo, solo ve tras el rechazo a su plan intereses electorales. Y se carga de raz¨®n cuando adem¨¢s a?ade que, en 1988, los socialistas reclasificaron m¨¢s huerta.
Las previsiones de poblaci¨®n, el punto d¨¦bil
El plan general para la Valencia de 2030 ¨® 2035 tiene uno de sus puntos m¨¢s d¨¦biles en la previsi¨®n de crecimiento demogr¨¢fico. La revisi¨®n del PGOU se redact¨® en 2005, un momento muy diferente del actual, y, sin embargo, los c¨¢lculos de poblaci¨®n se han corregido de manera tenue.
En la presentaci¨®n del plan, el concejal de Urbanismo, Alfonso Novo, rebaj¨® el escenario de 900.000 habitantes previsto en principio para dentro de 20 a?os a los 850.000. La realidad es que Valencia contaba el a?o pasado con unos 780.000 habitantes despu¨¦s de a?os de retrocesos.
¡°Est¨¢ pensado para un crecimiento demogr¨¢fico que no es real porque la capital, seg¨²n las previsiones del Instituto Valenciano de Estad¨ªstica (IVE), perder¨¢ poblaci¨®n¡±, advierte el ge¨®grafo V¨ªctor Soriano.
Este experto apunta un segundo motivo que explica una reclasificaci¨®n tan importante de huerta. ¡°Se habla de 400 hect¨¢reas de huerta, pero hay que diferenciar un poco. Unas 200 del total no cambiar¨¢n su morfolog¨ªa pero s¨ª su uso urban¨ªstico¡±, prosigue Soriano en referencia a la reclasificaci¨®n planteada en el entorno de San Miguel de los Reyes para luego convertirla en zona verde. Soriano achaca este gesto, al que recurren la mayor¨ªa de ayuntamientos porque la ley auton¨®mica de Ordenaci¨®n del Territorio exige 10 metros cuadrados de zona verde por habitante para autorizar nuevos desarrollos residenciales. ¡°En Alboraia pasa lo mismo que en Valencia, son deficitarias en este aspecto¡±, a?ade el ge¨®grafo, partidario de que este requisito se ajuste a cada municipio.
¡°Pero la huerta no es un parque ni un jard¨ªn al uso y, aunque despu¨¦s de reclasificado siga pareci¨¦ndose a ese paisaje culturalmente tan valenciano, si no se le da un uso productivo y rentable, si no hay agricultores que cultiven las tierras, se degradar¨¢ y desaparecer¨¢ con el tiempo¡±, vaticina el citado experto.
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