Ni mezquita ni catedral: cerveza

El Cabildo de C¨®rdoba vive una particular cruzada desde hace lustros: controlar todo lo referente a la?Mezquita principal monumento isl¨¢mico en Espa?a y sede de la c¨¢tedra del obispo desde 1239. En esta contienda, uno de los principales campos de batalla ha sido el de las palabras. Poco a poco, la Mezquita de C¨®rdoba, que fue reconocida bajo ese t¨¦rmino como Patrimonio Mundial por la Unesco en 1984, ha ido dando paso a, simplemente, la Catedral de C¨®rdoba. Sin embargo, en paralelo el Cabildo se ha dedicado a registrar en la Oficina de Patentes y Marcas del Ministerio de Industria las entradas ¡°Mezquita Catedral¡±, ¡°Conjunto Monumental Mezquita Catedral de C¨®rdoba¡±, ¡°Conjunto Monumental Catedral, antigua Mezquita de C¨®rdoba¡± y ¡°Catedral, antigua Mezquita¡±.

En su af¨¢n, los can¨®nigos incluyeron el t¨¦rmino Mezquita Catedral en 26 de los 45 apartados de la clasificaci¨®n de Niza, un ordenamiento internacional com¨²n de productos y servicios para el registro de marcas. El problema vino cuando Mezquita Catedral se inscribi¨® en el apartado 32, referente a las bebidas alcoh¨®licas. Al hacerlo, no tuvieron en cuenta que ya exist¨ªa una cerveza que se llama Mezquita.

La Iglesia registr¨® el t¨¦rmino para 26 productos de la Oficina de Patentes

El propietario de la marca, Cervezas Alhambra del Grupo Mahou, recurri¨® a la Oficina de Patentes alegando la confusi¨®n que pod¨ªa existir entre su marca y la registrada por el Cabildo. Tras desestimarse la queja, la empresa acudi¨® a los tribunales y ahora la sala de lo Contencioso del Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) le ha dado la raz¨®n. Nadie sabe si entraba o no en sus planes pero, aunque quisiera, el Cabildo de C¨®rdoba no podr¨¢ comercializar la marca Mezquita Catedral de C¨®rdoba como una bebida alcoh¨®lica. Analizando las denominaciones en pugna, ¡°Mezquita¡± frente a ¡°Mezquita de C¨®rdoba¡±, la sentencia entiende que se trata ¡°de marcas incompatibles toda vez que en la marca impugnada se contiene completamente la marca prioritaria, la cual al tener un car¨¢cter muy gen¨¦rico, debe primar sobre una mezquita en concreto cual es la de C¨®rdoba, famosa en el mundo entero, pero que no deja de ser una mezquita¡±.

Adem¨¢s de estimar el recurso de Mahou, la sentencia condena al Cabildo a pagar 1.500 euros en costas procesales. El Cabildo registr¨® la marca no solo para cerveza, sino para productos cosm¨¦ticos, joyer¨ªa, instrumentos de cuchiller¨ªa, todo tipo de aparatos tecnol¨®gicos, metales, muebles, ropa, juguetes, art¨ªculos de cuero, productos alimentarios, caf¨¦, t¨¦, cacao, agua mineral, vinos, publicidad, seguros, servicios de telecomunicaciones, transporte, servicios de educaci¨®n, hospedaje, veterinarios y hasta m¨¦dicos.

?Por qu¨¦? El portavoz del Cabildo, Jos¨¦ Juan Jim¨¦nez G¨¹eto, insiste en que la instituci¨®n eclesi¨¢stica registra estas marcas sin ninguna ¡°intenci¨®n econ¨®mica¡±. Pero el acto de inscribirlos como propios en la Oficina de Patentes implica que si alguien desea utilizar la marca ¡°Mezquita de C¨®rdoba¡±, deber¨¢ pedir permiso a la Iglesia. Algo que choca con su af¨¢n por hacer desaparecer la palabra mezquita de toda su carteler¨ªa y folletos tur¨ªsticos, una actitud que le ha llevado a enfrentarse a buena parte de la sociedad que considera que el monumento deber¨ªa tener una gesti¨®n p¨²blica.