Un escalpelo novel¨ªstico
El novelista Ferran Torrent, una vez m¨¢s, maneja su pluma a modo de escalpelo para diseccionar algunas de las parcelas m¨¢s turbias de nuestra sociedad
Un dinar un dia qualsevol (Columna) es la ¨²ltima novela de Ferrant Torrent y fue presentada hace unos d¨ªas en el Centre Octubre, de Valencia. Los cr¨ªticos literarios han dicho su autorizada palabra, pero a nuestro juicio de mero lector concernido en tanto que ciudadano valenciano y modesto comentarista de la vida p¨²blica dom¨¦stica se trata de la obra madura de un escritor que, una vez m¨¢s, maneja su pluma a modo de escalpelo para diseccionar algunas de las parcelas m¨¢s turbias de nuestra sociedad, como la pand¨¦mica corrupci¨®n moral y econ¨®mica que nos ha esquilmado, anotando de paso, sin malicia ni indulgencia, ciertos rasgos poco o nada gratificantes de nuestra idiosincrasia, esos que no figurar¨¢n en la disparatada Ley de Se?as de Identidad Valenciana que propone la recua que nos gobierna.
Una vez m¨¢s, el autor, perito en la f¨®rmula, desarrolla el relato en la sutil linde que separa el reportaje period¨ªstico de la fabulaci¨®n, lo que le autoriza a describir trances y personajes decantados de la vida real ¡ªy en ocasiones reconocibles¡ª orillando el riesgo a ser judicialmente empapelado. Una f¨®rmula que, adem¨¢s de agilizar la narraci¨®n, a lo que contribuye asimismo la pericia en los di¨¢logos, nos permite degustar el g¨¦nero reporteril, en franco desuso en la prensa de nuestros d¨ªas. Un buen reportaje requiere m¨¢s dedicaci¨®n e instinto y a menudo conlleva m¨¢s costos y riesgos que las anodinas columnas que colonizan las p¨¢ginas de opini¨®n, muchas de ellas sin ni siquiera ser remuneradas. Consecuencias de la anemia econ¨®mica general y de la crisis de un oficio, el period¨ªstico, que cada d¨ªa es m¨¢s comunicaci¨®n persuasora que pesquisa y denuncia. Al menos, por estos lares.
La aludida presentaci¨®n cont¨® con el concurso de V¨ªctor Maceda quien, a prop¨®sito de la novela, urdi¨® un di¨¢logo con el autor acerca del panorama pol¨ªtico aut¨®ctono que en las p¨¢ginas que glosamos queda diagnosticado cuando del presidente Alberto Fabra se dice que es ¡°un monument a la mediocritat de la pol¨ªtica institucional valenciana¡±. No hay m¨¢s que echarle una mirada a las Cortes y rememorar quienes las han presidido a lo largo del mandato popular, cu¨¢ntos de sus diputados conservadores han sido carne de banquillo y la triste solvencia intelectual de los debates.
Cabe suponer que la generaci¨®n de pol¨ªticos que vela armas para relevar a las huestes de Al¨ª Bab¨¢ venga avisada y vacunada contra la codicia. Otra cosa es la mediocridad. Esto s¨ª suscita serias reservas entre no pocos observadores ¡ªy en el mismo novelista¡ª debido a la falta de rodaje en la gesti¨®n de los asuntos p¨²blicos y el aluvi¨®n de nuevos militantes, afiliados y simpatizantes movilizados probablemente por la perspectiva de una salida laboral que por la vocaci¨®n pol¨ªtica. Confiemos no obstante en la que aseguran ser la generaci¨®n m¨¢s preparada de la historia reciente a ver si, por fin, enmendamos a Joan Fuster cuando dictamin¨® que ¨¦ramos un pa¨ªs sin pol¨ªtica y, por lo visto, sin pol¨ªticos. No se puls¨® la opini¨®n del novelista acerca de esta cuesti¨®n, pero nos tememos que tampoco hubiera desbordado de optimismo. El PSPV, sin ir m¨¢s lejos, ha tenido que recurrir al cr¨¦dito de personajes rutilantes para dorar sus candidaturas y no estrellarse.
Y una adenda. El caloret de l¡¯hivern que invoc¨® Rita Barber¨¢ ha sido el preludio del infortunio clim¨¢tico que ha empa?ado las fallas y fastidiado el negocio hostelero. La alcaldesa hace agua y es que la edad no perdona.
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