Poder ciudadano, en clave femenina

Vivimos una situaci¨®n ambivalente. Nunca, desde el inicio de la Transici¨®n, hab¨ªamos vivido una crisis pol¨ªtica tan intensa, pero tambi¨¦n vuelve a hablarse de pol¨ªtica como hac¨ªa tiempo que no ocurr¨ªa. Esta revitalizaci¨®n de la pol¨ªtica tiene mucho que ver con la emergencia de nuevos movimientos ciudadanos. La Universidad Pompeu Fabra convoc¨® el jueves a tres mujeres, protagonistas indiscutibles de estos movimientos, para que hablaran de su experiencia: Ada Colau, fundadora de la Plataforma de Afectados por la Hipoteca (PAH) y candidata a la alcald¨ªa con la plataforma Barcelona En Com¨²; Muriel Casals, presidenta de Omnium, que junto a Carme Forcadell ha dirigido la movilizaci¨®n por el derecho a decidir y la independencia; y la arquitecta Itziar Gonz¨¢lez, que ha hecho ya el camino de ida y vuelta de la pol¨ªtica y ahora impulsa el Parlamento Ciudadano.

Los movimientos sociales han tenido un gran impacto pol¨ªtico, pero su reto es ahora, seg¨²n el catedr¨¢tico Carles Rami¨®, transformar la pol¨ªtica desde dentro. Entrar en el Leviat¨¢n. Algo que, muy bien sabe Itziar Gonz¨¢lez, resulta arriesgado. Tras ejercer como mediadora vecinal, entr¨® en pol¨ªtica como independiente en las listas socialistas. Fue concejal de Ciutat Vella y acab¨® militando en el PSC para defender mejor sus posiciones, pero la experiencia fue para ella del todo frustrante y ahora lidera una disidencia que califica de radical.

Las tres compartieron un primer diagn¨®stico: cuando las palabras ya no sirven para nombrar e interpretar la realidad, es que estamos en una crisis muy profunda que va m¨¢s all¨¢ de la pol¨ªtica y deja a la ciudadan¨ªa indefensa.

Basta abrir un peri¨®dico para encontrar ejemplos. ?Qu¨¦ valor tiene, por ejemplo, la palabra democracia en boca de quien, desde el Ejecutivo, rompe la separaci¨®n de poderes y se apropia de las instituciones para fines partidistas? ?C¨®mo puede reclamar honradez quien aparece vinculado a m¨²ltiples casos de corrupci¨®n? ?Qu¨¦ valor tiene que un ministro de Hacienda invoque la independencia de la Agencia Tributaria cuando es evidente que la utiliza para defender a amigos y perseguir a enemigos? ?Y c¨®mo pueden hablar de sostenibilidad ambiental unas el¨¦ctricas que hacen todas las trampas que pueden para seguir contaminando y dominan las comisiones donde se deciden los l¨ªmites de emisiones?

La primera tarea es redefinir el lenguaje y reapropiarse de la pol¨ªtica. La crisis institucional, de r¨¦gimen y de valores que vivimos es consecuencia de haberla delegado en pol¨ªticos profesionalizados que han acabado atrincherados en las instituciones, ¡°como si el resto de la ciudadan¨ªa no estuviera habilitada para ejercerla¡±, en palabras de Colau. Ese modelo ha fracasado. Pero no va a ser f¨¢cil sustituirlo por otro. Para Muriel Casals, lo que tiene realmente fuerza es aquello que surge de abajo arriba. La imposici¨®n desde el poder ya no tiene recorrido.

Hace seis a?os que Ada Colau y otros activistas fundaron la PAH. Parte de su ¨¦xito pol¨ªtico se debe a que cuando se present¨® el problema de los desahucios, ellos llevaban ya tiempo denunciando la burbuja inmobiliaria. ¡°Solo si te anticipas, puedes tener la respuesta apunto cuando se presenta el problema¡±, dijo Colau. Pero ahora sabe que tambi¨¦n se equivocaron. Cre¨ªan que los derechos sociales vinculados al Estado de bienestar estaban garantizados, que cuando la gente viera que se los iban a arrebatar, se movilizar¨ªa. Pero lo que encontraron no fueron ciudadanos combativos dispuestos a pelear, sino personas derrotadas que hab¨ªan interiorizado el discurso del poder y no solo no eran conscientes de que les estaban arrebatando derechos sino que viv¨ªan la situaci¨®n como un problema individual y un fracaso personal. Se sent¨ªan culpables. Para Colau, lo dif¨ªcil no fue conseguir 1,5 millones de firmas para presentar una iniciativa legislativa popular. Lo dif¨ªcil fue encontrar una metodolog¨ªa que permitiera el empoderamiento de la gente. Finalmente, la lograron y consiguieron lo que las instituciones dec¨ªan que era imposible: parar desahucios y obligar a los bancos a negociar. Ahora falta rematar el cambio legislativamente, pero la experiencia demuestra que lo primero que hay que derribar es el discurso, la idea de que no hay otra pol¨ªtica posible.

Itziar Gonz¨¢lez record¨® cu¨¢nta raz¨®n ten¨ªa Ada cuando le dijo: ¡°Te has equivocado en una cosa: querer hacerlo sola¡±. La esencia de la pol¨ªtica no es hacerla para los ciudadanos, sino con los ciudadanos: ¡°Te han delegado un poder, pero si no tienes respaldo, en realidad no tienes poder. Cualquiera que quiera cambiar la pol¨ªtica, necesita una gran fuerza que le respalde. De lo contrario, r¨¢pidamente sucumbir¨¢ a los grupos de presi¨®n¡±. Por eso Itziar Gonz¨¢lez dedica ahora sus esfuerzos a crear cultura pol¨ªtica. Sin ella, no se puede articular un buen sistema de participaci¨®n que no se limite a votar cada cuatro a?os. Ada Colau est¨¢ convencida de que se puede cambiar la forma de hacer pol¨ªtica, pero para ello hacen falta contrapoderes. ¡°El poder no se vigila a s¨ª mismo¡±, recuerda. Sin vigilancia y respaldo ciudadano, el poder institucional es presa f¨¢cil de los grupos de presi¨®n. Itziar Gonz¨¢lez tiene su receta: ¡°M¨¢s que una nueva pol¨ªtica, lo que hace falta es otra pol¨ªtica. Contra las presiones, expresiones¡±. Hasta ahora, estas mujeres han contribuido a la acumulaci¨®n de fuerzas. Ahora viene lo m¨¢s dif¨ªcil. Cambiar las cosas.