?El ba?o de se?oras?
Margarita Rivi¨¨re, fallecida el domingo, rompi¨® moldes en un periodismo machista
¡°Como fuimos las dos primeras mujeres en entrar en plantilla, no ten¨ªamos ba?o para nosotras y ten¨ªamos que ir muy lejos de la redacci¨®n, subiendo y bajando escaleras, para acceder al ¨²nico que hab¨ªa, el de las telefonistas, que nos dejaban la llave para poder entrar¡±. Lo recordaba ayer la periodista Teresa Rubio. Era el a?o 1974 y las instalaciones, las del Diario de Barcelona. La colega era una Margarita Rivi¨¨re que, a?os despu¨¦s, tampoco hab¨ªa borrado los sonrojantes comentarios y silbidos por partida doble de los trabajadores, todos hombres, de los talleres de una imprenta de plomo que a menudo no hab¨ªa m¨¢s remedio que cruzar... para luego volver.
¡°En la prensa barcelonesa entonces hab¨ªa pocas mujeres, algunas colaboradoras y, si acaso, alguna redactora en alg¨²n medio pero solo en la secci¨®n de moda¡±, repasa Rubio. Rivi¨¨re tambi¨¦n rompi¨® moldes en eso y dio un paso m¨¢s: ser¨ªa jefa de secci¨®n, tanto en el viejo Brusi como, posteriormente, en El Peri¨®dico de Catalunya, de cuyo equipo fundacional form¨® parte. ¡°Era de trato exquisito, nunca tuvo una palabra alta para con nosotros y s¨ª, era la jefa pero tambi¨¦n era la primera en trabajar y arrancar la marcha¡±, recuerda Maria Eug¨¨nia Ib¨¢?ez, que cuando lleg¨® a El Peri¨®dico en 1982 desde Mundo Diario la tuvo como responsable.
¡°Ten¨ªa las ideas claras y sab¨ªa de much¨ªsimas cosas: moda, espect¨¢culos, cine... Estaba enterada de todo y encima era la quintaesencia del trabajo¡±, retrata Rubio. Sin ir m¨¢s lejos, su ¨²ltimo art¨ªculo fue en este diario, el pasado martes, d¨ªa 24: Tal para cual. ¡°Demostr¨® esa capacidad de trabajo hasta el ¨²ltimo momento y su curr¨ªculo lo demuestra: no se qued¨® apalancada; era inquieta por naturaleza¡±, certifica Ib¨¢?ez. Otra muestra: su participaci¨®n en la primera Junta del Colegio de Periodistas de Catalu?a (CPC), hija de la antigua Asociaci¨®n de la Prensa, en una transici¨®n a la que Rivi¨¨re no fue ajena. ¡°Ah¨ª se mostr¨® como era tambi¨¦n en lo profesional, rigurosa, insistente y combativa y asumiendo un feminismo bien entendido¡±, opina la actual decana del CPC, Neus Bonet.
En 1974, cuando entr¨® con Teresa Rubio, eran las dos primeras redactoras en plantilla del 'Diario de Barcelona'. No hab¨ªa aseos para ellas
Coinciden todas en que donde dej¨® m¨¢s huella fue en el g¨¦nero de las entrevistas. ¡°Rompi¨® moldes, las sac¨® de un adocenamiento muy propio de la ¨¦poca y las convirti¨® en algo ¨¢gil, con preguntas incisivas¡±, resume Ib¨¢?ez; pero no al estilo de la m¨ªtica colega italiana Oriana Fallaci: ¡°Para nada eran agresivas, pero llegaba al fondo¡±, cree Ib¨¢?ez. ¡°Ofrec¨ªan siempre un conciso buen retrato del entrevistado y eran aparentemente cordiales... Yo siempre le dec¨ªa: ¡®?Pero c¨®mo has conseguido que te diga eso?¡±, evoca Rubio.
La capacidad de empat¨ªa de Rivi¨¨re ya es, desde ahora, leyenda. Y quiz¨¢ explique su otra gran virtud: la discreci¨®n personal. ¡°Nunca hablaba de su ascendencia social, no lo escond¨ªa pero tampoco alardeaba de ello; yo le dec¨ªa en broma que era una desclasada; nunca se ampar¨® en su procedencia de la alta burgues¨ªa catalana¡±, piensa Rubio.
Es m¨¢s, lo pasaba fatal si el tema aparec¨ªa. De nuevo en el Diario de Barcelona: a?os 70, el propietario Jos¨¦ Mar¨ªa Santacreu va presentando al nuevo director el consejo de redacci¨®n: ¡°¡®Antonio Franco, ilustre periodista; Enric Sopena, una gran pluma...¡¯ y cuando llega a m¨ª, dice: ¡®Margarita Rivi¨¨re... de buena familia¡¯. Me dio tanta verg¨¹enza que estuve a?os call¨¢ndolo, hasta que descubr¨ª que no, que esto se hab¨ªa de explicar¡±, recordaba no hace mucho.
Nunca luci¨® una joya. Bueno, una s¨ª, una en la que Rubio e Ib¨¢?ez coinciden: una sonrisa desarmante. Una consecuencia de su cosmovisi¨®n, de esa primeriza estudiante de Filosof¨ªa que fue, como dijo hace apenas cinco d¨ªas: ¡°Sinceramente, la vida, sin ver las cosas positivas, no s¨¦ si vale mucho la pena¡±.
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